Rusia estudia romper los lazos con organismos mundiales prominentes, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), según afirma el periódico Dailymail.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Moscú envió ayer una lista de organizaciones internacionales al parlamento, con órdenes de revisarla y romper ‘obligaciones [o] tratados que no traen beneficios, sino daños directos a nuestro país’, dijo el vicepresidente Pyotr Tolstoy.
La Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Comercio se encuentran entre los nombres de la lista, informaron las agencias de noticias rusas.
Se produce después de que los países occidentales impusieran una enorme cantidad de sanciones, con cientos de empresas occidentales saliendo del país para protestar por la operación militar.
Los planes para retirarse de la OMC, que establece puntos de referencia para el comercio mundial para sus miembros, se han presentado en Moscú muchas veces antes. Rusia solo se unió al organismo global en 2012 después de 19 años de negociaciones, y los opositores vieron algunos de sus términos como desfavorables para Moscú y al mismo tiempo le dieron a Occidente una herramienta para castigar al país.
Pero la decisión de varios estados miembros, incluida la mayoría de las naciones europeas, EE. UU. y Canadá, de suspender el estatus de “nación más favorecida” de Rusia por la operación militar en Ucrania. Este cambio significa que esos países pueden imponer aranceles a Rusia por encima de lo que normalmente permiten las normas de la OMC, además de permitirles sancionar a las empresas rusas, lo que ha provocado un nuevo impulso para irse.
Putin calificó los movimientos de “ilegales” y dijo que actualizará la “estrategia de la OMC” de Rusia para tenerlos en cuenta, sin explicar exactamente qué significa eso.
En el caso de la Organización Mundial de la Salud, los estados miembros de dicha institución ya han tratado de obligar al organismo de salud, que generalmente evita tomar una postura en torno a cuestiones bélicas, a tomar medidas sobre la invasión. La semana pasada votaron a favor de una resolución no vinculante que condena los ataques rusos a instalaciones de Ucrania y el efecto de la guerra en la salud pública. La misma resolución también pidió a los jefes de la OMS que consideraran cerrar su oficina en Moscú y reubicarla fuera del país.
Rusia condenó la resolución como “de naturaleza exclusivamente política” e inició los planes para su futura desvinculación.