La historiografía oculta la verdad de la Historia. Parte I 

Por Ricardo Vicente López

Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia: la verdadera historia, quien quiera oír que oiga. -Litto Nebbia

“La omisión, es la mentira más poderosa” -George Orwell (1903-1950)

Parte I

Hace tiempo publiqué en esta columna una nota que desenmascaraba a los delincuentes que estaban detrás del bando Occidental (los aliados) de la Segunda Guerra mundial. Es tanto lo que se oculta, y otro tanto lo que se tergiversa, que me pareció necesario volver sobre este tema. Conocer esto es un muy buen modo de descubrir el mundo de la información pública internacional: las mentiras, la noticia sesgada, una parte de los hechos que oculta la verdad de esa realidad… Vayamos al acontecimiento que se produjo hace más de medio siglo, cuyo relato mentiroso endulzó las conciencias de la gente “biempensante” de Occidente. Al mejor estilo Hollywood, hubo buenos y malos, los primeros defendían la democracia, los segundos eran asesinos feroces, semisalvajes, de lo peor…

Esta historia comienza el Día “D”, 6-6-1944 se produjo el desembarco en Normandía de las fuerzas de los aliados (salvo la Unión soviética que estaba combatiendo contra Alemania en el frente oriental desde el 22-6-1941). En estas semanas su cumplen 77 años de aquel  acontecimiento. Rafa de Miguel, Director Adjunto de información del diario El País (España) publicó el 6-6-2019 una nota al respecto:

«El 75º aniversario del Día D ha logrado este miércoles, durante una fugaz mañana en la localidad costera de Portsmouth, brindar un espejismo de unidad entre naciones con intereses revueltos… Los líderes de los 14 países que participaron en el segundo frente para liberar a Europa de la invasión nazi han celebrado aquel espíritu de colaboración y las instituciones internacionales que trajo consigo el final de la Segunda Guerra Mundial».

La BBC News (5-6-2019) comenta:

«¿Qué pasó el Día D que decidió el destino de la Segunda Guerra Mundial? El 6 de junio de 1944, fuerzas británicas, estadounidenses y canadienses invadieron la costa de Normandía,  en el norte de Francia. El desembarco fue la primera etapa de la Operación Overlord, la invasión de la Europa ocupada por los nazis, y pretendía poner fin a la Segunda Guerra Mundial».

Le pido, amigo lector, que Ud. tome nota de algunas sorprendentes omisiones fundamentales para comprender aquellos tiempos violentos. Ni El País (España), ni BBC News (Londres), como la mayoría de los grandes medios internacionales, percibió que entre los líderes de los países aliados no estaba nadie que representara a Rusia. ¿Por qué pasó esto? Porque se oculta que fue la Unión Soviética la que derrotó al ejército alemán y que Normandía fue una tardía respuesta para evitar que el ejército rojo ocupara toda Europa. Veamos algunas investigaciones sobre aquellos dolorosos momentos históricos.

El tema de la Segunda Guerra Mundial, y la participación de los EEUU, han cobrado nuevo interés de parte de los investigadores y los académicos, aunque no sólo de ellos. Tomaré algunos ejemplos que nos permitirán ver relatos que se publicaron después de largos y fatigosos estudios. El Doctor Michael Rivage Seul [[3]], publicó en enero del 2002 los resultados de sus investigaciones sobre la Segunda Guerra Mundial, allí afirma:

«En otras palabras, no importaba cuál bando ganara, los capitalistas debían triunfar. No se peleó por los derechos humanos… de hecho, el desdén por ellos fue virulento tanto de parte de los aliados cuanto de parte de los nazis: Dresden (13-2-1945), Hiroshima y Nagasaki (6 y 9-8-1945) son la mejor evidencia. Los EE UU hicieron lo mismo con los ciudadanos japoneses que fueron llevados a los campos de concentración durante la guerra y a quienes les fueron confiscadas sus tierras. En la Segunda Guerra Mundial tampoco se peleó para derrotar a las fuerzas del racismo o el antisemitismo, o para liberar a las víctimas de los campos de concentración. La propia cultura estadounidense en la década de 1940 era intensa, sistemática y legalmente racista. El antisemitismo en los EE UU era igual al de toda Europa Occidental. Por tal razón, los aliados dilataron su respuesta a los campos de concentración de Hitler hasta último momento en el que fueron liberados por las tropas soviéticas. Entonces su reconocimiento llegó a ser una medida de guerra útil para transformar la lucha intestina del capitalismo en una cruzada moral».

