En una conferencia de prensa plagada de mentiras y omisiones, Mauricio Macri deslindó responsabilidades sobre los principales problemas que sufre el país: el pésimo desempeño de la economía es culpa de “una tormenta mundial” y “los gobiernos anteriores”. Tampoco pudo responder sobre el lavado de dinero realizado a través de aportantes truchos a la campaña electoral de Cambiemos: “es un tema de la Justicia”. Hizo también gala de su cinismo: “Hemos cuidado el salario de los trabajadores en todos estos años”.
No realizó un solo anuncio, por lo que es fácil concluir que la conferencia de prensa solo fue un recurso de marketing político para mostrarse “enfrentando los problemas”. Lejos de este deseo de sus asesores de imagen, se vio a un Macri nervioso, ausente de la realidad, escapando a las preguntas y recurriendo a promesas idénticas a las que realizaba en 2015, con la diferencia de que en 2018 ya son cada vez menos quienes están dispuestos a creerle sus mentiras.
“Esta tormenta no nos va a llevar a una crisis parecida a las del pasado”, pidiendo credibilidad y optimismo sin mostrar por qué habría que tenerlos.
“Todos estos años hemos cuidado el salario de los trabajadores, las paritarias siguen siendo libres, cada sector en función de su realidad irá acomodando los salarios teniendo en cuenta la realidad del consumo de sus trabajadores”, demostrando una clara capacidad para el cinismo.
“Quiero decirle que soy el primero en lamentarme por cada argentino que pueda perder el trabajo o que esté por perder un trabajo”, sostuvo increíblemente Macri sobre los despidos en Telam.
“Por más que no haya sido tan fácil domarla como pensamos en el inicio, por la inflación incubada por el cepo, las tarifas y la tormenta que devaluó nuestra moneda, sigue siendo nuestra absoluta prioridad. El año que viene va a bajar más de 10 puntos”, aunque no explicó de qué forma lo hará ni por qué habría que creerle cuando lo mismo prometió en los años anteriores y ocurrió más bien lo contrario.
“Lo importante es que cada vez estamos más claros, con mejores herramientas, con más fortaleza para enfrentar los vaivenes que pueda tener este mundo volátil en el cual vivimos y también entendiendo cuáles son los problemas que hemos heredado no solo de gobiernos anteriores sino de décadas anteriores que son estructurales y que hoy estamos atacando con la verdad sobre la mesa”, afirmó, parafraseando a la “señora Bisman”.
“La gobernadora empezó una auditoria, tengamos paciencia y tiempo. [El juez Sebastián] Casanello investigará y veremos qué pasa. Tenemos que ir a un sistema que sea más transparente, que fije quién y cuánto aportar y para que esté todo bancarizado. También tener un sistema más moderno para votar”. Macri ni siquiera pidió disculpas por el inmenso lavado de dinero sistemático que se realizó, tiró la pelota al Poder Judicial y aprovechó para volver a hacer lobby por el fraudulento voto electrónico.
“También tenemos los graves problemas que nos dejaron de la década pasada. Pero veo un mejor futuro, tan claro como el primer día” (No podía faltar la falacia de “la pesada herencia”).
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