Argentina, atentado a CFK y el perfil de Sabag Montiel: seguidor del esoterismo neopagano y logias masónicas

Luego de que Fernando Sabag Montiel intentara asesinar este jueves 1 de septiembre a Cristina Kirchner, en medio de un fracaso insólito de la custodia oficial, se fueron conociendo detalles del perfil del detenido. Sus perfiles en redes sociales y las descripciones de sus amigos muestran a un lumpen amante de las armas y seguidor de logias ocultistas varias. ¿Fue un “lobo suelto” que actuó por cuenta propia o fue conducido a actuar de esta manera?

Sabag nació en São Paulo y se mudó a Argentina a los 6 años, donde habría trabajado más recientemente como chofer a través de aplicaciones, sin embargo no tendría cuentas bancarias a su nombre ni pagos de impuestos registrados. El padre de Montiel es chileno y fue expulsado de Brasil en 2021, y su madre es argentina. La policía , al allanar su casa encontró balas de plomo, una libreta de enrolamiento a nombre de Jacobo Sabag, una laptop, dos tarjetas SUBE, un certificado de nacimiento a nombre de Viviana Sabag y tres hojas dibujadas con tatuajes.

En uno de sus codos tiene tatuado un Schwarzen Sonne, un “Sol Negro”, un emblema esotérico presente en el castillo de Wewelsburg, sitio de culto desde 1934 para los líderes de las SS conducidas por Heinrich Himmler, con 12 rayos que forman las doce runas sowilo, que representan el poder del sol. En su mano izquierda lleva una cruz de hierro, símbolo de la Orden de los Caballeros Teutones y de las fuerzas armadas de Alemania desde 1870 hasta la actualidad. En su mano derecha un Mjolnir, Martillo de Thor, también relacionada con el neopaganismo nórdico. Grupos similares, una parodia posmoderna del nacionalsocialismo alemán, y como ocurre en el otro extremo ideológico con el anarquismo, en distintos países, son propensos a ser manipulados por los servicios de inteligencia occidentales para sus propios fines.

Sin embargo, sus redes sociales -hoy dadas de baja por pedido del Gobierno- muestran un perfil más ecléctico.

En su perfil de Facebook, aparecía siguiendo a logias masónicas de Sinaloa, México, como Centauro996. Pero también a los Caballeros Templarios de Catalunya, el Centro Cultural Rosacruz “Cruz del Sur” AMORC de Lomas de Zamora, Ciencias Ocultas Herméticas, a un “Coach antisicópatas nacisistas o depredadores emocionales” (inquietante para un usuario que seguía casi solo a mujeres en su perfil), “Conocimiento Oculto”, a un grupo mexicano “Casa Ixtlán” especializado en experiencias con alucinógenos como la Ayahuasca y el Peyote.

“¿Sentís que [Sabag Montiel] quiso realmente matar a Cristina Kirchner?”, le preguntaron en Telefe a Mario, amigo del brasileño, a lo que este contestó sin vacilaciones: “Yo creo que su intención original era matarla, sí, pero lamentablemente no ensayó antes”. Mario contó que el detenido, a quien conoce desde la adolescencia, decía “entender de manejo de armas”, una afirmación que él siempre descreyó. “Según él, siempre tuvo fierros y se iba a disparar al campo, pero como lo teníamos de mitómano medio que lo dejábamos hablar”, señaló.

“Atando cabos, yo creo que se estaba preparando para este momento. Sabía que iba a salir en la tele y sabía que iba a ser detenido, no tengo ninguna duda de eso”, conjeturó. De hecho, Sabag también apareció dos veces en el móvil del canal Crónica TV en las últimas semanas, opinando sobre los planes sociales y la clase política.

