La tardía despedida de San Martín a su mujer – lo que Rivadavia impidió

Felipe Pigna *

Esta nota podría llevar por título La ignorancia de la Historia o la historia de un ignorante. Tal vez para muchos lectores esto pueda pasar como un error. Debemos pensarlo como una confesión de ignorancia, imperdonable en quien relacionó al General San Martín con la triste figura de B. Rivadavia.

Cuando el prócer llegó a Buenos Aires, Remedios hacía cuatro meses que había muerto.

En octubre de 1823 llegó a Mendoza desde Buenos Aires el capitán retirado Manuel Guevara con una carta de Estanislao López para el general San Martín. El gobernador santafesino le advertía que el gobierno porteño dominado por Rivadavia pensaba someterlo a juicio por su desobediencia a la orden directorial de 1819 de abandonar la campaña libertadora y sumarse al bando unitario de la guerra civil, al tiempo que le ofrecía su apoyo y una custodia militar.

San Martín confirmó las advertencias de López en una carta a su amigo Guido: “¿Ignora Ud. por ventura que en el año 23, cuando a instancias de mi mujer de venir a Buenos Aires a darle el último adiós, se apostaron partidas en el camino para prenderme como a un facineroso, lo que no realizaron por el piadoso aviso que se me dio por un individuo de la misma administración en la cual ningún gobierno de la Revolución ha tenido más regularidad y fijeza? ¿Y después de estos datos, no quiere Ud. que me ponga a cubierto, no por mi vida, pero sí de un ultraje que echaría un borrón sobre mi vida pública?”.

El Libertador declinó el ofrecimiento de López para evitar “más derramamientos de sangre”, y pese a la amenaza de ser apresado “como un facineroso”, partió a Buenos Aires, de donde le llegaban noticias de que el estado de Remedios era ya terminal, en una diligencia postal el 20 de noviembre de 1823. El monótono camino activaba sus recuerdos de los días felices de Mendoza, del entusiasmo de aquel pueblo que lo dio todo por la causa de la liberación. Las noches robadas al sueño y entregadas al amor con Remedios. El nacimiento de su querida Mercedes, el Chiche. El día de la partida del Ejército de los Andes. Esas memorias que se había prometido escribir algún día.

Cuando llegó a Buenos Aires en diciembre, hacía cuatro meses que Remedios se había ido de este mundo. Había sufrido física y psicológicamente. Buenos Aires era la sede principal de los enemigos internos de San Martín y ni los periódicos porteños ni la gente que frecuentaba la casa de los Escalada ahorraban palabras para aquel hombre que se había negado a defender Buenos Aires de los “bárbaros” del Litoral y la llenaban de chismes sobre la vida de su marido en Lima y sus andanzas con Rosita Campusano. Remedios murió el 3 de agosto de 1823 en presencia de su madre y en brazos de su sobrina Trinidad De María, quien contaría que sus últimos pensamientos fueron para su amado San Martín.

Apenas llegó, José se dirigió a la casa de la familia Escalada y allí se enteró de que estaban en la quinta ubicada en las actuales calles Caseros y Monasterio, donde había fallecido Remedios. No fue bien recibido, particularmente por su suegra, quien demoró el reencuentro con Merceditas. Finalmente pudo ver a su amada infanta mendocina. Hacía cuatro años que no la veía y pudo reconocer en la niña de ocho años rasgos de su madre y un cariño que hablaba por sí solo de que su mujer no le había guardado rencor o por lo menos no se lo había transmitido a la pequeña que, ante la enfermedad de su madre, había sido criada por su abuela, doña Tomasa, la criada Jesusa y su tía. Al general también lo habían llenado de calumnias y chismes sobre su mujer.

Unos días después marchó junto a Merceditas hacia el cementerio del Norte, hoy Recoleta, donde hizo colocar en la tumba de Remedios una lápida de mármol con la frase: “Aquí descansa Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín”.

* Felipe Pigna – Historiador, Profesor y Escritor argentino especializado en la historia de Argentina; Director del Centro de Difusión de la Historia Argentina de la Universidad Nacional de General San Martín; Consultor para América Latina de The History Channel.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar -10-12-17

 

 

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