El Vaticano frente a la sucesión de Francisco: ¿fortalecer el crecimiento católico en Asia y África o recuperar Europa?

Con la fallecimiento del primer sumo pontífice de la Iglesia católica de origen hispanoamericano se abre el proceso sucesorio para decidir quien será el 267º papa, que debe ser elegido por los cardenales de todo el mundo menores de 80 años.

Actualmente, hay 252 cardenales, de los cuales 138 son electores (menores de 80 años). Francisco nombró aproximadamente al 80% de ellos, lo que sugiere una inclinación hacia un sucesor que continúe su visión progresista y pastoral, aunque las dinámicas internas pueden favorecer compromisos.

Entre los candidatos se encuentran nombres de cardenales provenientes de todo el orbe, con diferentes perfiles. Estos son los principales:

Matteo Zuppi, Italia, 69 años
El cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia desde 2015 y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, también podría convertirse en un sucesor continuista de la obra reformista de Francisco.

Durante los últimos años ha destacado por sus labores de paz. Así, ha mediado en conflictos internacionales como el de Ucrania, por lo que fue nombrado enviado especial del Vaticano y realizó una visita a Moscú.

Su estilo sencillo, que recuerda al de Francisco, se vierte fundamentalmente en los problemas sociales. Además, su origen italiano podría ser un atributo adicional, teniendo en cuenta que Roma no tiene un papa de esta nacionalidad desde 1978.

Debilidades:
Su progresismo, especialmente en temas como la comunidad LGTBI, genera resistencia entre los cardenales conservadores.
Menos experiencia en la Curia que otros candidatos como Parolin.

Luis Antonio Tagle, Filipinas, 67 años
El exarzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, de 67 años, es otro de los favoritos en las apuestas por su carisma en Asia, continente en el que la Iglesia ha venido creciendo con fuerza en los últimos años.

Fuertemente contrario al aborto, mantiene posturas progresistas en otros campos.

Cercano a Francisco, actualmente es prefecto del Dicasterio para la Evangelización y se le reconoce un gran carisma y cercanía a los fieles.

Debilidades:
Algunos conservadores lo ven como demasiado progresista o «blando» en temas doctrinales.
Su experiencia administrativa en la Curia es sólida, pero menos extensa que la de otros como Parolin.

Pietro Parolin, Italia, 70 años
Pietro Parolin es el actual secretario de Estado del Vaticano, una figura considerada moderada y que ha sido durante estos años de la máxima confianza de Francisco. De buena relación con organismos globales, desde Naciones Unidas al Foro de Davos. Ha participado en encuentros Bilderberg en los recientes años (Italia).

Su posible elección podría ser también una ruta continuista, si bien no es tan afín al ala progresista, como pareció ser el anterior sumo pontífice.

Con experiencia en la diplomacia vaticana, ha jugado un rol importante en las relaciones con países como China o Venezuela, mientras que su edad no es tan elevada como para ser considerada un fuerte obstáculo.

Debilidades:
No tiene el carisma pastoral de Tagle o Zuppi, lo que podría limitar su atractivo para quienes buscan un Papa «del pueblo».
Ningún Secretario de Estado ha sido elegido Papa desde Pío XII (1939), lo que podría ser un precedente en contra.

Peter Turkson, Ghana, 76 años
El cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, conocido como Peter Turkson, es el primer candidato. Su nombre ya sonó en el cónclave de 2013, que finalmente aprobó la elección de Francisco. Podría convertirse en el primer papa negro en la historia.

Exobispo de Cape Coast, nacido en Ghana, fue el primer cardenal procedente de este país. Fue destinado por Francisco como enviado de paz a Sudán del Sur. Es el principal representante del catolicismo africano, defensor de la justicia social y el desarrollo sostenible y con sensibilidad hacia temas relacionados con la ecología, la pobreza y los derechos humanos.

Un posible pontificado con Turkson al frente estaría probablemente más enfocado a la doctrina social de la Iglesia y se contemplaría como continuista de su antecesor. Sin embargo, su edad, 76 años, podría ser el mayor obstáculo para su elección.

Debilidades
Edad Avanzada: A los 76 años, Turkson está cerca del límite de elegibilidad (80 años), lo que podría desalentar a los cardenales que prefieren un Papa más joven para un pontificado largo, como Tagle (67) o Pizzaballa (59). Comparado con Ranjith (77) o Müller (77), su edad es similarmente un obstáculo.

