Elecciones en Madrid: derrota del covidianismo radical – Por Carlos Ruiz Miguel

Por Carlos Ruiz Miguel*

Las elecciones regionales de Madrid del 4 de mayo de 2021 tienen varias lecturas. Ha sido una derrota para Podemos en el ámbito de la «izquierda» y ha significado el hundimiento de Ciudadanos. Pero, a mi entender, la lectura más relevante es la de que el covidianismo radical ha sido derrotado (al menos de momento). El resultado de estas elecciones, por eso, puede llegar a tener efectos importantes sobre la política nacional y sobre la política en otras regiones españolas.

I. UNAS ELECCIONES EN TONO MENOR DE “IZQUIERDA” Y DE EUROPA

Estas elecciones suponían, en primer lugar, una pugna para medir el poder de las diversas facciones de la «izquierda» que apoyan al actual Gobierno de España. El peso de estas facciones es una cuestión de gran relevancia en vista de los recortes que, poco a poco, se van entreviendo (peajes en autovías, eliminación de la deducción por tributación conjunta de cónyuges) para cumplir las exigencias de la Unión Europea. Si Podemos hubiera aumentado su influencia se hallaría en una posición de fuerza para, eventualmente, negociar esos recortes. Si el Psoe, directamente o a través de su satélite, aumenta su peso en el ámbito de la «izquierda» podrá sentirse en disposición de ejecutar esos recortes e incluso, eventualmente, cambiar a Podemos por otro partido (como el Partido Popular) para ejecutar una política grata a Bruselas.

El resultado ha sido claro. Podemos, presentando a su líder, ha conseguido un magro aumento de votos en comparación con el resultado obtenido por su anterior candidata, hoy condenada penalmente. Por su parte, aunque el Psoe haya disminuido sus apoyos, lo cierto es que ha conseguido neutralizar el ascenso de Podemos y la supuesta «izquierda» extrema promocionando en todos los medios a la candidata de su partido satélite. Así pues, la consecuencia es que, dentro de su gobierno de coalición, Pedro Sánchez Pérez Castejón ha salido fortalecido.

II. UNAS ELECCIONES EN TONO MAYOR DE COVIDIANISMO

Sin embargo, la clave, a mi entender, fundamental de estas elecciones ha sido la de conocer la opinión del electorado sobre las políticas covidianas. En primer lugar, es importante advertir que estamos ante las segundas elecciones celebradas bajo un estado de alarma (tras las regionales catalanas), lo que supone una demostración concluyente de la inanidad de los argumentos tremendistas de los juristas cortesanos de los dirigentes covidianos de Galicia y de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV).

En segundo lugar, hay que destacar el hecho de que haya sido masiva la votación personal lo que constituye un mensaje claro desautorizando a las voces mediáticas del covidianismo que pedían votar por correo para evitar los «contagios».

Pero más allá de la propia celebración de las elecciones y de participación en las mismas tanto la causa detonante de estas elecciones como las políticas propuestas revelan que lo que estaba en juego era un juicio sobre el covidianismo.

Isabel Natividad Díaz Ayuso por más que no pueda calificarse como una política «anticovidiana» (como lo atestigua su apoyo al proceso de «vacunación», entre otras posturas) es, sin duda ninguna, la gobernante española menos covidiana. Y eso es así no sólo si lo comparamos con los gobiernos regionales en manos de otros partidos (pensemos en la CAV, o en Cataluña, Baleares o Valencia) sino sobre todo si lo comparamos con otros gobiernos regionales del Pp, sólo (Galicia) o en coalición con «Ciudadanos» (Castilla y León, Andalucía). Las políticas de Ayuso han sido radicalmente opuestas a las desarrolladas en la región contigua de Castilla y León por el presidente formal Alfonso Fernández Mañueco (Pp) ejecutando fielmente las pautas marcadas por el verdadero imperante en esa región, Francisco Igea Arisqueta (Cs). Y lo mismo se puede decir de las políticas de Alberto Núñez Feijoo en Galicia o Juan Manuel Moreno en Andalucía, tan similares a las de Igea. Por eso, la propuesta de Ayuso no era sólo una alternativa a Sánchez… sino también una alternativa a Feijoo, a Igea y a Moreno.

Los partidos de «izquierda» en Madrid basaron toda su oposición a Ayuso en criticar, precisamente, sus medidas menos liberticidas. Y lo mismo cabe decir de «Ciudadanos». El vicepresidente de Madrid Ignacio Jesús Aguado Crespo (Cs) intentó sabotear a Ayuso precisamente por discrepar de sus medidas menos restrictivas. Y por si fuera poco, «Ciudadanos» decidió presentar como candidato en Madrid a su adalid más covidiano, Edmundo Bal Francés, defensor entusiasta del brutal estado de alarma de marzo-junio de 2020 y de todo tipo de limitaciones, suspensiones e incluso supresiones de las libertades en nombre de la «protección de la salud».

Por su parte Vox, en cuyo seno hay sectores entusiastas del covidianismo, ya en los primeros momentos de esta campaña electoral percibió que sólo intentando ser menos covidianos que Díaz Ayuso podía mantener a parte de su electorado. Este cambio de estrategia desautorizando a los sectores covidianos del partido les ha permitido no quedar ahogados por el «tsunami» Ayuso.

III. ¿CONSECUENCIAS PARA EL FUTURO?

A mi juicio, este resultado, contundente, de Díaz Ayuso, puede tener repercusiones en la política regional y nacional.

En el ámbito regional es evidente que esto significa que las políticas menos restrictivas de Madrid han sido avaladas. Pero esto también significa que en otras regiones en las que se imponen medidas fuertemente restrictivas de las libertades va a haber sectores sociales, e incluso políticos, que van a apoyar medidas menos lesivas de la libertad. Si van a ser los propios partidos gobernantes o van a ser partidos de la oposición quienes opten por políticas menos liberticidas es algo que ya se verá.

En el ámbito nacional, a mi entender, no es excluible que Sánchez pueda intentar abanderar las políticas menos restrictivas. No sólo porque son las únicas capaces de reactivar la economía, sino porque, como Madrid ha demostrado empíricamente, esas medidas restrictivas son absolutamente inútiles para combatir el virus. Y porque, además, una parte, y no la menor, de los votos que ha perdido el Psoe en Madrid, no ha ido a otros partidos de «izquierda», sino que ha ido al Pp de Ayuso.

Y la explicación es sólo una: deseo de libertad.


*Carlos Ruiz Miguel es Catedrático de Derecho Constitucional. Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental. Universidad de Santiago de Compostela. https://t.me/desdelatlantico

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