Bajo el apotegma macrista “hay que aguantar”, Shell Argentina anunció una suba del 9,5% en el precio de la nafta a partir de este sábado. Con un claro compartamiento cartelizado, las otras petroleras acompañarán este aumento con incrementos similares.
Dado el contexto de tarifas dolarizadas, la excusa es el “aumento del 10% del dólar en el mes de marzo”, sin embargo casi nunca las petroleras bajaron los precios cuando la cotización de la divisa internacional descendió, y las pocas veces en que esto pasó nunca fue en la misma proporción.
La otra excusa es la “cotización del Brent, el precio internacional del barril de petróleo”, presentándose el mismo fenómeno: nunca bajan las naftas cuando el precio internacional lo hace. Los únicos cambios en el precio siempre son hacia mayores valores.
Con el nuevo incremento la fórmula V-Power pasará en la CABA a $49.98 y la súper a $43.36. En el interior del país los precios siempre son más altos.
Siendo el combustible un insumo estratégico de todo el sistema de logística del país, este incremento de cerca del 10% redundará en un aumento de precios de toda la cadena de valor, retroalimentando la espiral inflacionaria que sufre el país.
Cambiemos incinera a la Argentina en el altar de las ganancias de sus corporaciones amigas.