El periodista del Grupo Clarín, Marcelo Bonelli, reveló que el régimen macrista encargó a la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) hacer un detallado informe de inteligencia respecto a los cacerolazos que han tenido lugar en distintos centros urbanos del país contra los recortes a los jubilados, sospechando que los mismos podrían haber sido organizados por distintos sectores políticos.
Sin embargo, la pesquisa le salió mal: «la información de inteligencia del Gobierno indica que los cacerolazos son espontáneos», detalló Bonelli. No solo eso: «las primeras encuestas le dieron mal al gobierno y bajó la consideración que tenía la gente sobre el Gobierno».
No solo Mauricio Macri: «la imagen de algunas figuras importantes del Gobierno han bajado considerablemente».
La preocupación es comprensible: el relato macrista cada día es menos creíble, especialmente tras el recorte injustificado a los jubilados. Por eso el analista cercano al gobierno, Rosendo Fraga, afirmó: “más que los episodios violentos de la tarde lo que preocupó es que tuviéramos los cacerolazos de la noche. Si el Gobierno no reflexiona y reacciona se corre el riesgo de vivir siatuaciones muy negativas”.
La verdad que busca Macri a través de sus agentes de inteligencia es más sencilla: si toman medidas que atentan contra el bolsillo de la población por más protección mediática que tengan será cada día más difícil evitar las protestas.

