El ex gobernador De la Sota se había acercado políticamente a CFK en los últimos meses, había mantenido una reunión con Máximo Kirchner a fines de julio de este año y apostaba a la unidad para enfrentar a Macri. Con su muerte Córdoba queda totalmente en manos de Juan Schiaretti, que más allá de que siempre actuó con De la Sota como una pareja política, es un dirigente mucho más cercano a Macri, por lo que el hecho del deceso en una autopista del ex gobernador cordobés juega en contra del proceso de unidad que se venía gestando, quitando a una pieza fundamental.
“De la Sota sigue siendo crítico del kirchnerismo, pero está convencido de que el único modo de derrotar a Macri es con un PJ unido, que incluya a Cristina”, describía el 28 de julio el diario La Voz.
El periodista Gabriel Fernández explicaba solo un día atrás: “Con el aval de la candidata más votada se ha formado una mesa reducida con un conocidísimo dirigente cordobés, la más importante intendenta del país y un ex gobernador bien rumbeao. De allí saldría la unidad política. Con ese perfil queda fuera de juego el acompañante en Davos pero también la referencia “razonable” del senador rionegrino”.
La ex presidenta Cristina Kirchner fue de las primeras en manifestar públicamente su dolor por la muerte de De la Sota:
Las causas de la trágica muerte , extrañamente en una autopista, como la ruta 36, deberán investigarse, pero los beneficiarios políticos de la misma son quienes veían el riesgo de una unidad de la oposición (especialmente en una provincia tan importante como Córdoba) para enfrentar a Cambiemos.