¿Por qué ingresó los EE UU en la Segunda Guerra si Roosevelt había prometido neutralidad en la campaña electoral? Una de las razones fue la dificultad para salir de la profunda crisis, originada en la caída de la Bolsa de Nueva York (1929). El destacado economista y Profesor de Harvard, John Kenneth Galbraith (1908-2006), publicó su libro La Era de la Incertidumbre (1977), en el cual afirma:

«La recesión de 1937 ayudó a que las ideas de Keynes fuesen aceptables en Washington. Había desánimo por no lograr levantar el nivel de empleo. En 1939, el mismo año en que la guerra empezaba en Europa, había nueve millones y medio de estadounidenses sin trabajo. Esto representaba el 17 por ciento de la fuerza laboral. Al año siguiente la misma cantidad seguía sin empleo. Entrar en la guerra puso a caminar la receta keynesiana. Los gastos se reduplicaron y el déficit disminuyó. Ya en 1942, el desempleo estaba casi desaparecido.

Las inteligentes palabras del Profesor Galbraith nos hacen ver que el inicio de la Segunda Guerra Mundial anuló todo prejuicio liberal que existiera en los EEUU con respecto a las ideas keynesianas y, además, potenció de inmediato la economía. Los préstamos federales para financiar los gastos de la guerra se multiplicaron. El gasto público estaba en el orden del día: aviones, tanques, barcos, fusiles, obuses y uniformes hicieron el milagro. La fuerza de trabajo en los EE UU había logrado el pleno empleo. En otras palabras, casi una paradoja: Hitler obligó a Roosevelt a tomar medidas que salvaron el capitalismo. Galbraith señala por ello que:

«Hay otra manera de ver esta historia. Habiendo terminado Hitler con el desempleo en Alemania, también terminó con el de sus enemigos».

El escritor belga, Michel Collon (1946) [4], publicó una nota, poco tiempo atrás, que tituló Lo que no os dirán (6-6-2014) en la que establece un paralelo entre las mentiras de los medios y las del relato histórico. Estas últimas no tienen nada que envidiarle a las mentiras cotidianas de los medios. Por ejemplo: «la intervención de los EEUU fue decisiva para derrotar a los nazis». Dice Collon:

«Es necesario hacer ciertas aclaraciones: Algunos hechos inquietantes han sido documentados en un excelente libro El mito de la Guerra BuenaAmérica en la Segunda Guerra Mundial (2002) del historiador Jacques Pauwels [5] Sus documentos irrefutables demuestran que gran parte de las empresas de Estados Unidos colaboraron directamente con Hitler, y no sólo al comienzo de la guerra: Du Pont, Union Carbide, Westinghouse, General Electric, Goodrich, Singer, Kodak, ITT, JP Morgan… y otras más. La gran novedad estratégica de Hitler fue la “Blitzkrieg”, la guerra relámpago −dirigir muy rápidamente sus tropas hacia el corazón del enemigo−. Ello exigía dos condiciones esenciales: camiones y gasolina. Como Alemania no tenía ninguno de los dos, fue la Esso la que aprovisionó la gasolina, mientras que los camiones provenían de las fábricas alemanas de Ford y General Motors».

Este investigador demuestra que una gran parte de los empresarios de los Estados Unidos apoyaban a Hitler en los años 30 y 40. De hecho, los Estados Unidos se prestaron a un doble juego. Ellos deseaban que la guerra durase mucho tiempo. ¿Por qué? Por un lado, las enormes ganancias que sus empresas hacían en Alemania iban en constante aumento. Por otro lado, se enriquecían por los préstamos a Gran Bretaña, que soportó sola todo el peso de la guerra entre julio y octubre de 1940. Washington también ponía como condición que Londres abandonase sus colonias después de la guerra. Así se hizo. Los Estados Unidos se las arreglaron para aprovecharse de la Segunda Guerra Mundial, debilitando a sus rivales y convirtiéndose en la única superpotencia capitalista.

[1] Historiografía –  Se dice del conjunto de técnicas y teorías relacionadas con el estudio, el análisis y la manera de interpretar la historia.”Según los estudiosos, la historiografía moderna persigue un “estudio objetivo” de la historia”; también el estudio bibliográfico y crítico acerca de los textos escritos sobre historia y sus fuentes, así como de los autores que han tratado estas materias.

[2] La Historia, son los hechos del pasado; es la ciencia social que estudia al hombre en sociedad y en tiempo pasado. Es decir, los hechos históricos del pasado en el que los hombres son participes.

[3] Profesor de Estudios Generales y Director de Estudios de Paz Social y Justicia en el Berea College, Universidad de Artes Liberales de Kentucky (EEUU).

[4] Escritor belga y periodista de la revista del Partido Marxista de los Trabajadores de Bélgica y fundador y director en Bruselas del Colectivo Investig´Action; conduce un programa que bautizó Las mentiras mediáticas. y autor de los libros ¡Ojo con los media!, Libia, Otan y mentiras mediáticas y Los 7 Pecados de Hugo Chávez, entre otros.

[5] Licenciado en Historia en la Universidad de Gante (Bélgica) y Doctorado en la York University de Toronto (Canadá).