Las consecuencias de la pandemia según el Banco Mundial y el FMI – Parte II

Por Ricardo Vicente López

Parte II

Las instituciones mencionadas en la nota anterior afirman que el final de 2021 y el comienzo de 2022 están marcados por aumentos muy fuertes en los precios de la energía. Frente al aumento de los precios de los alimentos básicos y los combustibles impuestos por los programas de ajuste estructural, y apoyados por el FMI y el Banco Mundial, las poblaciones se enfrentan a enormes dificultades para sobrevivir en las condiciones impuestas por esas instituciones internacionales de crédito. Afirma Éric Toussaint:

«Los gobiernos y las principales instituciones multilaterales como el Banco Mundial, el FMI y los bancos regionales de desarrollo han utilizado el pago de la deuda pública para generalizar políticas que han dañado los sistemas de salud pública. Esto los ha hecho mucho más vulnerables a pandemias como la del coronavirus. Frente al aumento de los precios de los alimentos básicos y los combustibles impuestos por los programas de ajuste estructural y apoyados por el FMI y el Banco Mundial, las poblaciones se enfrentan a enormes dificultades para calentar sus hogares en los lugares donde es necesario o para cocinar, hervir el agua y hacerla potable. Incluso antes del estallido de la epidemia de Covid-19, estas políticas ya habían producido enormes pérdidas en vidas humanas en los cuatro rincones del planeta, las y los trabajadores de la salud habían organizado protestas».

Y arriesga esta propuesta:

«Si se quisiera tener los medios para luchar contra el coronavirus e incluso mejorar la salud y las condiciones de vida de la gente, habría que adoptar medidas de emergencia. La suspensión inmediata del pago de la deuda y, mejor aún, su cancelación, debería haber sido una prioridad. Sin embargo, ni el Banco Mundial ni el FMI han cancelado deudas desde el inicio de la pandemia del coronavirus. Estas dos instituciones han multiplicado declaraciones que pretendían dar la impresión de que estaban tomando medidas muy fuertes. Es completamente falso. En lugar de la cancelación, los acreedores públicos no hacen sino aplazar los vencimientos. Hay que subrayar que los acreedores privados no están obligados a hacer ningún esfuerzo. En cuanto al FMI, no pone fin al reembolso, ni siquiera lo suspende. Ha creado un fondo especial que es alimentado por los países ricos y del que el FMI extrae para reembolsarse».

He hablado de hipocresía en notas anteriores, y Éric Toussaint corrobora mi calificación. En cuanto al Banco Mundial, entre marzo de 2020 y abril de 2021, recibió más reembolsos de países «en desarrollo» de lo que proporcionó como financiación ya sea en forma de subvenciones o préstamos. En 2021, ante la crisis internacional y la pandemia, el CADTM [1] internacional estuvo presente en la iniciativa del Manifiesto «¡Acabemos con el sistema privado de patentes!» que tuvo un importante eco internacional: Lista de las primeras 360 firmas de personas que apoyan el Manifiesto ¡Acabemos con el sistema privado de patentes! Más de 250 organizaciones también son firmantes a nivel internacional.

Para luchar contra las crecientes desigualdades y hacer frente a la pandemia del coronavirus, la red internacional CADTM y los firmantes del manifiesto impulsado por el CADTM estamos a favor de:

  1. La suspensión de patentes privadas sobre todas las tecnologías, conocimientos, tratamientos y vacunas relacionadas con el Covid-19;
  2. La eliminación de los secretos comerciales y la publicación de información sobre los costes de producción y las inversiones públicas utilizadas, de forma clara y accesible para toda la población;
  3. Transparencia y control público en todas las etapas del desarrollo de vacunas;
  4. Acceso universal, abierto y gratuito a la vacunación y el tratamiento;
  5. La expropiación y socialización bajo control ciudadano de la industria farmacéutica privada como base de un sistema de salud público y universal que promueva la producción de tratamientos y medicamentos genéricos;
  6. El aumento de las inversiones y los presupuestos públicos destinados a las políticas públicas de salud y atención local, incluyendo un aumento en las contrataciones, salarios y una mejora en las condiciones laborales del personal de estos sectores;
  7. La introducción de impuestos sobre la riqueza (patrimonio e ingresos del 1% más rico) para financiar la lucha contra la pandemia y asegurar una salida socialmente justa y ecológicamente sostenible de las diversas crisis del capitalismo mundial;
  8. La suspensión del pago de las deudas mientras dure la pandemia y la cancelación de las deudas ilegítimas y de las contraídas para financiar la lucha contra el virus.

La movilización ciudadana es la piedra angular fundamental de los cambios que pretende impulsar el CADTM. En todas partes del planeta el “sistema deuda” acentúa las desigualdades. Si los contextos son diferentes, el mecanismo es similar en el Norte y en el Sur: los Estados sobre-endeudados son estrangulados por pagos insostenibles y puestos bajo el control de los acreedores. Las soluciones impuestas en el Sur y en el Norte son idénticas: planes de ajuste estructural allá, políticas de austeridad aquí, privatizaciones, esclavización sistemática de la naturaleza y medidas antisociales por todas partes. Comenta Toussaint:

«Para que los pueblos puedan liberarse de la tutela de los acreedores, el CADTM preconiza la cancelación de todas las deudas identificadas como ilegítimas, ilegales, insostenibles u odiosas sobre la base de la realización de auditorías capaces de esclarecer su origen e identificar la parte que no debe ser pagada, porque no ha beneficiado a la población. La movilización ciudadana es la piedra angular fundamental de los cambios que pretende impulsar el CADTM. Una de sus estrategias para alimentarla consiste en fortalecer a las organizaciones miembros de su red internacional a la vez que desarrolla sus sinergias con redes que trabajan sobre la deuda y sus colaboraciones con otros movimientos sociales para que integren el tema de la deuda y la reivindicación de su cancelación en su agenda política. Hay que señalar que a ojos del CADTM, la cancelación de todas las deudas ilegítimas no es un fin en sí mismo. Es en mayor medida un medio, una condición necesaria pero no suficiente para la construcción de un mundo que permita la consagración universal de los derechos humanos fundamentales, la emancipación social y el respeto por la naturaleza».

Amigo lector, no es difícil suponer que todo esto le puede sonar a Ud., como un hermoso sueño, que en tanto tal es un imposible. Sin embargo, permítame pensar de otro modo: Las grandes revoluciones de la historia no fueron detectadas ni anunciadas por nadie. Para no ir muy lejos hacia atrás ¿quién pronostico la implosión de la Unión soviética? ¿quién anunció el peligro que corrían las Torres Gemelas? ¿Quién anunció la posibilidad de la caída del Muro de Berlín? Para esas situaciones tenemos en castellano una palabra: acontecimiento.

«El término acontecimiento nombra la alteración azarosa, singular y continua cuyos efectos modifican el sentido de lo histórico, lo social o lo político además de lo cultural».

El acontecimiento no se anuncia, se presenta espontáneamente; hay mucha evidencia histórica de su aparición impensada pero, no por ello, menos importante, ¡No nos dejemos arrastrar por el escepticismo que predica el imperio!, ello es una salvaguarda para su existencia. La cultura moderna occidental se está desmoronando porque no cumplió con ninguna de sus promesas: «igualdad, libertad, fraternidad». Sólo enriqueció a los ricos y empobreció a los más pobres.

[1] Comité para la abolición de las deudas ilegítimas.

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