Menor Visibilidad Actual: Desde su salida del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral en 2021, Turkson ha tenido un rol menos prominente como canciller de las Academias Pontificias, un cargo académico con poca influencia pastoral o administrativa. Esto reduce su protagonismo frente a Zuppi (arzobispo de Bolonia) o Parolin (Secretario de Estado).

 

Los candidatos conservadores y tradicionalistas tienen menores chances, dada la conformación progresista del Colegio Cardenalicio, sus chances podrían aumentar de haber una mayor influencia de gobiernos alineados con una mirada más conservadora, como la administración del norteamericano de Donald Trump:

Robert Sarah, República de Guinea, 79 años

Robert Sarah es la segunda carta en juego para hacer realidad la posibilidad de tener por primera vez un papa negro. Nacido en Guinea Francesa, antes de la independencia de lo que hoy es la República de Guinea, fue obispo de Gozo entre 2015 y 2019.

Su carrera en el Vaticano comenzó en la época de Juan Pablo II (1978-2005) y se le considera uno de los candidatos más cercanos al ala conservadora. Se ha pronunciado contra el fundamentalismo islámico y contra la ‘ideología de género’, al tiempo que se ha mostrado crítico con algunas de las reformas promovidas por Francisco.

Como sucede con otros candidatos, su avanzada edad puede ser un obstáculo, a no ser que se opte por un papado de transición.

Debilidades:
Su edad (79) lo coloca al límite de la elegibilidad, y muchos cardenales podrían descartarlo por esto.
Su postura polarizante y su oposición abierta a Francisco alienan a la mayoría progresista del cónclave.

Gerhard Ludwig Müller (Alemania, 77 años)

Es un cardenal conocido por su perfil teológico conservador y su trayectoria en el Vaticano, sin cargo activo en la Curia desde 2017, tras concluir su mandato como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF). Reside en Roma y sigue activo como teólogo, conferenciante y autor. Alineado con Benedicto XVI y la ortodoxia doctrinal. Defiende la tradición litúrgica, la centralidad de la doctrina y una interpretación estricta del magisterio. Se opone a reformas progresistas, como la ordenación de mujeres, el celibato opcional o cualquier reconocimiento de uniones homosexuales. Aunque influenciado por la teología de la liberación en su juventud, su enfoque actual es rígido en cuestiones morales y teológicas, criticando lo que percibe como «relativismo» en la Iglesia.

Debilidades
Postura Polarizante: Müller es uno de los críticos más visibles de Francisco dentro del Colegio Cardenalicio, lo que lo hace inaceptable para la mayoría progresista del cónclave (80% de los 138 electores fueron nombrados por Francisco). Sus declaraciones contra Amoris Laetitia, el Sínodo sobre la Sinodalidad y Fiducia Supplicans han generado tensiones, alienando a los cardenales alineados con Francisco.

Falta de Carisma Pastoral: Aunque es un teólogo brillante, Müller no tiene el carisma pastoral de Tagle o Zuppi, ni la cercanía a las periferias que Francisco ha priorizado. Su estilo es más académico y doctrinal, lo que podría limitar su atractivo en un cónclave que valora la pastoralidad.

 

Raymond Leo Burke, EE.UU., 76 años
Raymond Leo Burke es otra de las voces conservadoras de la Iglesia católica y uno de los principales críticos de las reformas introducidas por Francisco en los últimos años, sobre todo relacionados con la familia y la moralidad sexual. Anteriormente, fue patrón emérito de la Orden de Malta (2014-2023).

Su elección significaría un giro casi de 180 grados con respecto a las posturas defendidas por el sumo pontífice que ha fallecido hoy. Opuesto a la comunión de divorciados casados en segundas nupcias, apuesta por una iglesia más tradicional.

Podría convertirse en el primer papa originario de EE.UU. y cuenta con el apoyo de Donald Trump.

Debilidades
Burke fue uno de los críticos más abiertos de Francisco, acusándolo de promover confusión doctrinal. Esto lo hace difícilmente aceptable para la mayoría progresista del cónclave (80% de los 138 electores fueron nombrados por Francisco). Sus declaraciones, como cuestionar la legitimidad del Sínodo o pedir una “corrección fraterna” al Papa, han generado rechazo entre los cardenales alineados con el pontificado actual.

Falta de Consenso: Su conservadurismo lo limita a un nicho reducido de votantes, difícil de alcanzar la mayoría de dos tercios (92 votos) requerida. Incluso entre conservadores, otros como Sarah o Müller podrían ser preferidos por ser menos confrontacionales.

En orden de probabilidad, la lista podría ser la siguiente: