Por Iciar Recalde
Son lindas las declamaciones románticas pero no dejan de ser sólo eso todos los 2 de abril.
Perón señaló el camino con poco romanticismo y mucho realismo patriótico: si Argentina quería mantener la paz, debía prepararse integralmente para la guerra.
Nación en armas que incluía también el afianzamiento de una cultura nacional y la ratificación de una historia verdadera.
Recuperar Malvinas es imposible si nuestro país no inicia un proceso de restauración de su poder nacional, hoy inexistente: industrialización y desarrollo con pleno empleo, con defensa nacional, fabricaciones militares y capacidad estratégica como para poder afrontar a un imperio como Gran Bretaña. Con recursos naturales y servicios públicos bajo su potestad.
Fuera de esta convicción, en el primado de la democracia liberal de 1983 a esta parte, Malvinas seguirá ocupada por el pirata británico como la Argentina en su conjunto también ocupada, no territorialmente, pero sí en su economía y en la cultura que legitima la expoliación y de la que poco se habla.
Y después me dicen que lo que señalo atrasa. Pregunto: ¿no está el General Perón en el futuro frente a la involución que vive el país, desde 1976 a esta parte, respecto a la Argentina independiente, industrial, tecnológica, científica, con pleno empleo, conciencia nacional y dueña de sus recursos naturales y servicios públicos que fuimos?