Gore Vidal y la importancia de respetar la verdad – Por Ricardo Vicente López

Por Ricardo Vicente López

Amigo lector, a lo largo de un tiempo extenso me he dedicado a escribir, entre otros temas, sobre los Estados Unidos y su pueblo, por la influencia decisiva que su política exterior ha tenido sobre toda Iberoamérica. No sólo allí, pero quiero referirme a este aspecto por las referencias y calificaciones que he hecho sobre el tema, hasta el punto de haber comparado al pueblo estadounidense con Homero Simpson,  aunque, y lo digo en cada oportunidad que escribo sobre esto, esta comparación se la debo al autor de la serie, Matt Groening, quien definió a su personaje como una caricatura del ciudadano medio de ese país; lo describió con estas palabras: “inmadurez y estupidez frecuente, de testimonio tenue, el egoísmo, la pereza y la ira explosiva; incluso puede ser ignorante o ajeno a los sentimientos e ideas de las familias”.

Esta caracterización la he tomado como un ejemplo de cómo se puede definir la personalidad media de los habitantes de un país. Sin embargo, pensé en más de una ocasión, que Ud. pudo sentirse molesto o disconforme con ese modo mío de presentar a ese ciudadano medio y haber sentido esto como una falta de respeto de mi parte. Debo confesarle quién soy, lo que puede dar una aproximación a mis modos de pensar y comportarme. Mi exigencia en todos mis análisis es estar precedidos con bastante investigación anterior. Esto es para mí un criterio ético que debe tener quien escribe con la intención de informar y aportar a la formación política del ciudadano de a pie. La formación de estos ciudadanos es una condición imprescindible para  llegar a ser una persona libre, con criterios formados, que contribuya al debate público, respecto de la sociedad en la que queremos vivir.

Debo agregar algo más, como explicación y justificación de todo lo que escribo: tengo sobre mi conciencia más de treinta años de docencia universitaria y asumí, después de mi jubilación, este modo de hacer periodismo que lo ubico, por su seriedad, dentro de los cánones de la tarea académica: un docencia que apuntó siempre a la formación integral del alumno. Es decir, no acepté moverme dentro de los estrechos y pobres márgenes de la profesionalización de los alumnos de carreras universitarias. Yo me impuse la obligación de brindar una formación integral que incluyera una mirada sobre la historia, la política, la filosofía y la antropología humanista cristiana. Sostuve, desde la cátedra, esta responsabilidad para completar la formación específica de cada carrera con una reflexión que abarcara, en lo posible, de todo lo humano que forma a una persona. Mi objetivo ha sido siempre, en la docencia y en esta tarea periodística, intentar que quien me escucha o me lea, integre cualquier tema con una mirada que comprenda su posición ante el mundo y la vida y lo defina como un ser político, en el sentido aristotélico del concepto.

Vuelvo a los temas de los habitantes de los Estados Unidos, tema ignorado sistemáticamente por el periodismo concentrado y monopolizado, lo cual ha permitido que, una parte importante del publico global haya comprado la imagen hollywoodense que el establishment de EEUU creó para consumo for export. Pensar y escribir contra esa marea requiere un esfuerzo importante y correr el riesgo de ser mal comprendido y, por lo tanto distorsionado. El tema es grave y produjo reacciones dentro de ese país: es el caso del doctor Peter Phillips, profesor de Sociología en la Universidad Sonoma State y director de la Fundación de la Libertad de los Medios y del Proyecto Censurado, escribió:

«EEUU hoy alcanzó su extremo la grieta entre la realidad y la información. No sólo hay un simple hueco de credibilidad, sino una emergencia real por conocer la verdad. Los norteamericanos no pueden tener acceso a la verdad sobre los problemas que más afectan a sus vidas por confiar en los grandes medios corporativos».

En mi experiencia personal, mi reencuentro con un novelista e historiador de excepción que me ofreció una de las lecturas más exquisitas con las que me crucé en mis años mozos. Volver a leerlo fue una casualidad, al cruzarme con una entrevista [[1]] que le realizó una periodista, Rosa Miriam Elizalde [[2]] muy bien formada y documentada, a Gore Vidal, para La Jornada de México. Ambos convirtieron la conversación en un discurso sobre la verdad. El entrevistado, Gore Vidal, es  el más grande intelectual de ese país, crítico comprometido con la política interna y externa. Todo ello se convirtió en una especie de clase magistral sobre la historia de los Estados Unidos, que fue aderezada con las inteligentes preguntas de la Doctora Elizalde.

Antecedentes del entrevistado

Quién es Gore Vidal: pasó su infancia entre las familias consideradas los miembros de la aristocracia de Estados Unidos. Había nacido en la famosa academia militar de West Point. El no-intervencionismo, de su abuelo, el senador Thomas Gore, fue desde entonces una de las bases fundamentales de su filosofía política, quien siempre se mostró y críticó lo que consideraba como «imperialismo estadounidense». Vidal escribió novelas de mucho éxito: En 1967 escribió Washington D.C., centrada en la política durante la era de Franklin Delano Roosevelt (1933-1945); la novela histórica relativa a la historia estadounidense Burr (1973), 1876 (1976), Lincoln (1984), Imperio (1987), Hollywood (1989), La Edad de Oro (2000), leerlas es una magnífica forma de conocer la historia profunda de ese país. En ellas demostró su calidad exquisita de escritor e historiador. Es posible que, a pesar de sus preferencias, Vidal haya sido más respetado como ensayista que como novelista.

Su liberalismo lo colocó como un intransigente en relación a los derechos del ciudadano: se consideró siempre como un reformista radical, cuya intención ha sido la vuelta al republicanismo puro de los inicios de los Estados Unidos. Por ello fue muy crítico con la administración de Bush, del  mismo modo que lo fuera con anteriores gobiernos, cuya política exterior era considerada por él, como expansionista: “considero a Bush el presidente más tonto y peligroso que ha tenido EEUU”. Respecto a la libertad de prensa fue muy crítico con los medios de información. Su palabra filosa lo convirtió en un enemigo peligroso para la politiquería de su país:

«Los medios en Estados Unidos son controlados por Bush. CNN es una tribuna de la Casa Blanca, el Washington Post, el New York Times, todos apoyan la política de Bush en Irak. No podía creer lo que oía: cuando hablaba de la “guerra preventiva”, concepto fascista mencionado por última vez en 1949. Para cualquiera que crea en la democracia, la política de confrontación del gobierno de Estados Unidos es un horror. Vea nada más cuántos enemigos se ha buscado Estados Unidos gracias a Bush. Cuando un poblado es destruido tenemos 100 mil nuevos adversarios, y todos tienen primos que viven en Sumatra, Siria y Líbano. ¡En fin, lo logramos! Hemos insultado a mil millones de personas. Estados Unidos utiliza la guerra, porque, según su concepción de la política, ésta es la forma de hacer dinero y consolidar su poder».

Vidal continúa en sus análisis:

«Estados Unidos ha cometido muchos errores. Lanzó una guerra contra México para adueñarse de California. En Filipinas matamos 200 mil personas con el pretexto de liberar su territorio de España. Hemos hecho cosas terribles, pero lo que este pequeño presidente (Bush) ha realizado hace palidecer todo lo anterior. Pero lo que no sabíamos es que este hombrecito tenía la ilusión de adueñarse del mundo… y el Congreso no lo detuvo. Ninguno de los medios lo critica por temor a perder su financiamiento. NBC, una de las más grandes televisoras estadounidenses, pertenece a General Electric, empresa que provee de armas nucleares al Pentágono. NBC jamás dirá algo crítico hacia la guerra o hacia la política de agresión estadounidense» [[3]].

Lisandro Otero [[4]] (1932–2008) fue un escritor, periodista y diplomático cubano. Escribe sobre el escritor Gore Vidal: «Es uno de los más lúcidos cerebros de Estados Unidos. La visión estratégica de su país es como un barco en naufragio; esto le ha otorgado una justa reputación y una inmensa influencia en las mentes de sus conciudadanos»:

«Sin duda, sus novelas históricas sobre la evolución de Estados Unidos fueron las que solidificaron su posición y le permitieron ofrecer a sus lectores una visión de la epopeya independentista y los entretelones de la temible vida gubernativa de años más recientes. En esas páginas hay afirmaciones como ésta: “Para el norteamericano medio, la libertad de expresión es sencillamente la libertad de repetir lo que todo el mundo anda diciendo y punto”. También: “No existe un periódico popular en todo Estados Unidos que merezca la atención de un hombre inteligente”. Gore Vidal escribió varios libros de ensayo y en ellos desarrolló la tesis de que Estados Unidos prosperaron gracias a la II Guerra Mundial. Después de doce años de recesión, tras la cual los magnates de la industria del armamento son los que gobiernan los Estados Unidos: “son, precisamente, quienes han multiplicado sus riquezas por el conflicto, decidieron que lo mejor para sus intereses era mantener a su país como un gendarme universal y las finanzas debían ser inscritas en una permanente economía de guerra».

