Planned Parenthood Action Fund, brazo político de la multinacional del aborto Planned Parenthood Federation, felicitó a Joe Biden como “nuestro 46º presidente” y expresó que “el trabajo apenas está empezando”: “Hoy, celebramos; mañana, nos ponemos a trabajar” añadió.
La multinacional, que cuenta con miles de clínicas abortivas en todo el mundo, sostuvo: “expulsamos a Trump del cargo” y tildó a Biden y Harris de “campeones de la salud reproductiva”, “eso incluye retomar lo que perdimos durante el último gobierno, como el reducido acceso al aborto legal y seguro, control natal accesible, atención en los centros de salud de Planned Parenthood, y protecciones para las personas LGBTQ+ y otros grupos que enfrentan discriminación”.
You voted for change. You voted for your future. You voted for Joe Biden.
The work is just getting started. Today, we celebrate; tomorrow, we get to work. pic.twitter.com/7zPRRcu20i
— Planned Parenthood Action (@PPact) November 7, 2020
Aquello de tener “más sucursales que Mc Donald’s” no es solo un slogan. Efectivamente, hasta el 2016, la IPPF administraba alrededor de 46.000 clínicas abortivas en todo el mundo, mientras que Mc Donald’s solo contaba para esa fecha con 33.990 sucursales.
Planned Parenthood Federation of America y su matriz internacional, la International Planned Parenthood Federation (IPPF), figuran entre los principales financistas de organizaciones promotoras de la legalización y despenalización del aborto en América Latina.
En la Argentina, la IPPF financió de hecho con alrededor de U$S 5 millones de dólares, en blanco y solo entre 2008 y 2016 (luego dejó de informar las cifras en sus balances públicos), a organizaciones como Casa FUSA, FEIM Argentina, CELS, CEDES, “Católicas por el Derecho a Decidir”, Fundación Huésped, Amnistía Argentina, Centro de Estudios Sociales y Políticos y Fondo de Mujeres del Sur. Muchas de estas organizaciones, no solo reciben fondos de la IPPF, también realizan importantes aportes la Open Society Foundations de George Soros y la Ford Foundation, entre otras entidades transnacionales, ligadas al poder financiero.
El propio Banco Mundial ha sido desde fines de los años ’60 un ferviente impulsor de la legalización del aborto.