De acuerdo al Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina, el 43,3% de los chicos no tienen acceso a cloacas, el 42,6% tiene problemas de acceso o baja calidad de servicio de agua potable (un 13,7% directamente no accede a este derecho) y un 46,8% no tiene acceso a la red de gas natural. O sea, casi la mitad de los chicos argentinos viven sin servicios básicos para su salud y crecimiento, lo que se corresponde con la cifra de un 51,8% que ya vive bajo la línea de pobreza.
Siguiendo con más números preocupantes, el informe postula que el 27,5% de los chicos no tiene calefactores, el 20,3% no tiene ventiladores, el 14,5% vive en hogares sin un colchón para cada miembro familiar, un 3,2% no tiene heladera para guardar sus alimentos y un 17,5% no tiene inodoro con descarga de agua o baño dentro del hogar.
Más de la tercera parte de los niños carecen de al menos tres servicios barriales cercanos como: centro de salud, centro de deportes, plaza pública y transporte.
Un 50,6% están afectados por la exposición a fuentes de contaminación cercanas a sus hogares.
Estos números son congruentes con el 40% del nivel general de pobreza que se estima dejará el gobierno de Mauricio Macri, cada vez más lejos del slogan publicitario de “Pobreza Cero”. Este es el país urgente que viene siendo ampliamente relegado en las consideraciones y discusiones públicas.