De entre los distintos Fondos Buitre, el de Paul Singer, reconocido financista de los sectores belicistas de EEUU (Partido Republicano) e Israel (Benjamin Netanyahu), ha sido el más favorecido por el acuerdo propuesto por Mauricio Macri (le pagaremos hasta los honorarios de sus abogados) y que buscará ser aprobado por el Congreso Nacional. Para realizar el pago en efectivo demandado por Singer, el gobierno macrista endeudará a la Argentina por U$S 15.000 millones que pagaremos todos los argentinos por los próximos 30 años, convalidando una ganancia usuraria del 1200%. Veamos las condiciones vergonzosas de la capitulación en un resumen realizado por el periodista especializado en economía, Alfredo Zaiat:
-Recibió una quita menor en relación a lo acordado con otros fondos buitre,
-cobrará intereses adicionales hasta el momento del pago total,
-consiguió que la millonaria cuenta de honorarios de abogados y de lobby sea abonada por la Argentina,
-obtuvo el beneficio de no quedar limitado en su capacidad de continuar litigando,
-exigió que el país no pueda realizar otras emisiones de deuda en dólares, limitando a la vez la nominada en pesos, hasta tanto no se cancele el ciento por ciento de su demanda,
-tiene la prioridad de recibir los dólares en efectivo antes que el resto de los fondos buitre,
-estará facultado a rescindir el acuerdo si no cobra antes de las 12.00 pm, hora del Este, del jueves 14 de abril próximo.
La firma del acuerdo preliminar con Singer, firmado por él en puño y letra, y sus buitres aliados tiene fecha del 26 de febrero, y las condiciones a cumplir empezaron a correr a partir del 29 de febrero:
– Argentina reconoce el 75 por ciento del total de la demanda por 5891 millones de dólares radicada en el Tribunal del Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York sobre los bonos en cesación de pagos: el monto a pagar asciende entonces a 4418 millones de dólares.
– Pero no es todo: también se reconoce un interés del 2 por ciento anual desde el 1° de marzo hasta la última fecha de pago, definida el 14 de abril. Esto significa que hay una tarifa diaria de 322.795 dólares.
– Hay más: Argentina se comprometió a pagar 235 millones de dólares en concepto de reembolso a estos fondos buitre por honorarios legales que abonaron ya sea en Estados Unidos o en cualquier otra jurisdicción a nivel mundial.
Argentina reconoce el capital, intereses, intereses punitorios por el default, los intereses por mora aplicados por Griesa más los gastos del juicio. Más los intereses hasta cancelar esa deuda, que también se pagarán “en efectivo, en dólares estadounidenses en fondos de disponibilidad inmediata, mediante giro bancario”.
Luego de recibir los dólares, los buitres se comprometen a liberar todos los embargos, ejecuciones pendientes, y “regresarán a la Argentina todos los bienes embargados o incautados”. El detalle que no se menciona es que no hay bienes embargados o incautados del Estado argentino porque los buitres no tuvieron éxito en ese tipo de demandas judiciales presentadas en tribunales estadounidenses y europeos.
Los dólares obtenidos de la emisión de títulos de deuda por 12 a 15 mil millones serán destinados en primer lugar a los buitres Singer & cía., y serán canalizados por los bancos colocadores de esos papeles. O sea, los dólares de la emisión de deuda argentina no ingresarán en ningún momento al país, y pasarán directamente de los bancos colocadores de los papeles a las cuentas de esos buitres en entidades financieras de Nueva York.
El acuerdo preliminar se rige por la legislación del Estado de Nueva York. Además acordaron rendir ante el mediador Daniel Pollack las eventuales controversias que pudieran surgir, y si en dos días no logran encontrar una solución, Argentina se someterá al “Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Distrito Sur de Nueva York, ante el Honorable Thomas P. Griesa, donde se resolverá el caso de manera expedita”. “La República Argentina renuncia a la soberanía y otras inmunidades (y acepta la competencia y la notificación procesal en Nueva York)”, aceptó el equipo económico de Alfonso Prat-Gay.
Se informa que se “les ha ofertado el reconocimiento de ciertos gastos en concepto de honorarios (con una quita del 40 por ciento) en virtud de haber resultado vencedores en distintos litigios contra la República Argentina habiendo, asimismo, agotado todas las instancias judiciales posibles, incluyendo la Corte Suprema de Estados Unidos de América. Y finalmente lamenta que esos gastos implicaron “mayores costos en comparación con el resto de los acreedores”, y por ese motivo Argentina se los reconocerá.
El monto original reconocido no está discriminado ni se precisa cómo se alcanzó. A esa suma se le aplicó un descuento del 40 por ciento. Pueden estar incluidos casi los 8 millones de dólares para financiar la American Task Force Argentina, entidad de lobby buitre liderada por Paul Singer encargada de la campaña de desprestigio de Argentina. También puede incluir la demanda relacionada con la retención indebida de la Fragata Libertad que implicó costas por 15 millones de dólares pagadas por NML el 23 de julio de 2013, como está registrado en el anexo del acuerdo e incluido en el proyecto de ley. O el financiamiento a políticos locales, como a la ONG Voces Vitales Argentinas, dirigida por la diputada nacional del PRO y actual titular de la Oficina Anticorrupción Laura Alonso, que recibió 100 mil dólares de Singer.
Aceptar el pago de gastos legales y honorarios de todo tipo implica reconocer que los fondos buitre tenían razón al no participar de los canjes 2005 y 2010 y en impulsar una interpretación extravagante de la cláusula pari passu, convalidada por el juez Thomas Griesa. Esta postura difiere no solo de la que ha tenido Argentina hasta diciembre de 2015, sino también la mayoría de la comunidad internacional. Esto genera además un antecedente que implica un incentivo enorme a que se inicien nuevos litigios contra Argentina, ante el hecho que no solo no se negocia los montos adeudados, sino que el país paga los gastos legales de los buitres.
