Una encuesta a nivel mundial, encargada por la fundación Open Society, del magnate financiero George Soros, revela que los jóvenes descreen cada vez más de la democracia como sistema capaz de aportar soluciones a los problemas que más los afectan. El estudio fue realizado en una treintena de países de diversas regiones y con distintos sistemas políticos.
Los resultados del amplio estudio, que entre entre mayo y julio de este año consultó a más de 36.000 personas, indican que si bien la democracia sigue siendo la opción más elegida, sólo 57 % del grupo de edad de 18 a 35 años la considera preferible a otros medios de gobernanza, mientras que entre las personas de edad mayor, esta postura es compartida por el 71 %.
35% de los jóvenes creen que tener un “líder fuerte”, aunque no celebre elecciones ni consulte a las legislaturas, es una “buena forma de dirigir un país”. En el mismo grupo de edad, 42% se mostró partidario de un gobierno militar, opinión compartida por 20% de los encuestados de 56 años y más.
Al mismo tiempo, más de la mitad (53 %) afirma sentir que su país va en la dirección equivocada, y alrededor de un tercio también indicó que creía que los políticos no trabajan en beneficio de sus electores.
También existe una percepción generalizada de que los derechos humanos se aplican selectivamente a nivel global. Cuando se le preguntó si los derechos humanos son “utilizados por Occidente”
países para castigar a los países en desarrollo, el 42 por ciento en promedio estuvo de acuerdo, aumentando al 76 por ciento en Bangladesh y el 61 por ciento en Pakistán. A diferencia de los encuestados en la mayoría de los países europeos, la gente en Estados Unidos eran más propensos a estar de acuerdo con esta idea (34 por ciento) que en desacuerdo (28 por ciento).
“Nuestros resultados son alarmantes”, declaró el presidente de OSF, Mark Malloch Brown, “La gente de todo el mundo todavía quiere creer en la democracia. Pero generación tras generación, esa fe se está desvaneciendo a medida que crecen las dudas sobre su capacidad para ofrecer mejoras concretas en sus vidas. Eso tiene que cambiar”.
La “sociedad abierta” de George Soros, basada en una democracia formal y una plutocracia real, va teniendo cada día menos adeptos.
