La izquierda caniche del capitalismo y su relato para descerebrados – Por Juan Manuel de Prada

Por Juan Manuel de Prada

La izquierda caniche ha instilado entre sus adeptos tal grado de fanatismo zombi que, a la postre, ha logrado que dimitan de la ‘funesta manía de pensar’, logrando que la realidad de las cosas sea por completo abolida por el ‘relato’. De este modo, mientras no pueden pagar la factura de la luz, los adeptos de la izquierda caniche se muestran orgullosos de que no gobierne la derecha. Sin advertir que la izquierda caniche es infinitamente más funcional al capitalismo que la derecha más genuflexa.

La construcción de este ‘relato’ para descerebrados ha alcanzado una cúspide de desfachatez rampante con la pantomima del acuerdo alcanzado por Yolandísima [Yolanda Díaz Pérez, Ministra de Trabajo y Economía Social de España] entre sindicatos y patronal para la supuesta ‘reforma’ (al principio, incluso, lo llamaban ‘derogación’, en el colmo del cinismo) de la reforma laboral de 2012, que no ha sido sino un acuerdo de consolidación del ‘modelo laboral actual’, tal como la patronal ha proclamado ufana en su comunicado oficial. Y es natural que la patronal se pronuncie con tanta ufanía, pues ha logrado mantener intacta la redacción difusa del artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores establecida en la reforma laboral de 2012, donde se permite que la dirección de la empresa pueda realizar «modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo» cuando existan razones económicas, técnicas, organizativas o de producción» relacionadas «con la competitividad, productividad u organización técnica o del trabajo en la empresa». Lo que, traducido al román paladino, significa que el acuerdo de Yolandísima consagra el despido libre (la ‘flexibilidad interna’, como afirma socarronamente el comunicado de la patronal). Y para garantizar el despido libre, el acuerdo de Yolandísima confirma las indemnizaciones de chichinabo establecidas en la reforma laboral de 2012 y despoja a los trabajadores de los salarios de tramitación, un importantísimo instrumento disuasorio del despido. Además, el acuerdo de Yolandísima ratifica los llamados ERTEs, que no son más que instrumentos para agravar la precariedad laboral, pues permiten ‘flexibilizar’ plantillas en función de la demanda o de los beneficios.

El acuerdo de Yolandísima es una pantomima al servicio de Bruselas que consagra un modelo neoliberal, confirmándonos que la izquierda caniche es la fuerza que favorece la revolución neocapitalista (aunque el ‘relato’ la presente como opositora) y convierte a los sindicatos en órganos cipayos, diseñados para desactivar la protesta obrera. La izquierda caniche construye ‘relato’ y suministra a los trabajadores desahuciados por sus reformas neoliberales entretenimiento low-cost y sopicaldo penevulvar. El día que se cerraba la planta Nissan de Barcelona, condenando a sus trabajadores al desahucio, la izquierda caniche gobernante aprobaba subvenciones a Netflix, para que nutra de series traducidas al catalán a los trabajadores desahuciados.