Finalmente, y luego de varias idas y vueltas, nació con vida Esperanza, la bebé de 6 meses de Jujuy que iba a ser abortada. El caso conmovió durante varios días a toda la provincia debido a la complejidad del mismo: una chica de 12 años años violada por un vecino de 60 de la localidad de San Pedro y un embarazo avanzado de 24 semanas, movilizaciones reclamando el aborto y movilizaciones pidiendo que se salven las dos vidas, familias ofreciéndose a adoptar a la bebé, el propio gobernador Gerardo Morales afirmando por TN que “dio instrucciones” para que se practique una interrupción del embarazo cuando el equipo médico del Hospital Materno de Jujuy se oponía debido a que se pondría en riesgo tanto la vida de la madre como de la bebé.
El acuerdo que se habría alcanzado entre las distintas partes terminó en un punto intermedio: una cesárea antes de tiempo en la que logró nacer viva Esperanza, una bebé de 6 meses y 700 gramos que pasó a cuidados intensivos de neonatología, ya que el nacimiento prematuro puede complicar sus pulmones y su sobrevida.
Mientras sectores pro vida celebraron el nacimiento de la bebé y explicaron que a la tragedia de una violación no se la resuelve con otra tragedia como matar a la bebé, sectores feministas opinaron que “se llegó a una situación terrible y aberrante. Ya que la cesárea no es una ILE”.
Desde Unidad Provida afirmaron: “Esto muestra que todo lo que dicen los abortistas está mal o es mentira: la mamá no corría riesgo, no quería el aborto, hacerlo hubiera sido más traumático y peligroso, la bebé es una bebé y no meras células (…) Ahora hay que acompañarla, cuidarla y sanar sus heridas”.