Por Alexander Dugin
La vigilancia del multipolarismo es ahora más actual que nunca. Es a través del prisma del ascenso del multipolarismo y el declive del unipolarismo como deben interpretarse los principales acontecimientos mundiales.
Por ejemplo, el escándalo diplomático entre Canadá e India por el asesinato de un sij en Canadá. La India está empezando gradualmente a demostrar su soberanía de forma más activa.
El candidato presidencial estadounidense Vivek Ramaswamy, con su agenda estrictamente paleoconservadora y antiglobalización (como Trump), es otro síntoma. Sí, Rishi Sunak es un globalista hindú y un atlantista, hay otros, pero el hecho es que antes sólo existían esos, mientras que ahora está surgiendo una India diferente.
Por cierto, la India ya no existe. Ese nombre colonial ha sido sustituido por un nombre anticolonial, antiguo y soberano: Bharat. Cada vez más hindúes consideran a Narendra Modi un avatar, y la dimensión avatarica del gobernante es la base divina de una soberanía profunda.
La victoria electoral de Fico en Eslovaquia es otro claro ejemplo de la ola multipolar. Su retirada del apoyo a los nazis de Kiev, los más fervientes partidarios del globalismo, también es un síntoma.
Pasemos ahora a los Estados Unidos. El cierre de Estados Unidos, como explicó Dimitri Symes, no suspenderá por completo el apoyo a los terroristas ucranianos, pero aumentará la volatilidad en Estados Unidos, el centro del sistema unipolar. Un poco, pero también bastante multipolar. Cuanto más problemas tenga el unipolarismo, más mejorarán las cosas para el multipolarismo. Son como vasos comunicantes: si uno entra, el otro sale.
Rusia está en el frente, y eso es muy importante para la ola multipolar. Quizás más importante que cualquier otra cosa. Después de todo, fue Rusia la primera en participar en un conflicto militar directo con el sistema globalista obstinadamente unipolar que la administración Biden y los neoconservadores que lo orquestan están tratando desesperadamente de salvar. El mundo está empezando a darse cuenta cada vez más de esto, especialmente los BRICS y los países árabes.
En África occidental, el imperio precolonial de Malí está reviviendo en la meseta de Manden. Malí, Burkina Faso, Níger y Guinea están formando un bloque anticolonial como núcleo de la resistencia panafricana al globalismo. La entrada en los BRICS del único país africano que nunca ha perdido su independencia, Etiopía, es otro momento simbólico de la ola multipolar.
Así, poco a poco, todo se va sumando al mosaico de un nuevo orden internacional.
Los comentarios negativos y burlones de Elon Musk en Twitter sobre Zelenski son un síntoma. La red X también desbloqueó mi cuenta, que previamente había sido destruida por el anterior equipo unipolar liberal-nazi de Twitter. Sin censura globalista, el nuevo Twitter y su amo son ahora acusados de ser “portavoces de la propaganda y la desinformación rusas”. La libertad de expresión en cualquier forma se considera ahora “propaganda rusa”. La ferocidad de la agonizante élite globalista, que trata feroz y desesperadamente de salvar su resquebrajada hegemonía a toda costa, también se está volviendo cada vez más evidente en Occidente. Quizás la actual administración estadounidense sea recordada en la historia como el último intento de preservar el mundo unipolar.
Las agencias de noticias, citando a un funcionario europeo anónimo entrevistado por Político, informan que los países de la UE ya no suministrarán a Kiev armas de sus propios arsenales debido a la amenaza a la seguridad dentro de la propia Europa. Quizás ésta sea la forma en que la UE se prepara para la guerra con Rusia. O tal vez, por el contrario, ya se esté preparando para salir del modo escalada.
Otra consideración. Parece haber un centro en la cúpula de la propia Rusia que está en contra de la Operación Militar Especial, no acepta la ola multipolar y quiere que todo vuelva a ser como antes. Quizás estos no sean agentes de influencia directos, sino aquellos que comparten sinceramente los principios y valores del globalismo liberal. Su presencia es influyente en todas partes. De hecho, existe una Operación Militar Especial invisible dentro de la propia Rusia, donde el enemigo resiste tan ferozmente como el régimen de Kiev en Ucrania e incluso intenta montar un contraataque de vez en cuando. Esto se produce en forma de encuestas sociales falsas, en las que la victoria sería apoyada por una minoría, o saboteando la movilización de la sociedad, o guardando silencio sobre la Operación Militar Especial, o contribuyendo a la desestabilización social mediante una política provocadora de migración incontrolada, o siguiendo una estrategia económica y financiera que socava nuestras fuerzas desde dentro. No es fácil descubrir el núcleo de esta fuerza hostil, su cuartel general, su residencia clave, pero me temo que sin esto nos resultará muy difícil llevar una guerra hacia la victoria.
Rusia debe prepararse para una carrera. La purga de sus filas es inevitable.
Traducción del ruso de Lorenzo María Pacini
