El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, fue acusado por el jefe de Estado Mayor del Ejército etíope, el general Birhanu Jula, de colaborar con un grupo de rebeldes en la región de Tigray y de proporcionarle la adquisición de armas.
Ghebreyesus, fue ministro de Salud entre los años 2005 al 2012 y ministro de Exteriores desde 2012 hasta 2016 en Etiopía y es dirigente del Frente Popular de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT), un partido político dominante en la coalición de Gobierno.
El pasado 4 de noviembre, el FLPT reestableció la rebelión en Tigray y el ejército etíope inició rápidamente una operación para recuperar el control de la región a cargo del primer ministro Abiy Ahmed, quien envió el 5 de noviembre una ofensiva militar.
El Gobierno acusa al TPLF de haber cometido atrocidades y ha emitido órdenes de arresto contra sus líderes, a los que se acusa entre otras cosas de traición.
El conflicto en Tigray proviene de una oposición tribal entre la etnia oromo –a la cual pertenece el primer ministro etíope Abiy Ahmed Alí, premio Nobel de la Paz en 2019– y la población de Tigray.
El general Birhanu Jula denunció que Tedros ha usado su cargo para convencer a otros países de que apoyen al TPLF. “Ha estado haciendo campaña en nuestros países vecinos, pidiéndoles que se opongan, que condenen la guerra”, dijo el miércoles pasado en declaraciones a la prensa en Adís Abeba, según informa Bloomberg.
“Ha trabajado para conseguirles armas, ha usado su nombramiento en la ONU como una oportunidad para hacer lobby y convencer a la gente de que apoye a la junta del TPLF (pero) no tendrá éxito”, aseguró el jefe del Ejército etíope.