Putin actualiza su Estrategia de Seguridad Nacional: incluye los ataques ‎contra “valores espirituales, morales, culturales e históricos tradicionales de Rusia”, ‎perpetrados por Estados, ONGs o grupos terroristas

El presidente ruso, Vladímir Putin, aprobó la nueva Estrategia de Seguridad Nacional del país, que constata que “fuerzas destructivas” internas y en el exterior intentan utilizar los actuales desafíos para desestabilizar Rusia. El documento, de 43 páginas, publicado en el portal digital de información gubernamental, explica que el incremento de la infraestructura militar de la OTAN junto a las fronteras rusas y los ejercicios para el posible empleo de armas nucleares aumentan las amenazas militares que afronta el país. “Fuerzas destructivas en el exterior y dentro del país intentan utilizar dificultades socioeconómicas objetivas en la Federación Rusa para estimular procesos sociales negativos y agravar conflictos interétnicos e interconfesionales”, sostiene el texto.

En la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Rusia, el Kremlin analiza todos los tipos de ‎amenazas, que provienen principalmente de Estados Unidos y de los aliados de Washington, y ‎define las respuestas que podría dar a cada una de esas amenazas. ‎

La nueva Estrategia, que sustituye la aprobada el 31 de diciembre de 2015, señala que el rápido desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación se acompaña de la posibilidad del surgimiento de amenazas para la seguridad de los ciudadanos, la sociedad y el Estado. “El uso en la Federación de Rusia de tecnologías de la información y equipos de telecomunicación extranjeros eleva la vulnerabilidad de los recursos informáticos rusos, incluidas instalaciones de infraestructuras críticas”, advierte.

Para hacer frente a estos desafíos, la Estrategia plantea la tarea de aumentar la seguridad y estabilidad del sistema de suministro de energía, electricidad, del sector ruso de Internet y de otras infraestructuras, así como impedir el control extranjero sobre su funcionamiento.

En el ámbito de seguridad económica, el documento subraya la necesidad de “superar la dependencia crítica de la economía rusa de la importación de tecnologías y equipos” y de fortalecer el sistema financiero del país y su soberanía. Con este fin, entre otras medidas, contempla la reducción del uso del dólar estadounidense en el comercio con el exterior.

Por primera vez, la Estrategia de Seguridad Nacional de la Federación Rusa incluye los ataques ‎contra «los valores espirituales, morales, culturales e históricos tradicionales de Rusia» ‎perpetrados por Estados, ONGs o grupos terroristas.

El documento subraya que esos ataques ‎‎«tiene un impacto informacional y psicológico en la conciencia individual, colectiva y pública al ‎difundir actitudes sociales y morales que contradicen las tradiciones, las convicciones y las ‎creencias de los pueblos de la Federación Rusa». ‎

El apartado explica la necesidad de contar con la “defensa de los valores ético-espirituales tradicionales rusos, la cultura y la memoria histórica”, y acusa a EEUU y sus aliados de atentar contra ellos. “El sabotaje informativo-psicológico y la occidentalización de la cultura aumentan el peligro de que la Federación de Rusia pierda su soberanía cultural”, alerta el documento.

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