La transformación de un comprador racional en un consumidor manipulado IV

En el día del consumidor: la adicción al consumo

Entrevista a Javier Garcés Prieto, licenciado en Psicología y Derecho, experto en Psicología del Consumo y sus adicciones

Creo que esta formación debe incorporarse con toda seriedad y rigor a los programas de educación de niños y jóvenes, ya que será esencial para su desarrollo y su futuro bienestar personal y social. Demasiadas veces, la enseñanza relacionada con el consumo, a pesar de su importancia, se realiza con una superficialidad o falta de seriedad que no parecería admisible en asignaturas tradicionales. Por mi parte, en este campo, he tratado de aportar material ameno, pero riguroso, para esa formación, a través de las Unidades Didácticas que elaboré en el año 2000, revisadas y ampliadas con posterioridad. Este material formativo ha sido traducido al inglés e italiano y están siendo utilizadas como material didáctico en los colegios, dentro y fuera de España. Esta formación es muy importante porque, cada vez más, dentro de la familias los padres, permiten –incluso, a veces, favorecen- que sus hijos acaben atrapados por los hábitos de consumo más negativos, como por ejemplo hacer de la compra un instrumento de ostentación social (“comprar para dar envidia a los amigos”), o transmiten la obsesión por comprar productos de una determinada marca. Por ello, he dirigido las Unidades Didácticas, también hacia los padres, para que reflexionen sobre su papel esencial en la educación de sus hijos como consumidores críticos y responsables, evitando reforzarles conductas caprichosas y consumistas.

Otra medida que me parece muy importante es la promoción de actividades de ocio no consumista entre los niños y jóvenes. Creo que la dificultad para encontrar actividades o diversiones que no supongan gastar dinero, es uno de los mayores problemas con que se encuentran los jóvenes, y uno de los factores que les ha influido para acostumbrarse a pasar tantas horas en los grandes centros comerciales y de ocio, por otro lado, tan extendidos, en los últimos años, por toda la geografía española. Junto a este fenómeno, existen otros, como puede ser el botellón o el alcoholismo juvenil los fines de semana, que tiene que ver con la misma falta de alternativas de ocio positivas y no consumistas. Por eso, la puesta en marcha de este tipo de alternativas de ocio debe ser uno de los objetivos sociales más importantes de los próximos años.

– Una de las conclusiones del Informe Europeo sobre problemas relacionados con la adicción al consumo, hábitos personales de compra y sobreendeudamiento es el nivel de insatisfacción personal relativamente alto de los jóvenes, siendo aún más intenso en el caso de las mujeres jóvenes. ¿A qué crees que se debe esta diferencia entre sexos?

– En los estudios sobre adolescentes son normales estos resultados. Ten en cuenta que la edad media de los jóvenes europeos que participaron en el estudio era de 16 años. La adolescencia es una etapa de la vida difícil y complicada en la que, a menudo, se sufre para encontrar la propia identidad, y en la que es fácil que los jóvenes no se encuentren bien consigo mismos, ni psicológica ni físicamente. Con la madurez, las personas se acaban aceptando mejor y acaban adaptándose al mundo que les rodea. Respecto a la diferencia de satisfacción entre hombres y mujeres jóvenes, se puede pensar que está relacionada con las influencias sociales específicas de las mujeres y que también afectan a su conducta como consumidoras. En el Estudio se pudo ver que las chicas jóvenes europeas doblan en porcentaje a los chicos en lo que se refiere a insatisfacción personal. Así, el 26% de mujeres, frente al 13% de hombres, manifiestan “no estar satisfechas consigo mismas” y el 40%, de las jóvenes se mostraron descontentas con su aspecto físico, frente a un 24% de los jóvenes.

– Está claro que se debe sensibilizar a la población para que lleve a cabo un consumo responsable pero en el caso de personas que ya compran sin control, como psicólogo ¿cómo intervendrías?

– Tras diez años desarrollando técnicas específicas para este tipo de problemas, actualmente existen ya modelos de intervención clínica muy serios y efectivos. De hecho, los programas de diagnóstico y terapia que hemos desarrollado han servido de modelo a otras actuaciones en Europa y América. Ante cada nuevo caso clínico comenzamos estableciendo un diagnóstico adecuado sobre el problema de compra. Nadie siente impulsos de compra las veinticuatro horas del día, por eso, es tan importante saber en qué momento y circunstancias se compra, cuáles son los productos comprados y qué destino tienen etc. Además de utilizar los cuestionarios específicos sobre la Adicción al Consumo que hemos desarrollado, como el FACC-II, se lleva a cabo una entrevista con profundidad, y se aplican otras técnicas diagnósticas para averiguar si existe algún otro trastorno psicológico asociado y, por tanto, si los problemas de consumo son un síntoma, o estamos ante lo que podemos llamar una “adicción al consumo esencial”.

