Los intereses geopolíticos de Israel detrás de la muerte de Alberto Nisman

¿Por qué murió Nisman? ¿Qué intereses geopolíticos se ocultaron detrás de su accionar en vida y de la utilización postrera de su muerte? ¿Por qué el poder sionista se encargó de impedir el Memorándum con Irán? ¿Por qué Israel le levanta un monumento en Tel Aviv como “héroe nacional”?

Si se hubiera avanzado con los interrogatorios que planteaba el demonizado Memorándum se habría acercado a la conclusión más evidente para cualquiera que haya estudiado el caso: que Irán nunca tuvo responsabilidad en lo ocurrido con la AMIA y la Embajada, tirando por el piso la estrategia de Israel de poder utilizar estos atentados como casus belli contra su enemigo geopolítico.

Con la intención de sostener esta acusación contra el país persa es que el Mossad israelí viene presionando para direccionar la causa por la muerte de Nisman hacia la hipótesis de un “asesinato de un comando iraní”, contando para ello con la anuencia del actual Gobierno y las pericias fraguadas por Gendarmería (desmentidas por los peritos más prestigiosos del país, como los del Cuerpo Médico Forense), buscando así presentar mundialmente a Irán como el responsable de su muerte. Como es y será imposible demostrar esto, se utilizó a quien fuera su esposa Sandra Arroyo Salgado para sostener la querella, pero la misma no soportó seguir siendo presionada (manifestó estar “cansada de las amenazas“) y ver desmentidas por los hechos sus afirmaciones y terminó finalmente renunciando.

Como explicamos en una de nuestras primeras notas sobre el tema:

Nisman fue una pieza ajedrecística de las derechas norteamericana e israelí en la Argentina. Su objetivo en vida fue lograr que el gobierno argentino llevara la causa AMIA al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como casus belli contra Irán, dándole un argumento a Israel y a EEUU para invadir al país persa. Están probados los fondos ilegales en el exterior que obtenía de organizaciones de la derecha israelí y el modo en que recibía órdenes de la Embajada de los EEUU.

Ante la posibilidad de ser desplazado de su cargo (ya había sido removido su socio Stiuso de la SIDE), se apuró a presentar una denuncia contra el gobierno argentino. Desmentida su acusación por el propio Interpol, la denuncia perdió todo sustento. En ese tablero de ajedrez, Nisman ya no le servía más a nadie. Su muerte se convirtió entonces en el instrumento de la derecha israelí y norteamericana para socavar al anterior gobierno, todas las encuestas de imagen de aquellos días demuestran a quién le sirvió políticamente su muerte, a contrario sensu de lo que pretendió  instalar desde los medios hegemónicos

Algunos hechos chequeables nos permitirán comprender este caso:

1-De acuerdo a lo revelado por Wikileaks, Nisman recibía órdenes de la Embajada de los EEUU en la Argentina y consultaba con este organismo cada paso que daba.

2-Las agrupaciones de familiares de víctimas por la causa AMIA denunciaron en varias oportunidades a Nisman por desviar la causa. Si desviaba la causa y malgastaba el dinero asignado, ¿a qué intereses servía?
¿Por qué EEUU e Israel estaban interesados en desviar la investigación?

3-Su principal contacto en los servicios de inteligencia era Jaime Stiuso, un topo de la CIA norteamericana dentro de la SIDE (paradójicamente a cargo de “contrainteligencia”).

4-Fue Stiuso quien habría logrado la designación como jueza de la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, y a él en última instancia seguiría respondiendo su estrategia en la actualidad.

5-El ex titular de Interpol, Ronald Noble, desautorizó a Nisman el día de su muerte, diciéndole que mentía porque el gobierno argentino jamás había promovido el levantamiento de las alertas rojas. Esta situación dejó su denuncia sin ningún sustento.  Stiuso dejó de responderle a Nisman el teléfono en su momento de mayor desesperación y nunca le aportó las “pruebas” prometidas que sustentarían su denuncia.

6-Los principales contactos políticos argentinos de Nisman eran Patricia Bullrich y Laura Alonso, quienes lo atosigaron con múltiples llamadas en sus últimas horas de vida. Ambas están sospechadas de tener estrechas relaciones con los servicios de inteligencia norteamericanos y de recibir fondos de Paul Singer, instrumento de las derechas israelí y norteamericana.

7-El “periodista” que dio la primicia de la muerte de Nisman fue el desconocido Damián Pachter, ciudadano israelí que huyó de la Argentina hacia Israel a los pocos días. ¿Por qué fue el primero en enterarse? Se sabe que trabajó para el ejército israelí, ¿lo sigue haciendo?

8-Se supo que Alberto Nisman recibió dinero del grupo “Israel Hayom”, entre los años 2010 y 2014. Unos 280 mil dólares que fueron girados a una cuenta en la sede del Bank Hapoalim de la ciudad de Colonia, Uruguay. El grupo Israel Hayom pertenece al multimillonario estadounidense Sheldon Adelson, aliado económico del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el más importante socio de Paul Singer en el fondo NML Elliot, mecenas de la American Task Force Argentina. Singer y Adelson, además, han sido los billonarios que se han opuesto con mayor determinación al acuerdo de Estados Unidos con Irán y han financiado a todos los congresistas que se expidieron contra el acuerdo llevado a cabo por Obama.

9-La política argentina Elisa Carrió, muy cercana al gobierno de Israel, salió a acusar a “los iraníes” por la muerte de Nisman. Lo mismo fue amplificado por los diarios Clarín y La Nación, a través de sus editorialistas Eduardo van der Kooy y Joaquín Morales Solá.

10Reflotado el caso del atentado a la AMIA en las noticias internacionales debido a la muerte de Nisman, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu utilizó expresamente este caso en su argumentación frente al Congreso norteamericano, como parte de su estrategia para boicotear el acuerdo de paz con Irán y favorecer el camino militar promovido por la industria armamentista para atacar a ese país.

Como se puede ver, no es muy difícil determinar a quiénes sirvió Nisman en vida y a quiénes sirvió su muerte, la que fue consignada por la ex fiscal del caso, Viviana Fein, como un “suicidio inducido”. No soportando las fuertes presiones, Fein renunció justo antes de que se analizaran los entrecruzamientos de llamadas del día domingo 18 de enero de 2015 entre los distintos sectores de inteligencia arriba mencionados.

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