Las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, institución hegemonizada por EEUU, ya tuvo un primer impacto sobre la realidad argentina: el Gobierno cancela el acuerdo con China para construir la central nuclear Atucha III en Zárate que iba a dar trabajo a 5000 personas y muy probablemente también Atucha IV, desarmando un sector industrial estratégico para nuestro país.
Las versiones difieren con respecto a la suspensión también del proyecto de Atucha IV. Clarín la da por suspendida e Infobae plantea que se mantendría en pie si bien para iniciarse en 2022 (quedaría supeditada la decisión al próximo gobierno).
La excusa esgrimida es nuevamente la necesidad de “bajar el déficit”. El financiamiento del 85% corría por cuenta de China, pero esta deuda es vista por el FMI y los EEUU como un avance de la potencia asiática en la Argentina que no es para ellos más que parte del “patio trasero” a ser férreamente controlado, algo que parece haberse acordado entre Trump y Xi Jinping: países latinoamericanos para EEUU y península coreana para China.