Putin mueve sus piezas contra la OTAN – Por Marcelo Ramírez

Por Marcelo Ramírez

La situación entre EEUU y Rusia sigue tensándose aceleradamente. Los sucesos en Kazajistán fueron apenas el inicio de la respuesta de la OTAN a la propuesta rusa, pero aun así el gobierno kazajo está dando señales contradictorias al incorporar al nuevo Ministro de Información y Desarrollo Social de Kazajistán, Askar Umarov, quien escribió en su página de Facebook el 12 de enero que él no es quién están tratando de retratar como rusófobo. Umarov dijo que en el pasado había trabajado “con socios rusos y otros” para desmentir la versión instalada entre los rusos.

Pese a las desmentidas sobre su posición rusófoba, en Moscú están intranquilos porque no es un hecho aislado. El presidente Kassym-Zhomart Tokayev no autorizó a las tropas rusas a permanecer e investigar en los laboratorios sospechosos de ser parte de una guerra biológica y que son sostenidos económicamente por los EEUU.

Rusia tampoco está muy satisfecha con la actitud de Tokayev con lo que respecta a haber dejado escapar mercenarios yihadistas hacia el interior del país y la posibilidad de la reaparición de la CIA en Kazajistán, así como prevén que la retirada de las tropas de la OSTC puede posibilitar que nuevas agitaciones surjan al calor de las ONGs pro occidentales que infestan el país y que el propio gobierno ha sostenido económicamente en el pasado reciente.

La tensión no es menor cuando avanza la presión de la OTAN en otras partes cercanas a la frontera de Rusia. La acumulación de tropas de la OTAN en las fronteras bielorrusas es vista con preocupación creciente.

La reciente llegada de tres nuevos aviones británicos con tropas y armas muestran que esa organización sigue con su política agresiva hacia Moscú.

Los británicos además están siendo sospechosos de no solamente traer armas antitanques para los ucranianos sino también traer misiles en un avión de transporte militar C-17 que, según datos preliminares, podrían ser de la clase Brimstone a Ucrania, especializados en el ataque a sistemas de guerra electrónica, radares y sistemas de defensa aérea en servicio en DPR y el LPR, algo que en el otoño el Reino Unido anunció su disposición a transferir estas armas a Kiev.

Asimismo, el Ministerio de Defensa británico anunció que donó 1.080 misiles antitanques a Ucrania, mostrando una vez más su intervención en el conflicto.

La OTAN tiene más sorpresas para Rusia con el despliegue de un pequeño contingente del Regimiento de Operaciones Especiales de Canadá de unos 200 soldados que permanecen acampados en la frontera con Ucrania, mientras que EEUU por tercer día consecutivo enviaba aeronaves a Venezuela y Cuba para monitorear la situación ante la posibilidad de que Putin decida enviar armamento y tropas a estos países.

Es situación divide a los expertos en Moscú, hay quienes están a favor para conseguir presionar a EEUU y quienes ven esta posibilidad como un sinsentido por el alto costo que significa ese traslado dada la incapacidad rusa de disponer recursos en la magnitud necesaria para establecer una base que albergue bombarderos o navíos y que no significaría un gran problema para EEUU.

Si la necesidad es la de realizar un punto de aprovisionamiento para submarinos que inquieten a EEUU bien pueden tener una pequeña base como la de Tartus antes de la guerra en Siria. Rusia tendría a su favor la presión sobre EEUU sabiendo que si se produce un ataque así estaría en juego la bandera rusa por lo que Washington lo pensaría dos veces. En contra, como decíamos, están los altos costos operativos y la vulnerabilidad a un ataque en regla de EEUU.

Hay un punto adicional que inquieta a los rusos y es la inestabilidad política de la región, que en caso de un traslado con una importante inversión llevando misiles Iskander M o sistemas S-400, estos podrían quedar en una situación incómoda si se produce algún vaivén en el poder. Si eso piensan los rusos sobre Cuba y Venezuela, podemos imaginar cómo pueden ver las acciones del gobierno argentino que según cuestiones internas varía sus políticas radicalmente.

Aún en estas condiciones Rusia parece decidida a no dejar en paz el territorio de EEUU y se especula que podría enviar a los buques «Minsk», «Korolev» y «Kaliningrado» cargados con armas desconocidas y que partieron del Mar Báltico en dirección al Mar del Norte y se especula en que su destino final puede ser el Caribe.

Otra respuesta rusa es el despliegue sobre el Báltico y Escandinavia de sistema de Guerra Electrónica que ha comenzado a intensificarse, el primer ministro noruego Jonas Gahr Støre, ha denunciado que Rusia está intensificando las operaciones híbridas con ataques cibernéticos e interferencia de señales en Escandinavia, según informa el periódico The Times.

