Papa Francisco: “Unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir”

El papa explicó en su homilía que “el hombre se convierte en ávido y voraz. Parece que el tener, el acumular cosas es para muchos el sentido de la vida (…) Una insaciable codicia atraviesa la historia humana”. Llamó la atención sobre “las paradojas de hoy, cuando unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir”.

“El cuerpecito del Niño de Belén propone un modelo de vida nuevo: no devorar y acaparar, sino compartir y dar. Dios se hace pequeño para ser nuestro alimento. Nutriéndonos de él, Pan de Vida, podemos renacer en el amor y romper la espiral de la avidez y la codicia”, argumentó.

Ante el pesebre, agregó Francisco, “comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar”.

“En Belén descubrimos que la vida de Dios corre por las venas de la humanidad. Si la acogemos, la historia cambia a partir de cada uno de nosotros”, señaló.

“¿Necesito verdaderamente tantas cosas, tantas recetas complicadas para vivir? ¿Soy capaz de prescindir de tantos complementos superfluos, para elegir una vida más sencilla?”, preguntó Francisco en esta noche de la vigilia de Navidad.

“El primer anuncio del nacimiento de Jesús no se hizo a personas importantes sino a los pastores, gente sencilla que en aquel tiempo no se distinguía precisamente por la finura y la devoción”, concluyó Francisco

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