El informe de ADN/Tomás Méndez censurado por la DAIA y el INADI: el Evento 201, la Fundación Gates y el posible origen del coronavirus

La DAIA y el INADI censuraron al periodista Tomás Méndez, del programa ADN, obligándolo a pedir disculpas públicas, luego de tratarlo de “imbécil” e iniciándole una causa judicial bajo la excusa de un supuesto “antisemitismo”, por haber difundido por el canal C5N un informe en el que se acusaba a “empresarios de EEUU, Gran Bretaña e Israel” de estar detrás del denominado “Evento 201”, una simulación de pandemia por coronavirus auspiciada por la Bill and Melinda Gates Foundation, realizada curiosamente en octubre de 2019 en EEUU, a solo un mes de desatarse el brote del Covid-19 en China.


El Event-201, auspiciado por la Bill Gates Foundation, que simuló una pandemia de coronavirus en octubre de 2018, contó incluso con souvenires con la forma del virus.

El informe también contenía escenas de un programa emitido en noviembre de 2015 por la RAI italiana en el que se alertaba acerca de la peligrosa experimentación con coronavirus de murciélagos en un laboratorio chino con capitales norteamericanos.

El video de la RAI que subimos a nuestro cana fue también censurado por Youtube, como puede verse acá:

También fue censurado por Vimeo así que lo subimos a Dailymotion, que también dio de baja el canal:

https://www.dailymotion.com/video/x7tiksm

Finalmente se lo está pudiendo ver desde el siguiente enlace, ¿Por qué tanta necesidad de los medios del sistema por eliminar de internet este video?:

Por supuesto que tanto la RAI como la revista Nature, sobre la que se basó ese informe de 2015, salieron a afirmar que el genoma del que se habló en aquella ocasión no es el del Covid-19, pero las similitudes no pueden pasar fácilmente desapercibidas.

Méndez luego mostró la tapa de la revista The Economist de fines de 2018, la que anticipaba “cómo sería el mundo en 2019” y entre distintas figuras icónicas aparecía la de un pangolín, el animal que se supone fue el nexo entre el murciélago y el ser humano para el contagio del virus, junto a las imágenes de Xi Jinping y Donald Trump.

Lo que parece haber colmado la paciencia del lobby sionista de la DAIA fue la referencia a los dueños de The Economist: la banca Rothschild, la misma que financió el establecimiento del Estado de Israel y a la que fue dirigida la Declaración Balfour de 1917 por la que Gran Bretaña sentó las bases del futuro Estado sionista.

La DAIA, entidad que representa los intereses del gobierno de Israel en la Argentina, saltó ofendida a censurar al periodista: “La de Tomas Mendez de C5N es una afirmación imbécil que solo puede formular un antisemita. La asociación de poder, tragedia y responsabilidad de los poderosos en ellas es de vieja data y al incluir a Israel en ello, sabemos de qué hablamos…”. O sea, según los defensores a ultranza del gobierno de Benjamin Netanyahu no se puede asociar a Israel con poder, ni con tragedia, ni con responsabilidad de poderosos. ¿Qué clase de delirio es este? La misma asociación podría hacerse con EEUU o Gran Bretaña o cualquier otro país poderoso, no se entiende por qué motivo Israel debería ser un caso excepcional en el mundo al que no se lo pueda criticar o denunciar.

¿El problema fue que el periodista haya mencionado a la banca Rothschild? ¿Alguien podría negar acaso el poder global de esta dinastía financiera, fuertemente asociada al Imperio Británico desde 1750 a la actualidad? ¿Es mentira acaso que han sido los históricos dueños de la publicación financiera The Economist, como mencionó el periodista? ¿Está prohibido mencionar el histórico poder de la banca Rothschild en la televisión abierta? ¿A quién le conviene encubrir a estos factores de poder real, sean de la nacionalidad que sean? La respuesta es muy obvia: al poder.

Como puede verse, detrás de la falacia de acusar a otros de “antisemitas” en realidad lo que se pretende es silenciar voces que expongan el poder de grupúsculos financieros, minorías elitistas a la que buscan confundir con la “comunidad judía”, algo así como confundir a David Rockefeller con “la comunidad norteamericana”. El 0,0001% de los más ricos del mundo no puede nombrarse, estas dinastías financieras no deben tener nombre ni apellido, deben permanecer ocultas en el anonimato.

El INADI, entidad fundada por la propia DAIA, salió también como Policía del Pensamiento a censurar y aleccionar al periodista, usando la misma falacia de asociar al Estado de Israel con “la comunidad judía”: “Asociar la comunidad judía al poder económico y las conspiraciones muestra un claro comportamiento de matriz antisemita. Por esa razón desde el Observatorio de Radio y Televisión del Inadi vamos a trabajar de oficio sobre los dichos de Tomás Méndez anoche en su programa”. Afirmación directamente falsa, cuando en ningún momento el informe habló de “comunidad judía” alguna, ni directa ni indirectamente.

Como si todo esto fuera poco, el propio canal, C5N, inició el siguiente programa de ADN con un vergonzoso comunicado repudiando al periodista:

Más allá de que las conclusiones del informe entran inevitablemente en el terreno de lo especulativo, los datos son chequeables y merecen ser debatidos públicamente, como cualquier otra hipótesis explicativa. Censurar a un periodista por poner en la arena pública dicha hipótesis, bajo la remanida excusa de considerarlo “antisemita” por el hecho de cuestionar el poder del sionismo, solo muestra los límites que el poder real le pone a la libertad de expresión: la misma solo es posible mientras no toque a los verdaderamente poderosos. Nadie debe osar mencionar en ningún medio masivo a la tricentenaria banca Rothschild, ni los crímenes diarios del Estado de Israel, ni las acciones espurias de empresarios israelíes. Quien lo haga deberá cargar para siempre con el mote de antisemita, deberá padecer las instancias de un juicio y muy seguramente arriesgarse a perder su trabajo. Ningún medio periodístico debería permitir una censura de esta naturaleza, menos por parte de una entidad como la DAIA, cuya dirigencia pasada quedó involucrada en el encubrimiento del atentado a la AMIA y cuyo objetivo real en la Argentina no es otro que el de defender a ultranza los intereses geopolíticos y económicos del funesto gobierno israelí.

Veamos el informe completo presentado por Tomás Méndez:

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