Otro dato más de la realidad que denuncia la gravedad es que Rusia ha decidido evacuar el personal diplomático de Kiev ante la inminencia de un enfrentamiento. El gobierno de Putin ha enviado aviones de combate Su-35s, sistemas de defensa aérea de los complejos S-400 Triumph y Pantsir SM. SV, que se desplegarán en los aeropuertos militares de Bielorrusia.

Este desplazamiento suma fuerzas a las tropas que ya se han visto constituidas por blindados enviados por tren a la frontera.

Rusia también ha reacomodado misiles Iskander M, misiles altamente eficientes y difíciles de derribar y que según su configuración pueden alcanzar todas las capitales europeas de la OTAN con ojivas nucleares. Moscú le advirtió a la organización atlántica que ha desplegado armamento nuclear en las fronteras.

Una hipótesis que trabajan los expertos militares es que Rusia ante una agresión mayor en el Donbass, y recordemos que ha advertido sobre ataques de falsa banderas, puede avanzar sobre Kiev desde distintas direcciones.

Sus tropas pueden avanzar sobre Ucrania por el Sur desde Crimea, desde el Donbass al oeste de su territorio y desde el sur de Bielorrusia. Esta última posibilidad haría que sus tropas pudieran llegar a Kiev en apenas unas horas.

En la Duma rusa se espera un pedido del Partido Comunista para que Putin reconozca el estatus de países independientes de Lugansk y Donetsk, lo que habilitaría la intervención directa de Moscú, incluyendo la militar de ser necesaria.

Los movimientos de Rusia incluyen una acción inesperada como sería el ingreso a la OTSC de Siria, si eso se produce podrían esta organización enviar 20.000 soldados para desalojar las tropas extranjeras ilegales y grupos terroristas.

Este movimiento se completaría con un acuerdo con Irán que también podría ingresar a esa organización, lo que sería una pésima noticia para Israel y la OTAN, pudiendo cambiar el tablero regional de Medio Oriente.

Moscú en este juego tiene una carta más que está amenazando usar y es la de estrechar más sus vínculos con Vietnam entregándoles armas.

¿Qué hará la OTAN? sus señales no son claras, en algunos momentos parece dispuesta a retirarse y dejar sola a Ucrania contentándose con denunciar a Rusia como agresora y sancionando con otra ronda de medidas. Como también pueden intervenir, aunque esto significa un choque frontal con el ejército ruso con consecuencias inimaginables.

Rusia parece decidida a no ceder más, no se ve intimidada porque Ankara haya advertido que en caso de conflicto cerraría el estrecho impidiendo que los buques rusos puedan pasar, y si bien está en su derecho internacional, en caso de una guerra a escala, la situación rápidamente se saldría de control y de ser así Turquía correría la misma suerte que otros países europeos antes los misiles nucleares rusos.

Como vemos la situación es muy compleja y es un juego de póker donde nadie muestra todas sus cartas e intenta intimidar a su enemigo. En este contexto las limitaciones en la información y en las medidas de desplazamiento de los países de la OTAN parecen ideales para evitar protestas masivas ante la inminente guerra.

La sociedad occidental no parece darse cuenta del riesgo a la que la están sometiendo sus elites, cuando Borrell dice en su visita al Donbass que Ucrania es clave para la seguridad europea, pone a las naciones europeas de la OTAN al borde de una segura destrucción porque no podemos saber el resultado final de la contienda Rusia – EEUU que arrastraría a Europa y a China, pero sí hay un consenso establecido en que Rusia arrasaría en minutos el territorio europeo.

Un primer aviso es la advertencia de Putin sobre el empleo de medidas técnico militares que no es otra cosa más que el empleo de complejos como el Múrmansk BN capaz de bloquear todo tipo de comunicaciones civiles y militares a una distancia de 5 mil kilómetros, que con buen tiempo pueden llegar a 8 mil dependiendo de las condiciones meteorológicas.

Una muestra del poderío de la guerra electrónica rusa es como ha alcanzado presuntamente a un caza F-35 británico que cayó al mar Mediterráneo desde la cubierta del HMS Queen Elizabeth cuando intentaba despegar, como así otro F-35 coreano que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia sobre su panza debido a un fallo generalizado en su aviónica.

No sabemos hasta dónde puede llegar la tensión, pero la situación es volátil y muy grave que puede derivar en un choque que escalaría a una guerra mundial.

La prensa occidental no toma conciencia de la gravedad o simplemente busca adormecer a sus pueblos para que no se levanten y protesten deteniendo la agresión de Occidente.

Si no despiertan a tiempo pueden hacerlo inmersos en una pesadilla.


Marcelo Ramírez es analista en geopolítica / AsiaTV / Revista Mugica