Por Ricardo Vicente López
“Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”. Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz.
Desde hace ya algunos años leo con mucha atención, los análisis de una investigadora, que ha demostrado ampliamente poseer una mirada aguda y profunda sobre el mundo actual, Mónica Peralta Ramos. Su formación intelectual desborda las clasificaciones académicas, por lo cual, como muchos (pero no tantos) investigadores y pensadores no es encuadrable dentro de las disciplinas universitarias (carreras profesionales). Yo me atrevo a calificarla como una filósofa de los temas humanos, entendido esto como poseedora de una gran capacidad interrogativa del entramado socio-político general. Una prueba de lo que estoy afirmando es la introducción que escribió respecto a las decisiones políticas y sus consecuencias. Una reflexión profunda ante tanta palabrería vana, superficial y, sobre todo malintencionada que circula en el espacio mediático. Leamos sus palabras:
«En el año 49 A.C., Julio César llegó con su ejército polvoriento y sudoroso hasta el río Rubicón, la frontera norte entre la nación romana y la Galia Cisalpina, y se detuvo antes de cruzar. Se había propuesto terminar con la oposición de un Senado romano que, por instigación del Cónsul Pompeyo, le había ordenado dejar el mando y licenciar a sus tropas. Cansado del trajín de innumerables batallas exitosas, ordenó acampar a la vera de las aguas rojas y turbulentas. Mientras sus soldados descansaban, Cesar se enfrascó en una espesa meditación. El rumor del río calmó su ánimo. Sabía que, de ahí en más, cualquier cosa que hiciese tendría severas consecuencias en su vida personal y política.
Pretendiendo defenderse del avance enemigo, Roma había prohibido cruzar el río con armas y soldados. Julio César confrontaba además un problema mayor: el recelo de Pompeyo y de la aristocracia romana. Cruzar el río ahora implicaba desatar consecuencias que podrían terminar con su vida o con la de Pompeyo, pudiendo iniciarse en este caso una larga lucha contra la oposición aristocrática en el Senado. Después de arañar lo más profundo de su ser, Julio César optó por cruzar el río. Pompeyo y varios dirigentes de la oposición huyeron ante el avance de César y Roma fue conquistada sin derramar sangre. Este episodio, sin embargo, abrió paso a un largo periodo de intensas luchas por el control del Imperio Romano.
El profundo drama vivido por Julio César a la vera de un río de aguas atormentadas y rojas como la sangre, ha llegado hasta nuestros días, encarnado en su decisión de “cruzar el Rubicón”. Esta metáfora alerta sobre la importancia de meditar sin concesiones los riesgos de nuestros actos ante situaciones muy difíciles que parecen no tener salida. Apela también a un fenómeno más profundo y complejo, algo que en los tiempos que corren pasa desapercibido: la existencia de límites, de un antes y un después que resignifica la esencia de todos nuestros actos, tanto en la vida personal como en la política. Un límite implica que hay ejes que nos referencian, que no todo “vale lo mismo”. Transgredir un límite puede precipitar consecuencias por las que se pagará un precio. Muchas veces este residirá en la degradación de los valores a los que aspiramos, como individuos y como nación».
Esta profunda reflexión, a partir de un caso histórico de graves consecuencias, es un encuadre para comprender el proceso interno de las grandes decisiones políticas que deben tomarse en esta Argentina de pandemia. Ellas no pueden desentenderse del marco internacional en el cual están inmersas, dado que es allí donde las repercusiones adquirirán su verdadero valor e importancia. En ese sentido, la doctora Peralta Ramos, avanza en el análisis de ese marco mayor que pone los límites de un poder superior que debe ser tenido en cuenta inexorablemente:
«El capitalismo global monopólico, maximizando ganancias y poder en todos los aspectos de la vida, ha engendrado fenómenos que no puede controlar y hoy está ante una encrucijada signada por una brutal depredación del clima y del medio ambiente, una posible guerra nuclear y un desarrollo de la inteligencia artificial de consecuencias imprevisibles para la organización social y para la vida humana. El lado oculto de este capitalismo: la existencia de una poderosa industria de guerra y espionaje emerge hoy a la luz del día: solo un estado de guerra permanente permite maximizar sus ganancias. Esta dinámica de la guerra ha sido invisibilizada por mucho tiempo. Ahora, sin embargo, se huele en una violencia desatada por una estructura de poder global que busca reproducirse a cualquier precio. En el intento, pierde sus ropajes y asoma desnuda a la intemperie. En estas circunstancias, la impunidad de la violencia nos guía hacia ella. Las finanzas lubrican al estado de guerra permanente. No usan munición de guerra, pero ahorcan a sus víctimas hasta quitarles el último aliento. Así, el endeudamiento ilimitado no es un fin en sí mismo. Junto con las tecnologías de punta constituyen las piezas decisivas de una maquinaria bélica que, en su afán de maximizar ganancias y poder, se desparrama por los territorios, los mares, los cielos, el ciberespacio y la estratosfera».
Esta síntesis pone en evidencia la realidad del mundo al que pertenecemos. Ignorarlo supone, necesariamente, investigar las razones de esos ocultamientos. El lenguaje de la investigadora expresa con mucha valentía lo que la gran prensa internacional oculta con mucho profesionalismo. Una maquinaria de medios de información, que depende directamente de las grandes multinacionales, controla férreamente los cursos, los contenidos, los modos, la distribución, de la catarata diaria de lo que se publica. Los profesionales del medio hablan de la agenda setting [1] sobre este tema dice Wikipedia:
«La teoría de la fijación de la agenda, también conocida como teoría de la Agenda Setting, postula que los medios de comunicación de masas tienen una gran influencia sobre el público al determinar cuáles poseen interés informativo y cuánto espacio e importancia se les da. El punto central de esta teoría es la capacidad de los grandes medios de comunicación para graduar la importancia de la información que se va a difundir, dándole un orden de prioridad para obtener mayor audiencia, mayor impacto y una determinada conciencia sobre la noticia».
La opinión pública adquiere un poder muy importante, que se lo podría definir como poder delegado, ya que el funcionamiento de la manipulación que ejerce sobre ella el poder multimedio concentrado no es conocido por el público masivo, a pesar de que ello, por momentos se torna bastante evidente. Este aspecto del juego de poder mundial, en los países de la periferia, funciona como un poder político que expresa la verdad del sistema no la verdad del ciudadano de a pie. La expresión jurídica Interpósita persona – “persona que, aparentando obrar por cuenta propia, interviene por encargo y en provecho de otro”, es una analogía que expresa con bastante claridad este juego [2].
Agrega la doctora Peralta Ramos para colocar una luz de esperanza:
«Hoy vivimos en un mundo dominado por un capitalismo que incluye a todas las fases de su desarrollo previo: comercial, industrial y financiero, y las supera sembrando una crisis que abre las puertas a la aniquilación de la vida y del planeta. En las tinieblas que engendra este derrumbe se atisban destellos de lo viejo que muere y de lo nuevo que puja por ser parido. Sin herramientas conceptuales para analizarlos, podemos sin embargo guiarnos por la pestilencia de la impunidad para encontrar al monstruo que agoniza e incidir sobre acontecimientos que hoy parecen aplastarnos con la fuerza de un destino implacable».
[1] Puede consultarse sobre el tema la investigación de Natalia Aruguete, El poder de la agenda: política, en medios y público http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-49112016000200167
[2] Para mayor información se puede consultar mi nota nº 33.- La verdad de los medios y el público real masificado y la nota nº 36 Los orígenes de la manipulación de las grandes mayorías en la página www.ricardovicentelopez.com.ar Sección Reflexiones políticas.
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