Su amigo Mario indicó que si la Policía revisa las cámaras de seguridad de la avenida Nazca “van a verlo con aspecto de ciruja, de croto, con pelo y barba larga y pantalón desabrochado”, y reveló: “La última vez que lo vi fue hace 10 meses, cuando estaba yendo a la villa a comprar un arma, pero no puedo decir si es la misma que uso anoche”. Con relación a su personalidad, dijo que el atacante “tenía tendencia al alcoholismo”. “Siempre estaba bajo la influencia y como hijo de psiquiatra no tengo ninguna duda de que era un psiquiátrico”, aseveró. Era “solitario” y “siempre sufrió bullying”, y evaluó que el ataque de anoche “era de esperar porque ya no tenía nada que perder”.

“Hay un montón de cosas que me terminan cerrando ahora. Siempre fue un paria y un marginado de los grupos, entonces era de esperar. No sé si en este nivel, pero era de esperar. Cuando más represión, más revolución. Ya no tenía nada que perder”, afirmó y concluyó: “De tanto abuso que ha sufrido, él explotó”.

El 17 de marzo pasado, había sido detenido cuando un efectivo de la policía notó que a un vehículo estacionado le faltaba la patente trasera. Al acercarse al auto, un Chevrolet Prisma de color negro, el policía se encontró con Sabag Montiel, que se presentó como el dueño del vehículo. En aquel entonces, el hombre explicó que el faltante de la patente trasera “se debía a un choque de tránsito ocurrido días atrás”. Tras ello, cuando Sabag Montiel abrió la puerta del conductor para buscar la documentación, se le cayó un cuchillo de 35 centímetros de largo. Sin embargo, el hombre argumentó que llevaba el arma para defenderse. Según informaron las autoridades, a raíz del episodio, la fiscalía contravencional N°8 a cargo del Dr. Guerra dispuso labrarle un acta por infracción al Artículo 90 del Código Contravencional y el secuestro del cuchillo.

El arma utilizada frente a la casa de Cristina Kirchner sería una Bersa calibre 32, según fuentes de la Policía Federal. Tenía cinco balas en el cargador. En el allanamiento a su domicilio se encontraron dos cajas de 50 municiones 7,65 mm, compatibles con la pistola. La justicia federal en base a una conjunto de medidas confirmó que la pistola estaba “apta para disparar”. Los motivos para que no haya salido el disparo son parte de la investigación en curso. En las grabaciones de video se escucha el golpe del percutor, un sonido seco, metálico. Sin embargo, el martillo no alcanzó a dar con la cápsula fulminante (o pistón) que inicia la inflamación de la carga explosiva que propulsará el proyectil. El modelo Lusber 84 que portaba Sabag Montiel, como todas las pistolas, para ser disparadas debe tener una bala en la recámara. La primera bala tiene que ser ingresada en la recámara de forma manual, tirando la corredera hacia atrás. Siempre. Luego, una vez disparada, la segunda bala –como las siguientes- toma posición de forma automática.

“En la foto del arma, el cargador no está correctamente alojado, está un poco más abajo. Mi especulación es que si el arma estaba así en el momento del disparo, podría explicarse la ausencia de bala en la recámara, ya que al ciclar la corredera no se habría alimentado el proyectil. Es decir que quizás el tirador trató de cargarla a escondidas, hizo el movimiento con la corredera y, cuando fue a disparar, no tenía bala en la recámara”, explica un especialista entrevistado en La Nación.

Es considerado un detenido “de alto riesgo” y no se descarta evitar su traslado para la instancia de indagatoria. El juzgado impulsó una serie de análisis al respecto. El presidente Alberto Fernández cuando se comunicó con María Eugenia Capuchetti solicitó por el resguardo e integridad del detenido. No sea cosa de que aparezca “suicidado” en su celda o ejecutado en algún traslado. La pena por tentativa de homicidio calificado varía entre 10 y 20 años de prisión. La investigación debería determinar si fue un lumpen que actuó por su cuenta, o fue instigado por instancias de inteligencia, como es también habitual que ocurra.

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