El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está recibiendo fuertes críticas de expertos informáticos de su país, por su propuesta de incorporar un “microchip” a los niños que regresen a las escuelas y jardines de infancia, cuando se levanten las restricciones impuestas por la emergencia del coronavirus.
Netanyahu sugirió en su conferencia de prensa del pasado lunes que el Ministerio de Salud utilice la nueva tecnología para “ayudar a Israel a adaptarse a su nueva rutina” a medida que el Estado sionista levanta las restricciones por el coronavirus bajo la llamada “nueva normalidad”. “Es tecnología que no se ha utilizado antes y estará permitida por la legislación que promulgaremos”, aclaró.“Hablé con nuestros jefes de tecnología para encontrar medidas en las que Israel sea bueno, como los sensores. Por ejemplo, cada persona, cada niño -primero lo quiero en los niños-, tendría un sensor que haría sonar una alarma cuando se está demasiado cerca a otro, como las de los automóviles”, dijo el primer ministro.
En un artículo publicado por el diario israelí The Jerusalem Post, del 8 de mayo de este año, el periodista Leon Sverdlov, da cuenta de las críticas a Netanyahu: “Será difícil hacerlo para más de un millón de escolares que regresan a sus instituciones educativas para asegurarse de que un alumno se sienta a una distancia de dos metros de otro. Es ficticio y peligroso”, según la especialista Einat Meron.
“De manera teórica, entiendo la idea que está detrás de esto”, dice Meron. “Pero aunque tales microchips, sensibles a la distancia, existen en los vehículos, sería diferente en los humanos”, ya que “un pitido que me diga que me acerqué a alguien no es suficiente. ¿Quién dice que eso va a cambiar algo? Me habría acercado de cualquier manera”.La experta manifiesta también sus dudas con respecto a los usos finales de la información que recaben los microchips: “Si la información con la ubicación de los niños se carga en Internet, un pedófilo con cierto conocimiento cibernético puede introducirse en el sistema y acecharlos afuera de sus escuelas, seguirlos y compartir esta información en otras plataformas”, dijo Meron. “¿Puede el Estado hacerse responsable de eso?”, cuestionó.Desde la Oficina del Primer Ministro respondieron a las críticas: “Es una opción voluntaria diseñada para ayudar a los niños a mantener su distancia, como Mobileye con vehículos “. Y aseguró que es “una idea que puede ayudar a mantener el distanciamiento social, y no habrá ninguna violación de la privacidad”.
Sin embargo, el pasado miércoles, el sitio israelí Walla informó que los movimientos de todos los vehículos en Israel fueron rastreados por la policía y almacenados en una base de datos no regulada llamada Eagle Eye. Una fuente citada por el este sitio sostuvo que este tipo de información “puede mantenerse durante años”. La Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI) presentó una solicitud en base a la Ley de Libertad de Información para que la policía revele el alcance de las operaciones de Eagle Eye, así como el momento en que la información sobre los movimientos de los ciudadanos se almacena en el sistema. La policía de Israel respondió a ACRI diciendo que la actividad del sistema no estaba estandarizada internamente a pesar de varios años de operaciones. “De cualquier manera, una vez finalizado, el procedimiento no será revelado al público”, agregó la policía.
A fines de marzo, el periódico Yediot Aharonot, el mayor en idioma hebreo del país, informó que una base de datos clasificada del Shin Bet, la Agencia de Seguridad de Israel, almacenaba información sobre todos los ciudadanos israelíes y la mayoría de los palestinos de Cisjordania. Los datos rastreados por la agencia de seguridad incluían movimientos, llamadas telefónicas y mensajes de texto.