Hay que tener en cuenta que cuando el adicto da el paso de solicitar ayuda es, casi siempre, porque ha llegado a una situación económica muy grave, con acumulación de deudas a las que no puede hacer frente, muchas veces desconocidas por las personas con las que convive. Así, al comienzo del tratamiento, es necesario establecer medidas de control económico e, incluso, actuaciones jurídicas para intentar hacer frente a la desastrosa situación en la que se encuentra, o, al menos, impedir que empeore. A menudo, la persona adicta debe aceptar que, hasta cuando se recupere el autocontrol, sus cuentas, sus tarjetas, y toda su economía debe ser supervisada por otra persona, generalmente de su entorno, que se convierte en su “tutor voluntario”. Es posible, también, que deba aceptar no ir a centros comerciales solo, no salir a la calle con tarjetas de crédito y otro tipo de limitaciones.

En cuanto al tratamiento psicológico, se utilizan, en terapia individual o de grupo, diversas terapias cognitivo-conductuales, algunas “importadas” de los tratamientos de otro tipo de adicciones y a las que hago referencia en mi Manual. Por ejemplo, el control de estímulos y las diversas técnicas de auto registro resultan muy eficaces. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que sucede con otras adicciones como el juego, el alcohol, el tabaco o las drogas, la finalidad del tratamiento no puede ser apartar definitivamente a la persona adicta de la conducta hacia la que tiene dependencia. No se puede pretender que no vuelva a comprar o a entrar en un centro comercial. Al contrario, se trata de conseguir que sea capaz de volver a manejar su economía, entrar en las tiendas con normalidad, comprar de forma juiciosa, volver a manejar tarjetas de crédito, etc. Por ello la prevención de las recaídas es esencial, y el seguimiento a medio y largo plazo tiene una importancia extrema. No se puede considerar concluido el tratamiento hasta que no se ha conseguido una reestructuración permanente de los hábitos de vida, valores y actitudes de la persona.

– Se señala que los adictos reconocen “ver mucha televisión” en un porcentaje que duplica al de no adictos ¿En qué medida este hecho puede influir en esta adicción?¿Sería la causa o el efecto de tal adicción?

La televisión es actualmente el instrumento de difusión de valores y hábitos de vida más importante de nuestra sociedad. La mayoría de las personas pasan más tiempo viendo la televisión que hablando con los que le rodean. En el caso de los niños, la influencia de la televisión en la transmisión de valores, modos de vida y socialización general, es casi siempre mayor que la de los propios padres. Pues bien, esta televisión que tanto poder tiene, es un vehículo de transmisión de valores consumistas a través de la abundante publicidad directa y, la no menos abundante, publicidad oculta en los programas y series teóricamente no publicitarios.

Tengamos en cuenta, además, que los niños no diferencian la información comercial de la no comercial, y, por lo tanto, reciben y asimilan sin ninguna actitud crítica todo el contenido televisivo.

Por lo tanto es lógico que exista una relación directa entre los excesos en la compra y el tiempo que cada persona pasa viendo televisión. Hay que tener en cuenta que hasta el comienzo de los sistemas “de pago” de televisión, la supervivencia económica de la mayoría de las cadenas se ha basado en el hecho de que este aparato -que no olvidemos preside la mayoría de los hogares- es una máquina permanente y muy efectiva de incitación al consumo.

– Para terminar, ¿qué consejo darías a la gente que ahora se dispone a comenzar con las compras navideñas?

– Hay una serie de consejos fundamentales que todos los consumidores deberíamos seguir en todo momento, dentro y fuera de las fiestas navideñas. Las decisiones de compra hay que tomarlas en casa, y no en los centros comerciales, tal como se hace en más de la mitad de los casos. No debemos olvidar que todos somos más influenciables de lo que suponemos, por tanto, nuestra mejor arma para no caer en la tentación, es evitarla. Es mucho más fácil limitar la “exposición” a los estímulos de consumo, que tratar de vencer su influencia una vez que estamos bajo su influencia. Y, por último, algo fundamental que se aplica en los tratamientos de la adicción al consumo y es muy útil para todos los consumidores: es necesario volver al “lápiz y papel”, es decir, a llevar una contabilidad personal, elaborando presupuestos, apuntando ingresos y cada uno de los gastos que se realizan. En esta contabilidad debemos anotar inmediatamente las compras realizadas con tarjeta de crédito, para evitar el efecto de “oscurecimiento de gasto” que se produce con estos sistemas de pago, es decir, que olvidemos los gastos que hemos realizado y gastemos el dinero que no tenemos.

(última entrega)

Javier Garcés Prieto, licenciado en Psicología y Derecho es experto en Psicología del Consumo y sus adicciones. Entre otras actividades, actualmente es Presidente de la Asociación Nacional de Estudios Psicológicos y Sociales y dirige el Programa de Prevención y Tratamiento de la Adicción al Consumo que desarrolla, entre otros, la Unión de Consumidores de España, del que él es asesor. Además de publicar varios libros sobre este tema, ha elaborado un Cuestionario sobre Factores Psicológicos de Adicción al Consumo, Hábitos personales de Compra y Sobreendeudamiento (FACC-II) y ha participado como Director Técnico del Programa de la Unión Europea sobre Adicción al Consumo y Sobreendeudamiento

Fuente: www.infocop.es – Consejo General de la Psicología de España – 22/12/2005

 

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