Ni sicarios ni crimen político: un ajuste de cuentas “gitano” detrás del atentado contra Yadón y Olivares

Lejos de las primeras hipótesis que se promovían desde los medios de comunicación, el ataque que se cobró la vida del asesor del diputado Héctor Olivares, Miguel Yadón, y que dejó gravemente herido al legislador, no sería un caso de sicarios profesionales ni estaría relacionado a la actividad política, sino a un ajuste de cuentas personal de una “banda de gitanos” contra Miguel Yadón.

El VW Vento gris patente LYS 656 con el que fue realizado el crimen a las 6:51 de la mañana, es estacionado a las 7:01 de la mañana a pocas cuadras, en Bartolomé Mitre 1444. El auto está a nombre José Jesús Fernández “el gitano”, DNI 25.453.702, un cocinero, inscripto en AFIP como monotributista en el sector de servicios, vinculado a actividades de preparación y expendio de comidas y bebidas, domiciliado en avenida Belgrano al 1753, quien tiene 4 armas de fuego a su nombre, una de calibre 40 como la usada en el crimen. El cómplice sería sería su hijo o sobrino, apodado “el cebolla”. Ninguno tendría antecedentes penales.

Fernández conocería a Yadón, quien según los investigadores tendría nexos con la comunidad gitana. Las hipótesis más fuertes apuntan a alguna disputa por dinero o por alguna cuestión de relaciones afectivas (“crimen pasional”), lejos de las hipótesis de atentado político.

Sin embargo, los medios masivos retrasaron la difusión de esta información para desplazar otros temas de la agenda del día y sostener un posible crimen político. La periodista cercana al macrismo, Silvia Mercado, llegó a plantear: “¿Está descartada la hipótesis de que este fue un ataque para desestabilizar a la democracia?”. Nada más lejos.

Desde que se conocieron las primeras imágenes llamaron la atención distintos elementos: la zona elegida, ampliamente cubierta por todo tipo de cámaras; cometen el crimen a cara descubierta y exhiben gran lentitud para retirarse; pudiendo asesinar a Olivares solo se encargaron de rematar a Yadón y descartar al diputado (¿un sicario profesional iba a dejar a un testigo vivo?; el auto no había sido robado, era conducido por su dueño; no descartan el auto sino que lo dejan en la cochera que usaban desde hacía tiempo, quedando filmados por las cámaras de las cocheras; la persona de mayor porte y ropa azul que baja del auto en la cochera camina con dificultad en ambos videos lo que además de despejar dudas sobre la identidad permite pensar en un estado de ebriedad, lo que también relataron los empleados del estacionamiento; a los pocos minutos uno de los dos atacantes regresa al auto, se supone que para eliminar evidencias. O sea: dejaron demasiadas huellas para tratarse de sicarios profesionales o “mafias organizadas”, como expuso Patricia Bullrich.

 
Juan Jesús Fernández

Se detuvo a una tercera persona que tenía cédula azul del auto: Rafael de la Santísima Trinidad Carmona Cano, 50 años, un transportista con domicilios en Santa Fe y en Capital Federal, ex monotributista, pariente de la esposa del Gitano, María del Carmen Carmona Cano, con domicilio en H. Yrigoyen al 1300.


Rafael Cano Carmona

Todo indica que el caso se debería terminar de resolver en poco tiempo más, con la detención de los sospechosos y el conocimiento del motivo del crimen. Se cree que habrían salido de la ciudad. En su domicilio de la avenida Belgrano también están registrados su esposa, María del Carmen Cano Carmona, de 44 años, quien fue monotributista hasta 2007 y su hijo, Juan Jesús Fernández Cano, de 19 años, sin empleo registrado.

El catamarqueño Miguel Marcelo Yadón tenía 58 años, era ingeniero en Electricidad y coordinador del Fondo Fiduciario para el Transporte Eléctrico Federal (CAF) de la provincia de La Rioja. Había sido subsecretario de Servicios Públicos de Catamarca durante la gobernación del radical Eduardo Brizuela del Moral.

[Actualización del 10 de mayo: Tal como informamos ayer, se corroboró la hipótesis de un crimen de tipo personal y no político, con las detenciones en Concepción del Uruguay de José Jesús “El Gitano” Fernández, quien viajaba en un viejo Renault 19 junto a un familiar; del autor material, Juan José “El Cebolla” navarro, junto a su madre en Uruguay; un cuñado de Fernández y un familiar de su esposa; y Stefanía, hija del sospechoso y quien habría tenido alguna relación afectiva con Yadón]

 

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