Breve historia y desarrollo del Nuevo Orden Mundial. Por Ricardo Vicente López

Por Ricardo Vicente López

El título de esta nota hace referencia a un proyecto imperial de vieja data que, a lo largo de la historia del siglo XX en adelante, ha permanecido activo por momentos, o escondido esperando mejores tiempos. Una caracterización primera, como un modo de aproximación a un  tema demasiado complejo, es definirlo como un viejo proyecto del establishment estadounidense cuyo objetivo, siempre presente, es la dominación del mundo (así como suena). Me parece una buena introducción al tema compartir la definición que nos ofrece Mónica Peralta Ramos, – Socióloga UBA; Doctora en Sociología por la Universidad René Descartes de Ciencias Humanas de la Soborna (París). En un artículo que tituló Democracia y el poder concentrado del Nuevo Orden Internacional [1] (25-11-18) lo describe de este modo:

El capitalismo global monopólico es un sistema de organización social caracterizado por el dominio monopólico de todos los aspectos de la vida en sociedad: desde la economía y la política hasta la información, los valores, la concepción del mundo y la construcción del sentido común. Hacia fines de la década del ’60, la expansión mundial de las grandes corporaciones multinacionales norteamericanas, en cadenas de valor global, dominadas monopólicamente, trajo aparejada una integración de la producción y de las finanzas mundiales a niveles inéditos en la historia de la humanidad. Esto fue posible gracias a la activa participación del Estado norteamericano en el desarrollo de la industria de guerra y en la tecnología de punta asociada. Hoy esta cara invisible del capitalismo global monopólico está expuesta a la luz del día a través de la militarización creciente de la política norteamericana y de la multiplicación de conflictos a nivel mundial.

Debo sugerirle, amigo lector, que tenga en cuenta la dificultad que presenta para nosotros, lectores interesados, educados por los medios concentrados en el consumo de la información en su forma mercantil: la noticia, impactante pero efímera. Ahora estamos ante un análisis que perfora la superficie de la realidad para bucear en las profundidades del entramado del poder internacional. Esto no es nada sencillo de digerir. Recurrir a la tan utilizada imagen del iceberg nos ayuda a comprender que lo que se nos muestra cotidianamente es la pequeña porción que asoma; el resto permanece oculto. De eso se trata, de lo oculto. Claro que para que podamos aproximarnos a ello es necesario ir de la mano de investigadores serios y bien formados. De eso también se trata. Sigamos leyendo a esta investigadora:

El capitalismo global monopólico impone sobre el mundo la primacía de los valores e intereses económicos y políticos de un sector cada vez más reducido de la población, en detrimento de los intereses de las mayorías. Las rentas monopólicas permiten concentrar en pocas manos la apropiación del excedente, los ingresos y la riqueza acumulada en distintos países y regiones del mundo. Otros mecanismos permiten el control y manipulación de la información y de las instituciones democráticas y la creación de un nuevo tipo de instituciones, locales y globales que someten a los Estados Nacionales a los intereses de las grandes corporaciones multinacionales y al arbitraje de cortes con jurisdicción fuera de su territorio nacional. El poder monopólico global también se reproduce a través de la coerción, y de redes de corrupción y clientelismo enquistadas en las instituciones y en el sistema administrativo vigente en los distintos Estados Nacionales.

Todo este proceso ha tenido sus repercusiones en el interior de los EEUU: la acumulación del capital ha impactado sobre la estructura institucional de ese país, y ha dado origen a un Estado de Seguridad Nacional con un núcleo duro: el Estado en las Sombras [2]. Este núcleo pequeño y poderoso, que libra también sus enfrentamientos particulares en su lucha por el poder y el dinero, es cada vez más poderoso. En otro artículo titulado Hegemonía, elecciones y el Estado en las Sombras  señala Peralta Ramos nuevas formas que va adquiriendo ese Nuevo Orden, al ir incorporando las nuevas tecnologías:

Estos fenómenos han engendrado un nuevo ordenamiento mundial, basado en la militarización creciente de la inteligencia artificial y de la robótica, aplicadas a la integración en profundidad del espacio aéreo y del ciberespacio. El mundo es hoy controlado por una “matriz” que, como un gigantesco sistema nervioso, intenta “conectar todo con todo”, desde lo macro a lo micro y en todos los espacios (ciberespacial, aéreo, marítimo, territorial) que constituyen al planeta.

Si rastreamos la historia de esta denominación ya había aparecido en la primera década del siglo XX, en los debates que culminaron con la creación de una nueva institución que concentraría el poder financiero mundial. La Reserva Federal  se fundó el 23-10-1913 en medio de las zozobras financieras de entonces y con una profunda desconfianza de los poderes dominantes. Se fue convirtiendo, más tarde, en una de las instituciones financieras más poderosas del planeta y anunciaba una de las primeras instituciones de ese Nuevo Orden:

La expresión Nuevo Orden Mundial se ha usado para referirse a un nuevo período de la historia y de este modo, se empiezan a detectar pruebas de cambios drásticos en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes. El primer uso público de esta expresión aparece en el documento de Los Catorce Puntos del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, que hace una llamada, después de la Primera Guerra Mundial, para la creación de la Sociedad de las Naciones, antecesora de la Organización de las Naciones Unidas.

El concepto se fue reservando para documentos clasificados y de circulación restringida. Se utilizó con cierta reserva al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando se describían los planes para la creación de las Naciones Unidas y los Acuerdos de Bretton Woods. El uso más amplio y reciente de esta expresión se origina sobre todo con el final de la Guerra Fría (1991). No es sencillo poder seguir el rastro de este concepto político que ya no puede ser usado con la impudicia con la cual se lo hacía en la primera mitad del siglo XX. Esto no debe ser entendido como una señal de que se haya abandonado el proyecto.

A partir de la década de 1970, Gary Allen, escritor conservador estadounidense y teórico del tema de la conspiración sostiene que el término Nuevo Orden Mundial sigue siendo utilizado por una élite internacional secreta dedicada a la destrucción de todos los gobiernos independientes. Según este autor:

El mayor peligro deja de ser la conspiración cripto-comunista, fantasma de la posguerra, y se transfiere a la élite globalista representada por el Grupo Bilderberg [3]. Muchos de los mismos personajes -como Rockefeller- todavía ocupan un papel central pero no ya como cripto-comunista sino como parte de un grupo plutocrático y elitista,​ grupo que controla tanto los gobiernos y sus instituciones -especialmente las policías secretas- como organismos internacionales.

Sin embargo, para nosotros, las personas que padecemos las consecuencias de este poder concentrado y que habitamos la periferia de ese mundo, esto no debe ser entendido como un triunfo definitivo de las pretensiones imperiales. Paralelamente, pero con un casi nulo espacio informativo, los pueblos han comenzado a “hacer tronar el escarmiento”. Esto, como los buenos asados, se asan a fuego lento. Por ello, no va ser una derrota fácil y rápida.

[1] La utilización de internacional se refiere a una relación entre naciones; en cambio hablar de mundial refiere un mundo unido por encima de los estados nacionales.

[2] Se puede consultar mi nota del 25-10-19- El Deep State o «Estado Profundo» de EEUU: fuerzas subterráneas que no aparecen en la historia oficial, en esta misma página web.

[3] El grupo Bilderberg es una reunión anual a la que asisten aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo, mediante invitación. Se puede consultar notas en esta página.

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