Miles de personas marcharon en Berlin y acusaron a la OMS y a Bill Gates de montar una “estafa” con el Covid19

Miles de personas de distintas ciudades alemanas se han reunido este sábado en una multitudinaria marcha en el centro histórico de Berlín para protestar contra las restricciones impuestas por las autoridades federales y regionales por el Covid-19. Los carteles de la marcha sostenían “Terminen con la dictadura del coronavirus”, mientras la multitud cantaba “Resistencia” y “Somos el pueblo”.

Con pancartas en contra de la Organización Mundial de la Salud, los proyectos de vacunación masiva de Bill Gates y las restricciones del Gobierno para reducir la propagación del coronavirus, los manifestantes pidieron el fin de las restricciones de movimiento y los tapabocas obligatorios. Muchos carteles describían la pandemia de coronavirus como un “engaño” y una “estafa”.

Carsten Haffer, un ingeniero industrial de 52 años, aseguró que no pertenece a ninguna corriente política, pero que ha decidido participar para defender los derechos fundamentales: “No hay libertad de asociación ni de expresión”, dijo camino de la marcha de Berlín. El virus no es una pandemia. Es solo peligroso para la gente de más de 80 años y con enfermedades previas”, sostuvo.

“Con crisis de coronavirus o sin ella, hay que defender nuestras libertades”, dijo a la AFP Christina Holz, una estudiante de 22 años, que llevaba una camiseta en la que reclama la liberación de Julien Assange, el fundador de Wikileaks, detenido en Reino Unido.

A su lado, Jörg Helfen, técnico de máquina herramienta de 56 años acusó a los test diagnósticos de no ser “fiables”. Helfen explicó que la política de lucha contra el coronavirus “ha traído muchos problemas para los trabajadores” y que “la gente que de verdad está enferma no tiene una cama en el hospital”. “¿Por qué es más importante un paciente de coronavirus que uno de cáncer?”, se preguntó.

Los dos hombres advirtieron que la protesta marca el comienzo de lo que algunos manifestantes ya han bautizado como una “revolución”. “Esto no va a parar hasta que no derribemos al Gobierno. Esperemos que esto anime también a que salga a la calle gente en otros países”, dijo Haffer.

De acuerdo a la policía, unas 30.000 personas se dieron cita en la histórica puerta de Brandeburgo, mientras que para las organizaciones convocantes fueron muchos más. Marcharon durante buena parte del día por el centro de Berlín gritando consignas contra el Gobierno y portando emblemas que se usaban en la monarquía prusiana.

Mostraron pancartas que exigían la dimisión del Gobierno Federal, así como el fin de las mascarillas y las restricciones cotidianas debidas a la pandemia del coronavirus. Algunos manifestantes llevaban fotos de la canciller Angela Merkel, el vicecanciller socialdemócrata, Olaf Scholz, y del jefe del Gobierno bávaro, el conservador Markus Söder, todos con ropa de prisionero y con el añadido de “culpable”.

La policía desplegó más de 3.000 agentes para impedir choques entre los manifestantes y las contramarchas “antifascistas” que se organizaron. Los agentes aislaron completamente el barrio donde se encuentra el Reichstag y la Cancillería y sacaron a la calle cañones de agua para evitar posibles choques en pleno centro de la ciudad.

La multitudinaria protesta en el centro histórico de la capital alemana fue disuelta por la policía bajo la excusa de que muchos no llevaban “tapabocas” ni respetaban la norma de la distancia física. El responsable de Interior del gobierno regional, Andreas Geisel, informó de la detención de más de 200 personas.

Los contagios en Alemania volvieron a subir a partir de finales de julio, producto del mayor movimiento por las vacaciones, pero en la última semana parecen haberse estabilizado, con una media de 1.200 diarios en un país de 83 millones de habitantes.

La manifestación, bajo el lema “Por la Libertad y la Paz”, fue convocada por la organización Querdenker 711, que nació en la ciudad de Stuttgart. Había sido prohibida el miércoles pasado por el Gobierno de Berlín. La prohibición aducía que no había garantías para que se cumplieran las medidas de seguridad que están vigentes, como mantener una distancia de al menos 1,5 metros y el uso de mascarillas. Esto derivó en una fuerte controversia en torno al derecho fundamental a la manifestación. El tribunal administrativo de Berlín terminó por dar la razón a los organizadores al dictaminar que “la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública” no era un motivo válido, pero puso como condición el respeto a las medidas vigentes.

Participó de la marcha, el sobrino de JFK, Robert F. Kennedy Jr, quien sostuvo: “Berlín sigue siendo la punta de lanza contra el totalitarismo global” y remarcó: “Lo único que necesita un gobierno para convertir a la gente en esclavos es el miedo. Y si puedes encontrar algo para asustar a la gente, puedes llevarla a lo que quieras”. “Los gobiernos aman las pandemias por la misma razón que aman la guerra. Porque les da la capacidad de imponer controles a la población que de otra manera la población nunca aceptaría”, expresó Kennedy este sábado. Cuestionó a Anthony Fauci y a Bill Gates: “En lo único que son buenos es en inflar el miedo”.

Finalmente, Kennedy apuntó contra los nuevos mecanismos de control: “Dicen que con el 5G voy a poder bajar videojuegos en 6 segundos en lugar de en 16 segundos. ¿Y es por eso, por lo que se están gastando 5 trillones de dólares en el 5G? No, la razón es por vigilancia y por recolección de datos, no es para el beneficio tuyo o mío, es para el beneficio de Bill Gates, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos y por todos los demás criminales (…) y la pandemia es una crisis conveniente para la élite que dicta estas políticas. Les da la habilidad para borrar a la clase media y destruir las instituciones de la democracia, para cambiar toda nuestra riqueza a las manos de unos pocos billonarios para hacerlos más ricos a ellos emprobreciéndonos al resto”

El movimiento que las autoridades han catalogado como “negacionista” se extiende por Europa. A las protestas de este sábado en Berlín se sumaron otras en París y Londres.

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