El ex titular del Poder Judicial, el clérigo Ebrahim Raisi, venció en la elección presidencial de Irán por el 62% con 17,9 millones de votos y se convirtió en el presidente electo del país persa, después de ocho años de mandato de Hasan Rohani.
“Sin duda alguna, trabajaremos para conformar un nuevo gobierno que deshaga los nudos en el país, de tal modo que esa esperanza de contar con un futuro mejor suscitada entre la población aumente”, dijo este sábado Raisi, quien asumirá dentro de 45 días y en su campaña hizo foco en la lucha contra la corrupción y la recuperación económica del país.
“Al entrar en estas elecciones independientes y respaldado por sus altos votos y su confianza sin igual, formaré un gobierno prolífico, revolucionario y anticorrupción, Dios mediante”, ha manifestado Raisi.
El todavía presidente del Poder Judicial de Irán hizo estas declaraciones en compañía del presidente iraní en funciones, Hassan Rohani. “Desde el 3 de agosto, el ayatolá Raisi será el presidente de todos los iraníes y no tengo ninguna duda de que la gente lo apoyará plenamente a él y a su gobierno legítimo”, dijo Rohani después de la reunión.
El guía supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei, celebró la elección ganada por Raisi como una victoria de la nación contra la “propaganda del enemigo”, ante los llamados de abstención por el veto previo de candidatos. Siete candidatos fueron aprobados el mes pasado por los 12 juristas y teólogos del Consejo de Guardianes, que tiene la última decisión en cuanto a la idoneidad de los candidatos.
“La gran ganadora de las elecciones de ayer es la nación iraní porque se ha levantado otra vez frente a la propaganda de la prensa mercenaria del enemigo”, agregó Jamenei.
El presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó a Raisi en un telegrama y se mostró confiado en reforzar la “cooperación bilateral constructiva”.
El presidente sirio, Bashar al Asad, también celebró la victoria y destacó “el enfoque de la Revolución Islámica en la gestión del país frente a los planes y presiones” externas, refiriéndose a las sanciones de las potencias occidentales.
Entre los fuertemente críticos del presidente electo, tildado por los grandes medios occidentales de “ultraconservador”, se hayan el canciller israelí, quien salió a acusarlo de “crímenes contra la humanidad”, y la organización con sede en Londres, Amnistía Internacional, la que pidió investigarlo bajo idénticas acusaciones. Con la victoria de Raisi “se ha abierto un gran desafío a las puertas de Occidente e Israel”, expresó el sionista Ben Barak, jefe del Comité de Defensa y Asuntos Exteriores del Parlamento israelí y ex jefe del Mossad. Raisi ha sido sancionado por EEUU y la Unión Europea bajo acusaciones de crímenes contra opositores en la década del ’80.
Raisi ha cuestionado en general los acuerdos con las potencias occidentales y ha apoyado los beneficios de la llamada “economía de resistencia” de Irán, en torno a una mayor autosuficiencia y soberanía económica.
Si bien Raisi ha dicho anteriormente que preservaría el acuerdo nuclear que Rohani ayudó a sellar, también indicó que no quiere convertirlo en la principal preocupación de la política exterior de Irán.
Como jefe del Poder Judicial de Irán, nombrado en 2019 por el Líder de Irán, ha sido la cabeza de la lucha contra la corrupción financiera y los sobornos en las diversas áreas administrativas del país. Raisi es miembro de la Asamblea de Expertos de Irán desde su ingreso en 2006, organismo que se encarga de elegir al Líder de Irán y de supervisar sus actividades. Raisi ha sido miembro en el Consejo Supremo del Ciberespacio, el Consejo Superior de Normas de Estandartes, el Consejo Supremo del Petróleo, el Consejo de Desarrollo de Oriente y Occidente, el Consejo Supremo de Dinero y Crédito, el Comité General de la Lucha Anticorrupción Económica y el Comité de la Lucha Antinarcóticos.
Durante su campaña electoral, Raisi puso énfasis en la necesidad de determinar los mecanismos para hacer que el sector de la producción sea más atractivo para los inversores. “La gestión es el eslabón perdido”, sostuvo. Destacó la importancia de reformar la rama ejecutiva del gobierno y “luchar contra la corrupción”, su principal promesa electoral. Para llegar a este objetivo, recalcó la necesidad de la “mayor transparencia posible” dentro del Poder Ejecutivo.
Expresó también que la alta tasa de inflación en Irán es “intolerable” para los ciudadanos y prometió enfrentar los altos precios para facilitar la vida de la nación persa. Ha propuesto luchar contra la inflación y hacer crecer la economía del país, con los recursos disponibles, entre los que destaca la política de la Economía de la Resistencia.
Con respecto al sector de la salud, hizo hincapié en que todas las personas deben tener acceso a una atención médica de calidad.
El clérigo chiita ha insistido también en que “la brecha social es resultado de la desigualdad y de políticas económicas erróneas”. En su opinión, no existiría brecha social alguna si los recursos económicos del país se distribuyesen de forma justa entre la población.