El ministro de Salud, Ginés González García, restituyó como una de sus primeras medidas, el protocolo sobre aborto que había desarrollado quien fuera secretario de Salud de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein y que generó una fuerte polémica que terminó en su renuncia.
El anuncio lo realizó en una conferencia de prensa en Casa Rosada, junto a militantes de la “Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito”. González García aseguró que los puntos principales son los mismos que había dispuesto Rubinstein, solo “se introduce algún elemento técnico y es un poco más flexible respecto de cómo se aplica la objeción de conciencia”, la que podrá ser invocada de manera individual pero no institucional. Con respecto a si el Gobierno enviará un nuevo proyecto al Congreso, expresó: “Primero que nada vamos a intentar que se cumplan las leyes vigentes”.
Este tema ya había generado un cortocircuito entre sectores de la Iglesia y el nuevo gobierno de Alberto Fernández. Fue el obispo de La Plata, Víctor Fernández, cercano al papa Francisco, quien en aquél momento le respondió en duros términos:
«Si se dice que se trata sólo de un tema de salud pública, entonces estamos queriendo agarrar al chancho por la cola, o poniendo el carro antes que el caballo. Porque de las muertes maternas que hay en el país, una pequeña parte es por aborto procurado. Más del 80 por ciento de estas mujeres se mueren por llegar al parto desnutridas, diabéticas sin tratar, etc. Otras abortan con inmenso dolor, porque desearían ser madres, pero no tienen cómo sostener a ese hijo que han engendrado. ¿Alguien las está tomando en serio en este momento?¿Recuerdan aquella canción: “Era en abril el ritmo tibio de mi chiquito que danzaba dentro del vientre….”? Ahora dicen que es un conglomerado de células sin derechos»
«Valoro la capacidad del presidente electo, Alberto, y espero que pueda levantar y pacificar el país. Pero me llamó la atención leer que enviará inmediatamente un proyecto de ley para avanzar en el aborto. Teniendo en cuenta lo que él dijo creo que hay que hacer dos aclaraciones: Una cosa es despenalizar a la mujer que ya abortó y otra cosa es legalizar el aborto. La realidad es que casi ninguna mujer va presa por haber abortado. Despenalizar sería simplemente blanquear esa situación. Pero otra cosa es legalizar el aborto libre, facilitar el aborto para quien quiera hacerlo por cualquier causa.
«Si yo pudiera hablar con Alberto le preguntaría si vale la pena comenzar su mandato con un tema que tanto divide a los argentinos y que tanta tensión ha provocado. Pero me preocupa más otra cosa: yo le escuché decir, antes de las elecciones, que no consideraba que este tema fuera una prioridad o una urgencia, que dividía al país y que había que analizarlo bien y con tiempo. Muchos le votaron confiando en estas palabras».
Desde sectores pro-vida, las críticas a la restitución del protocolo no se hicieron esperar. Desde “Politólogos por la Vida” expresaron: “Rechazamos el Protocolo del Aborto que se arroga atribuciones legislativas en materia penal, restringe el derecho constitucional a la vida, limita la objeción de conciencia, encubre a los violadores y promueve la cultura del descarte”. También le recordaron sus encuentros en 2018 con la International Planned Parenthood Federation (IPPF), la mayor corporación multinacional de prácticas abortivas:
Incluso le citaron las posturas contrarias al aborto de Perón en sus tres gobiernos y de la propia Evita, cuando en su discurso a estudiantes de enfermería del 12 de octubre de 1950 sostuvo: “Compañeras, cada aborto que ustedes permiten es un servicio a los poderes coloniales que quieren debilitar la revolución, cada hijo del pueblo que no nace es un hombre menos en las filas de la defensa de la Patria y Perón”.