Perspectivas sobre la guerra civil molecular y la anomia – Por Cristian Taborda

Perspectivas sobre la Guerra Civil y la ANOMIA
Por Cristian Taborda

El atentado fallido contra la vicepresidente argentina, a priori, parecería ser la acción de lo que en Estados Unidos llaman “lobo solitario”, el accionar terrorista de un individuo aislado, un fenómeno extendido y mediatizado por el mundo durante las últimas décadas que forma parte de lo que se denomina “guerra molecular”, en Argentina era algo que estaba latente y que ahora se manifiesta, la guerra molecular viene siendo tratada con atención por el coronel Carlos Pissolito* desde una pertinente perspectiva analítica como una evolución de la guerra convencional que deriva en un hecho sociológico poco atendido.

La guerra civil molecular se ha convertido en una característica de las sociedades occidentales y del debilitamiento de los Estados, es una fase de la fragmentación social, consecuente a la decadencia cultural, la crisis crónica, económica, y el nihilismo individual. La característica esencial del actor terrorista, los nuevos partisanos, es el autismo social, que a diferencia de los viejos partisanos no tiene ningún objetivo estratégico, ni convicción ideológica, tan sólo son mano de obra barata manipulada por técnicas psicopoliticas, por la propaganda mediática, una cultura del odio generalizada y un profundo resentimiento.

Es el ejercicio de la violencia por la violenci,a pero alejada de una acción revolucionaria contra la “fuerza” del Estado, la burguesía o como acción de redención como lo concebía George Sorel. No está necesariamente desprendida de la ideología sino de subculturas marginales, círculos sectarios, el rechazo a la sociedad y la misma marginación, del no reconocimiento de normas. Es la expresión de la ANOMIA en la sociedad.

Hans Magnus Enzensberger en su “Ensayo sobre las discordias” dice: “fijémonos ahora en los involucrados en nuestras propias guerras moleculares. Solemos catalogarlos como ultraderechistas o neonazis, y así creemos saber a qué atenernos. En tales casos la ideología es simple mascarada… Estos actos espontáneos exteriorizan la rabia por todo cuanto todavía está entero, el odio contra todo aquello que aún funciona; un odio que forma una amalgama indisoluble con el odio hacia uno mismo. Los jóvenes son la avanzadilla de la guerra civil. Ello no sólo se debe a la normal acumulación de energía física y emocional entre los adolescentes, sino también a la incomprensible herencia con la que se encuentran…”

La sociedades occidentales han caído en un derrotero donde no hay futuro ni esperanza, el porvenir se torna sombrío sin posibilidades de mejoras para los jóvenes que no consiguen empleo ni posibilidad de formar una familia, los jóvenes viven peor que sus padres y ni la izquierda ni la derecha les garantizan un horizonte solo el acceso a las drogas y una cultura del descarte dónde la vida misma no tiene sentido. Allí aparece la ira hacía sociedades que no tienen para brindar más que miseria y marginalidad con elites políticas totalmente alejadas de estos problemas.

La dinámica internacional bajo la presión del narcotráfico, el terrorismo, las corrientes migratorias, los conflictos culturales, el creciente antagonismo social y a su vez la competencia por los recursos naturales, alimentos y energía adquiere la dimensión de una “guerra civil mundial” como lo definía Carl Schmitt debido al debilitamiento de los Estados, la pérdida de soberanía y de poder sobre el control territorial. O bien adquiere las características de una tercera guerra mundial a cuenta gotas, “en cuotas” según la definición de Francisco. Y por su posicionamiento geoestratégico y capacidad de recursos junto al derrotero socio cultural, Argentina parece no quedar exenta de esta guerra y de la disputa que se da a nivel mundial. Sólo desde un objetivo análisis de la política global se puede llegar a la comprensión de la política local, porque la política nacional se encuentra sujeta a la política internacional que es la verdaderamente importante.

Quizá sea la característica de una era, la de la descomposición de un imperio que expande su decadencia y disolución social del centro a la periferia donde como dice el autor Enzensberger en el inicio de su libro citando a Nietzsche: “Sólo los bárbaros pueden defenderse”.

“https://espacioestrategico.blogspot.com/2020/05/tras-la-pandemia-guerras-civiles.html?m=1

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