El modelo económico implementado por Lenin Moreno en Ecuador, en cómplice sociedad con el Fondo Monetario Internacional, que arrastra la dura limitación de haber perdido su propia moneda desde el año 2000, teniendo que depender del dólar norteamericano, parece haber llegado a una crisis terminal. Tras una semana de protestas, huelgas, estado de sitio, toque de queda, traslado de la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, represión en las calles, más de 800 detenidos, decenas de heridos y varios muertos, los pedidos de renuncia del presidente y un llamado anticipado a elecciones se multiplican.
Dos décadas de dolarización muestran a un país impotente, expuesto sin defensas al mercado global, sufriendo la imposibilidad de hacer frente al aumento de los déficits fiscal y comercial. Problemas que podrían ser resueltos con una moneda soberana, en Ecuador solo quedan como herramientas el recurrir al endeudamiento externo para cubrir los agujeros fiscales y bajar salarios para obtener competitividad, lo que evidencia lo perverso del sistema, que muchos economistas neoliberales proponen también para la Argentina.
El acuerdo con el FMI solo empeoró la situación, ya que impuso mediante el decreto 883 un fuerte ajuste con quita de subsidios a los combustibles (lo que provocó un aumento del 123% de la nafta más popular, lo que repercutirá en un aumento de la canasta básica), y un incremento de horas laborables para los trabajadores combinado con reducción de impuestos a las grandes corporaciones. Solo la complicidad de los grandes medios de comunicación pueden permitir que se impongan medidas de esta naturaleza.
Las protestas se realizan en todo el país. Cerca de 200 personas fueron detenidas en Quito, escenario de una masiva movilización de sindicatos, indígenas y estudiantes, y otro tanto en Guayaquil. También han sido importantes los reclamos en las provincias de Chimborazo y Sucumbios, con medio centenar de detenciones en cada una.
A nivel político, Lenin Moreno rifa sus últimas posibilidades de mantener la gobernabilidad. Un presidente que ha sido conocido en todo el mundo por traicionar a sus votantes. Asumió prometiendo no realizar “paquetazos” de ajustes y termina haciendo todo lo contrario para lo que fue votado.