Como les decía, este acuerdo no es conveniente. ¿Por qué?
1. No es cierto que si no se aprueba este acuerdo necesariamente haya que hacer un ajuste mayor. En política económica no existe una sola receta. La inevitabilidad del ajuste, como era inevitable la megadevaluación, es una decisión de política económica, en base a una concepción ideológica y política. Queda claro, y ya no porque lo digamos en la Argentina, que este acuerdo es impresionantemente favorable a los fondos buitre. Lo dicen todos los medios financieros internacionales; no los locales. Se dice que si no se aprueba esta ley viene un mega ajuste. “Es el acuerdo o el caos”. En este caso, sería más ajuste. Es conocida esa estrategia extorsiva que se desplegó con intensidad durante décadas pasadas. Había que aprobar las leyes de privatizaciones, si no… el caos. Había que aprobar la ley de flexibilización laboral, si no… el caos. Había que aprobar la ley de déficit cero, si no… el caos. Y paradójicamente, todas esas leyes fueron aprobadas para la salvación y el saldo fue un caos económico, político y social.
2. No es cierto que habrá una lluvia de dólares y recuperación de la confianza. No hay que hacer mucha historia. Los economistas, los expertos en finanzas, hablan primero en términos técnicos para después señalar algo que no es fácil de medir que es la confianza. “Esto va a generar confianza”, afirman. Y digo que no hay que hacer mucha historia en relación a ese factor gaseoso de la confianza porque el desarrollo del mercado de cambios de los últimos tres meses es una prueba contundente que ese shock positivo no se registró. Por el contrario, se perdieron 2500 millones de reservas y no hubo una lluvia de dólares fruto de ese shock de confianza. Y eso pasó en los mejores meses de un nuevo gobierno: luna de miel con la sociedad, apoyo empresario, respaldo de los mercados.
3. Cualquier nuevo ciclo de endeudamiento externo es para atender el sector externo, la restricción externa, no es para aliviar el déficit fiscal. El sector externo necesita dólares. Las cuentas públicas, nacionales y provinciales, necesitan pesos. Además, endeudarse en dólares para cubrir gastos corrientes, como seducen a las provincias, es la peor estrategia de endeudamiento. Es el adelanto de una crisis de insolvencia.
4. No es cierto que se baje sustancialmente la tasa de interés. Seguirá en niveles elevados, como el que está previsto del 7,0 al 7,5 por ciento anual para el nuevo endeudamiento. Si existiera ese shock de confianza, si el mercado se aliviara porque se va a cerrar el conflicto con los fondos buitres, ¿por qué cobran esta tasa tan elevada?
5. El debate no es si hay que terminar el litigio con los fondos buitre o no, sino en cómo cerrar ese capítulo. Argentina había avanzado mucho y los buitres no estaban cobrando. Lo dicen todos los medios financieros internacionales. Acá no hubo una negociación.
6. El acuerdo deja abierta la posibilidad de nuevos juicios. No hay una prueba contundente acerca de que no habrá riesgos de nuevos juicios. Entonces, ¿cómo se puede sentenciar que con esta ley se termina el litigio con los fondos buitre? ¿O que se termina el hostigamiento de los fondos buitre a la economía argentina?
7. Se dice que se cierra el capítulo de litigios. Pero solo están incluidos el 85 por ciento de los buitres que estaban en litigio. ¿Y el resto? ¿Se va a hacer otra ley cerrojo para el resto cuando ahora se cuestiona la actual? ¿Qué es lo que se va a decidir sobre el resto que no acepte?
8. Este acuerdo violenta la soberanía nacional. Cada uno puede tener un concepto más estricto o más liviano sobre soberanía nacional. Pero podemos llegar a un acuerdo acerca de algunas cuestiones simples. Las decisiones soberanas de un país son violentadas cuando se fijan las condiciones o son impuestas por un juez que no es de este país, el juez Griesa, quien antes ordenaba lo que tenía que hacer el Poder Ejecutivo, y ahora dice lo que tiene que hacer el Congreso Nacional fijando plazos y a la vez definiendo que el acuerdo con los buitres estará vigente sólo si el Congreso deroga dos leyes (Cerrojo y Pago Soberano).
9. La emisión de los bonos reitera un error de gobiernos anteriores en emisión de deuda: la cesión de la soberanía jurídica. ¿No se aprendió nada después de todo lo que ha padecido la Argentina para que la nueva deuda para pagarle a los fondos buitre sea emitida bajo legislación de Nueva York? La excusa es la tasa de interés. Es una excusa. En los últimos años hubo colocaciones de deuda con legislación argentina y no había diferencia con la tasa de interés de un bono similar con legislación extranjera.
10. Por último, el Congreso queda en una situación de subordinación. No es un debate justo y equitativo. El gobierno ya tiene cerrado el acuerdo con los fondos buitre y pide su aprobación al Congreso solo contra promesas de un futuro mejor. Confiar en las finanzas globales para mejorar las condiciones de vida de la población, de los sectores más vulnerables, es inocente, o una decisión deliberada para beneficiar al mundo de las finanzas.
El acuerdo buitre es oneroso, no evita el ajuste, incrementará los costos de financiamiento, someterá a la política económica, significará abrir la puerta para el regreso del Fondo Monetario para auditar la economía nacional y establecerle condicionalidades, y se perderán márgenes de autonomía de la política económica.
Fuente: “A los pies de Singer”, Por Alfredo Zaiat.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-294456-2016-03-13.html
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