Mientras nos distraen con el Mundial y Durán Barba saca de la manga debates divisorios de todo tipo, la desocupación subió hasta el 9,1% según cifras oficiales en el primer trimestre del año, un fuerte alza incluso con respecto de fines de 2017, cuando había sido del 7,2%. No extrañan estas cifras cuando se abren las importaciones masivamente, se destruye la industria nacional, se congela la economía con tasas por arriba del 40% y el país solo sigue existiendo gracias a un endeudamiento atroz con el FMI que solo podrá pagarse con nuestros recursos naturales estratégicos en unos años.
La población desocupada alcanza a 1.183.000 personas sin trabajo, mientras la subocupación afecta a 1.977.000 habitantes, sobre una población económicamente activa de 27,7 millones de personas.
Si se traspolaran las cifras al total de la población el resultado sería aún peor: más de cuatro millones de personas tienen problemas de empleo en la Argentina.