El físico, premio Nobel Albert Einstein, amigo de Gore Vidal ya se había percatado, en tan temprana fecha como 1950, que la clase dirigente de Estados Unidos no estaba interesada en concluir la Guerra Fría. Gore Vidal atribuyó a Teodoro Roosevelt (1858-1919) [[5]] el papel originario de matón universal por su apoderamiento de Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Gore recordaba que a partir de ese instante Mark Twain [[6]] (1835-1910) había propuesto que la bandera de las barras y las estrellas debía ser sustituida por una nueva que ostentase una calavera con dos tibias cruzadas debajo.

Repito la afirmación de Lisandro Otero sobre Gore Vidal:

«es uno de los más lúcidos cerebros de Estados Unidos y su visión estratégica de su país como un barco en naufragio le ha otorgado una justa reputación y una inmensa influencia en las mentes de sus conciudadanos».

Extraigo algunas afirmaciones de Gore Vidal, notable escritor por el valor de su palabra y sus definiciones sobre el pueblo estadounidense:

«Pero el 11 de Septiembre hubo un golpe de Estado en los EE.UU., el primero en nuestra historia. Un golpe en el cual un grupo de gente deshonesta de una Junta petrolera usurpó el poder del Estado y tiró abajo el Congreso. Esto es algo que el pueblo no acaba de comprender, porque los norteamericanos tienen una mentalidad muy simple: lo que no conocen o no han visto previamente, no existe».

«En Estados Unidos, la mentira es la lengua franca de la nación».

«Tenemos un país loco por la tortura, por el asesinato, por las ejecuciones, por las sentencias a cadena perpetua. Todos tienen que sufrir, si han pecado. Pero si uno es rico, Dios te ama. Esa es la prueba: si uno es pobre, no le caes bien a Dios; esto no es saludable para nadie».

«Le diría al pueblo norteamericano: no te dejes engañar por el miedo. Hay mucha gente en los Estados Unidos que gana dinero gracias al temor».

«Los norteamericanos no están preparados para entender que han recibido por décadas una información distorsionada de su propio gobierno y de los medios que trabajan con el gobierno».

Amigo lector, creo que estas manifestaciones, por el valor y la autoridad intelectual de quien lo dice, me eximen de más explicaciones. Creo que he cumplido con una carga de mi conciencia al pensar que no podía ser sencillo escribir sobre el tema, cuando el resto de lo que se puede leer, está filtrado por las Agencias internacionales cuyos dueños son los mismos que los que realizan las barbaridades de las que habla Gore Vidal. Si puede leerlo, sobre todo las cuatro novelas que trascurren durante la historia de las últimas décadas: “Washington DC” (1967), “Burr” (1974), “1876” (1976) y “Lincoln” (1984), le sugiero comenzar por Lincoln. Después me cuenta.

[1] Su versión completa puede leerse en www.iade.org.ar/noticias/entrevista-gore-vidal

[2] Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación; autora de los libros “Antes de que se me olvide”, “Jineteros en La Habana” y “Chávez Nuestro”, entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo “Juan Gualberto Gómez” y el Premio Nacional “José Martí”, por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.

[3] Cualquier semejanza con algún presidente argentino, es mera coincidencia”

[4] Fue un escritor, periodista y diplomático cubano, Premio Nacional de Literatura de Cuba 2002 y miembro de tres academias de la lengua.

[5]  Fue un militar, escritor y político estadounidense; presidente (1901-1909).

[6] Fue un escritor, orador y humorista estadounidense. Escribió obras de gran éxito y fama mundial como Las aventuras de Tom Sawyer y su secuela Las aventuras de Huckleberry Finn.

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