“La OTAN está lista para una confrontación directa con Rusia”, declaró el almirante Rob Bauer, presidente del Comité Militar de la Alianza. La temeraria expresión fue realizada por Bauer en una entrevista con la cadena portuguesa RTP este sábado.
El almirante explicó que las naciones de la OTAN siempre controlaron la iniciativa, decidiendo ir a Afganistán o a Irak. “Fue una decisión de la OTAN, de las naciones de la OTAN. […] Nosotros decíamos cuándo íbamos, con cuántas tropas, por cuánto tiempo, etc.”, afirmó, mientras que actualmente Rusia avanza hacia los países del bloque “sin invitación” en el momento que Moscú eligió, por lo que los miembros de la OTAN tienen que estar más preparados y su prioridad debería ser el rearme.
Cuando se le preguntó a Bauer si la Alianza Atlántica está lista para una confrontación directa con Rusia, respondió afirmativamente y agregó la necesidad de que los países miembros del bloque pasen a una “economía de guerra”.
De acuerdo al almirante, durante los últimos 25 años, Occidente tuvo en materia militar una economía basada en “lo que sea suficiente en ese momento”, mientras que ahora debe aumentar la producción de armas y municiones. “Necesitamos aumentar la producción en la industria de defensa. Ahora se está discutiendo más y más en las naciones. Pero también podría ser necesario establecer algunas prioridades en términos de ciertas materias primas, ciertas capacidades de producción que se requieren para la producción de defensa en lugar de la producción civil”, afirmó.
Para lograr esta transición, será necesario un cambio en la mentalidad de la población, un reto al que ha calificado de “difícil”. “Tenemos que asegurarnos de que los rusos no ganan la guerra de Ucrania. Si lo hacen tendremos un problema mucho mayor en términos de dinero y defensa: los rusos estarán en nuestras fronteras”, sostuvo.
Bauer dejó en claro así el rearme como una de las principales prioridades de la Alianza de la que reconoció que ha perdido el monopolio de la iniciativa militar. Mientras, Moscú mantiene unos objetivos estratégicos que van más allá de Ucrania y que, en su opinión, busca recuperar la dimensión de la antigua Unión Soviética.
