La verdadera “pesada herencia”: Macri llevó la deuda al 82% del PBI y llegaría al 100% a fin de 2018

Si querían saber lo que es “robarse un PBI”, esto es lo que está haciendo el poder financiero transnacional a través de endeudarnos para fines no-productivos, generándonos una bola de nieve de “deuda nueva para pagar deuda vieja”. Cada día que pasa la carga del endeudamiento sobre la economía argentina es mayor, no solo por las cantidades de dólares que se vienen pidiendo prestados para sostener un modelo económico insustentable, sino también por las continuas devaluaciones del peso, que hacen que cada vez se requieran más pesos para pagar esos dólares. La impagable deuda ya alcanza el 82% del PBI pero para fines de 2018 llegaría a superar el 100%.

De acuerdo a un informe del ultraliberal Estudio Broda, citado por El Cronista, “Con el primer acuerdo con el FMI, que se rubricó en junio, se esperaba un tipo de cambio de $28,80 y un crecimiento de la economía de 0,4% que ubicaría al PBI en torno a los U$S 313.000 millones. Estas variables arrojaban que la deuda pesara un 64,5% del PBI. No obstante, en el escenario adverso del programa pactado con el FMI se preveía que el dólar podía subir a $32,20 y que no habría expansión sino una caída del 1,3% lo que llevaba a la deuda a un 68,6% del producto. En junio, en cambio, se dio que el dólar llegó a $33,3 y la economía ya estaba con una expectativa a la baja de 0,7%. Esto dio como resultado que la deuda saltó a 70,4% del PBI. Luego, la suba del tipo de cambio, con una estimación de dólar de $45 y caída de la economía de 2,4% lo hizo saltar a 92% del PBI, que con un dólar a $38 la ubica en torno a 81,7%”.

Considerando que para fin de año el dólar todo indica que superará los $45, el peso de la deuda sobre nuestro PBI será superior al 100%. Un nivel de endeudamiento claramente impagable, por eso el altísimo “riesgo país” que la banca le asigna a la Argentina. Se sabe que un default será inexorable, lo que no se sabe es cuántos meses se lo podra posponer y a qué gobierno le explotará, si al presente o a un gobierno futuro, y en ese último caso cómo renegociará esa deuda defaulteada, si priorizando los intereses de los acreedores o de una sociedad completamente saqueada.