Por Cristian Taborda
El fin de semana pasado, la periodista Claudia Peiro publicó la traducción de un artículo del historiador francés André Larané sobre la caída de la tasa de natalidad a nivel mundial y el actual invierno demográfico, nota en la cual se desmonta con datos fehacientes el mito de la superpoblación. Mito utilizado en la opinión pública para justificar políticas antinatalistas, un supuesto ecologismo y una agenda que como en alguna oportunidad me refirió el sociólogo peruano Carlos Fernando Mammani Alliaga en referencia a la obra de Ricardo Paredes es un “plaguicidio humano” disfrazado de verde.
Un argumento que esgrimen los predicadores de la religión climática es el del crecimiento de población, edulcorando con discursos, o avalando por omisión, las políticas antinatalistas y de supresión biológica ¿acaso para el credo ecologista el hombre es sólo un medio para un fin (aunque sea climático)?. ¡Salvemos el clima, que se mueran los humanos!, no dista mucho del pensamiento utilitarista o la razón instrumental que ve en el hombre un objeto, cuando no una mercancía, digna de ser descartada o desechada o combatida como una plaga. Los humanos son una “plaga” para algunos.
Kissinger (1) hace 50 años ya trazaba los lineamientos de crecimiento, estableciendo los límites y un “patrón de estabilidad” en base al “Plan de Acción de Población Mundial” de la ONU. El objetivo era llegar de 8 mil a 9 mil millones de personas a 2050, no superar los 10 mil millones. Y evitar en el siglo XXI pasar los 13 mil millones manteniéndo niveles de “fertilidad de remplazo”, dos hijos por parejas, esto logrado a través de la promoción de la mentada “Planificación familiar” via organismos multilaterales e internacionales (la multinacional Planned Parenthood es el caso emblemático), con propaganda de medios de comunicación e introducción de la educación en políticas de “salud reproductiva” (aborto), utilizando además programas sociales y financiamiento tanto privado como de los Estados. Siempre para preservar los intereses de Estados Unidos y la oligarquía que lo gobierna.
Hoy en día la población actual es de 7.500 millones, aproximadamente. La tasa de natalidad va a la baja y con tendencia a ser negativa, hay un estancamiento poblacional y un descenso en la fertilidad. Según la reconocida revista científica “The Lancet” (2) el pico de población mundial se alcanzará en la década de 2060, con 9.700 millones de habitantes. Y para Naciones Unidas habrá unos 11.000 millones de personas en 2100. Superando las expectativas y augurios de Kissinger.
La población es uno de los principales recursos que tiene una nación. Querer disminuir la población es un atentado contra la soberanía y el interés nacional. Argentina es el octavo país del mundo con mayor extensión territorial y apenas 50 millones de habitantes con una densidad poblacional más baja que España, Italia o Francia. Un pueblo con escasa población o envejecida es un pueblo indefenso, más si su principal recurso no cuenta con alimentos y trabajo. ¿Usted qué opina que le es más conveniente a las potencias extranjeras hambrientas de recursos? ¿tener de reservas naciones sin población y debilitadas, que no pueden desarrollarse y por ende no utilizar esos recursos disponibles, fácil de ser invadidas o fragmentadas, o una nación fuerte y con una población que en su desarrollo consuma esos recursos codiciados?. Porque eso es lo que se juega en la política internacional en la cual se desarrolla una competencia despiadada por el control de los recursos naturales tal como señala Juan José Borrell en su libro Geopolítica y alimentos. El desafío de la seguridad alimentaria frente a la competencia internacional por los recursos naturales (Biblos 2019). Donde los principales actores siguen siendo los Estados-Nación guiados por poder, negocios e intereses, no filantropía ni ideologías, esta es la que se usa como máscara, como maquillaje. El capitalismo ecofriendly es cosmética para ilusos.
(1)Kissinger, Henry. “National Security Study
Memorandum 200. Implications of Worldwide Population Growth for U.S. Security and Overseas Interests. 1974.
(2)https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30677-2/fulltext