Los recientes incendios en la Selva Amazónica dejaron expuestos los distintos intereses que se disputan el control de los recursos de esa zona estratégica del mundo. El Amazonas además de ser el “pulmón del planeta”, acoge en su seno al principal acuífero del mundo y es el corazón de América del Sur en términos geopolíticos. Bolsonaro representa, dentro de Brasil, los intereses de los latifundistas sojeros, y fuera de su país, los intereses del nacionalismo sionista de Benjamin Netanyahu, que busca la privatización de recursos hídricos brasileros en favor de la israelí Mekorot. Su alianza con el poder sojero que desforesta el Amazonas explica el incremento del 83% de los focos de incendio bajo su gestión.
¿Quiénes aparecen criticando su accionar a nivel internacional? La otra facción de la élite que se manifiesta a través de las ONG’s globalistas, financiadas, entre otros, por la Open Society de George Soros y la Rockefeller Foundation, que buscan internacionalizar el Amazonas, interviniendo en esa región estratégica de América Latina, usando la razón ambientalista.
Por ejemplo, la ONG Open Democracy ha sido la encargada de revelar documentos confidenciales del gobierno de Bolsonaro para desmontar partes de la Amazonia, privatizar zonas y poblarlas: “En febrero de este año, los ministros Gustavo Bebianno (Secretaría General de la Presidencia), Ricardo Salles (Medio Ambiente) y Damares Alves (Mujer, Familia y Derechos Humanos) tenían planeado un viaje a Tiriós (Pará) para discutir con líderes locales la construcción de un puente sobre el Río Amazonas en la ciudad de Óbidos, una hidroeléctrica en Oriximiná y la extensión de la carretera BR-163 hasta la frontera de Surinam. Pero esta reunión fue cancelada. En otra reunión, también en febrero, entre funcionarios del gobierno, se usó una presentación PowerPoint que detalla los trabajos anunciados por el gobierno de Bolsonaro para la región que no dejan lugar para la interpretación. En la proyección, está claro que habitar la región amazónica es importante para que no se puedan desarrollar proyectos de preservación”.
Ahora bien, ¿Open Democracy actúa por puro filantropismo? ¿quiénes financian a Open Democracy? Open Society (Soros), Rockefeller Brothers Fun, National Endowment for Democracy (CIA). Los mismos que financian a Greenpeace y otras ONG’s ambientalistas. Veamos lo que declara Open Democracy en su propio sitio web:
El globalismo une al Partido Demócrata de EEUU (hoy fuera del gobierno) con la Unión Europea y es desde aquí que han surgido las mayores presiones. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que se retirará de las negociaciones del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE y llamó en el G7 a unir y a “movilizar todas las Potencias”, para salvar el Amazonas de una “crisis internacional”.
Pero mientras Bolsonaro acusa de injerencistas a Francia y a los gobiernos de Alemania y Noruega, por financiar ONG’s ambientalistas, no solo no critica sino que promueve el injerencismo israelí que han venido denunciando analistas internacionales como Alfredo Jalife Rahme, quien se pregunta: “¿Llegaran el estado de Amazonas y el mismo Bolsonaro hasta anhelar privatizar el río Amazonas de casi 7.000 kilómetros, el más largo del mundo cuando se define por su caudal (la quinta parte de agua dulce en estado líquido del planeta), para beneficio de la estatal hidráulica israelí Mekorot envuelta en múltiples escándalos en varios lugares del mundo (‘guerras del agua’ de Israel: ‘apartheid acuífero’ desde Cisjordania hasta Iztapalapa»)?”.
¿Qué lazo no visible une a los terratenientes, el evangelismo sionista que profesa Bolsonaro y el avance de la sojización con el poder detrás de Israel? Habría que recordar que Monsanto, principal promotor de la soja transgénica es propiedad de Bayer AG, cuyo principal accionista es el megafondo financiero The Vanguard Group. ¿Quiénes están detrás de The Vanguard Group? La banca Rothschild, la destinataria de la Declaración Blafour de 1917 y fundadora del Estado de Israel.
En la práctica, la irresponsabilidad de Bolsonaro, promoviendo los desmontes, dejando avanzar los incendios y recortando un 44% el presupuesto de sus FFAA, es funcional tanto a los intereses privatistas sionistas como a los globalistas que sostienen la necesidad de hacer del Amazonas un territorio “internacional”, o sea, fuera de la soberanía de Brasil.
Como alguna vez planteó el general brasileño Meira Mattos en “Uma Geopolítica Pan-amazônica”, esta región es estratégica no solo para Brasil sino para todo América del Sur. Hoy la Selva Amazónica está siendo tironeada por los distintos intereses descriptos y entregada a poderes muy lejanos a nuestros pueblos.