Por Alejandro “Gallego” Álvarez
¿Qué ha ocurrido con esto de la memoria, que en lugar de recordar a Perón, al Movimiento Nacional, a nuestro Pueblo, se han acordado de la tortura? Pero que se entienda, no crean que yo estoy a favor de los torturadores, es estúpido, además de hijo de puta. Sino creo que tanto ha sido el bombo sobre este asunto, que de lo único que se acuerdan es de esto, y de la Argentina real que no es esta, nadie hace mención. Ni nadie recuerda, porque nadie transmitió, nadie enseñó lo que verdaderamente era. Que hubo esto, sí lo hubo, pero esa no es la Argentina.
Esa es la Argentina que crearon nuestros enemigos, la Argentina de los hijos de puta de los torturadores. Esa Argentina no la creó el Movimiento Nacional. Esa Argentina fue la enemiga del Movimiento Nacional. Y como último acto de su enemistad absoluta, consiguió borrar la memoria para que se los recuerde a ellos, aun así, como unos verdaderos hijos de puta. Pero se los recuerda. Sobre ellos tendría que haber caído el más absoluto y total de los silencios y la mayor execración. Pero no ocurre así, porque constantemente, como hay un recuerdo y un recuerdo de las víctimas, este requiere el recuerdo de los victimarios, porque, de lo contrario, ¿quién los mató, quién los torturó? ¿Nadie? Sí, ocurrió. Sí, claro. Pero cada vez que se los recuerda, se los recuerda a los dos, este es el problema, y yo creo que esta ha sido la realidad de este período final de un régimen que agoniza, pero verdaderamente agoniza. Nosotros, que pensamos otras cosas y hacemos otras cosas, nos encontramos en shock frente a esta realidad. Que ocurrió también en el orden social. Y nosotros contemplamos un espectáculo que no era usual. El espectáculo de hoy es el resultado de la fractura, pero de la fractura sistemática de la sociedad argentina.
¿Cómo ha ocurrido y porqué ha ocurrido esto? Tenía una intencionalidad el régimen de hacerlo, no ocurrió de casualidad. Y lo que ocurrió, ¿qué es? Primero sepultar en la misma y miserable ausencia de memoria al pueblo argentino en su conjunto y sustituirlo por una idea -no por una realidad- una idea mentada, porque la televisión, los diarios y los medios de comunicación hasta hace muy poco han alimentado esta memoria falsa. De la misma manera que alimentaron con un aspecto el recuerdo de la tortura y de la muerte constantemente. Y en esa misma medida intentaron ocultar nuestra verdadera memoria, la de los años felices, la de los años en que con Perón aprendimos que la felicidad era posible, con esfuerzo pero sin sacrificio.
Esa memoria es la que nos permitió sobrevivir a los “libertadores” y a los que los siguieron, y es la que nos demuestra que con trabajo y organización puede ser posible nuevamente.
*Extracto de su libro “Así se hizo Guardia de Hierro”.