La colonización que viene: la industria del cannabis. Por Nicolás Paz

Ante la reciente reglamentación, por parte del Gobierno de Mauricio Macri, de la Ley 27.350, que habilita la producción industrial de marihuana (en primera instancia “con fines medicinales” -caballo de Troya-), lo que redunda en un multimillonario negocio (como ya puede verse en el proyecto de Gerardo Morales en Jujuy en sociedad con la norteamericana Player’s Network, con un potencial de cultivo de 14.000 hectáreas, como informamos en enero de este año), y dado el fuerte lobby de corporaciones multinacionales como Marlboro y de ONG’s como Open Society de George Soros, creemos oportuno compartir el siguiente análisis crítico de idéntica problemática que se está dando en simultáneo en España:

por Nicolás Paz*

Extremadura vuelve a convertirse en el campo de pruebas del colonialismo global y ahora, además de fábrica europea de transgénicos y objetivo del extractivismo minero, los fondos de inversión buscan su nueva colonización de suelo y mano de obra barata a través de la industria del cannabis.

En breve empezarán a llegar las argumentaciones de los beneficios sociales de apostar por la legalización de la marihuana terapéutica que generará miles de empleos en zonas rurales despobladas. El mismo sistema y la misma lógica de siempre: minas, energía nuclear, transgénicos, megacasinos y ahora las macroplantaciones del cannabis. El debate político centrará sus argumentos en la cosmética moral o moralizante sobre la necesidad de este producto para muchos enfermos o incluso su legalización como uso recreativo controlado. Y sonará muy bien, arropado además por un marketing progresista de izquierdas y por un imaginario colectivo de mayor libertad en el consumo de drogas.

Sin embargo, nadie estará hablando de una legalización para el autoconsumo democrático de la marihuana o de la concesión de licencias individuales a enfermos o consumidores sino de la creación de un nuevo pelotazo rural. De hecho, el negocio de la producción de opio en España es un monopolio en manos de la empresa farmacéutica Alcaliber (…) Alcaliber es ya la responsable del 27% de la producción mundial de morfina y en septiembre de 2017 firmó un acuerdo con la empresa canadiense Canopy que construye una macroplanta de cannabis en Portugal, no muy lejos de nuestras fronteras, gracias a un gobierno de izquierdas y a un fondo de inversión británico. Pasen y vean.

La industria del cannabis es la nueva apuesta de la economía financiera global y los fondos buitres de inversión, amparada y defendida por políticos de todo signo y color en busca de su propio pelotazo electoral o algunas buenas comisiones por el desarrollo de leyes que aseguren el negocio. “Es como la Apple del futuro”, en palabras de Steven Hawkins, presidente de Horizon Etf, un fondo de inversión especializado. El propio BBVA, Caixabank o Bankinter ya están también en el negocio. Por eso no crean que se trata de una estrategia regional o de la brillante idea de un avezado impulsor de valor añadido o nuevo emprendedor, aunque en algún momento así quieran presentarla sus defensores, sino un episodio más de la lógica extractivista global que pone la maquinaria de saqueo a trabajar siempre en regiones periféricas con escasa contestación social y buenos contactos.

La nueva burbuja financiera de los de siempre para los de siempre. Revestirlo de desarrollo rural o de progresismo será el enésimo engaño contra la libertad y la emancipación de un pueblo. Lo bueno de la propuesta es que esta será defendida seguramente por la denominada izquierda de gobierno o incluso por sus socios más radicales; quizás los conservadores se opongan aparentemente durante un tiempo, lo que ayudará a que la medida tenga un cierto aire subversivo inesperado y a que eso que llaman neoliberalismo -la avaricia sin escrúpulos de toda la vida- logre una nueva victoria. Todo vale para mantener las condiciones de vida de la beautiful people. Ya lo decía el propio Pablo Iglesias: “Si es con marihuana, a lo mejor hasta con Felipe González se puede fumar la pipa de la paz”.

El pelotazo es tan grande que a nadie le molesta tener un detallito con el servicio. Para que se hagan una idea: solo con la aprobación de una ley que permita la producción legal de marihuana terapéutica en Extremadura, alguno se hará millonario sin todavía plantar una semilla. Es lo que tiene la economía de casino bursátil; y la marihuana ya cotiza en bolsa. Todo por el módico precio de la libertad y la soberanía de un pueblo. Probablemente este sea otro ejemplo más del profundo desarme ideológico frente al capitalismo, porque después de la mayor estafa reciente del sistema, las hipotecas subprime y la crisis financiera mundial, de la que todavía ni siquiera hemos salido, no solo no hemos aprendido nada sino que estamos dispuestos a lanzarnos de nuevo a la mesa de Black Jack y apostar una vez más a un juego que viene trucado de base.

Hablar además de los estragos ecológicos de este cultivo cuyas consecuencias pueden verse ya, por ejemplo, en los campos y montes del norte de Marruecos, donde ha destruido bosques, agotado la tierra, llenado los acuíferos de fertilizantes y llevado a la población al monocultivo y a la dependencia absoluta del mercado especulativo global de las drogas, es para estos saqueadores internacionales un asunto irrelevante.

El dinero lo justifica todo, las cotizaciones siguen subiendo, la Banca siempre gana… A menos que no entremos en sus casinos.

*Fuente: https://www.elsaltodiario.com/agricultura/colonizacion-industria-cannabis-agricultura-legalizacion

Gerardo Morales detrás del millonario proyecto de la mayor plantación de marihuana del mundo, en sociedad con EEUU

Si te gustó este artículo apoyá a KontraInfo con tu suscripción. No recibimos ni recibiremos jamás dinero de ONG's ni partidos políticos. Por hacer un periodismo contrahegemónico venimos siendo sistemáticamente censurados y desmonetizados. Ayudanos con tu suscripción, ingresando a este enlace.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.