Juan Manuel de Prada: “Cuando rompes los lazos con la tradición te conviertes en una masa amorfa y los tiranos te pueden modelar a su gusto”

“Hoy en día se puede completar el bachillerato sin haber leído un libro decente”, y esto cada vez “se está imponiendo más”. “A los chavales les hacen leer basura porque quieren destruirlos”. afirma Juan Manuel de Prada en una entrevista realizada por Isabel Lozano para Leer por Leer, en la que analiza de forma crítica la actualidad del sistema educativo en Occidente. El escritor asegura que nunca ha creído en la literatura infantil. “La literatura infantil es una plaga. Creo que es muy perjudicial para la salud intelectual de los niños. Es una vía de infiltración ideológica, de destrucción de las almas y cerebros. Creo que cualquier padre mínimamente responsable debe evitar que sus hijos lean literatura infantil, sobre todo la contemporánea”, comenta.

Prada reflexiona también sobre la pobreza de las lecturas que abunda en los adolescentes y los jóvenes: “Esos años son los más importantes de la vida porque las lecturas crean una impresión muy honda. Entonces, si tú lees bazofias políticamente correctas, llenas de paradigmas culturales que interesan al sistema, te conviertes en un lacayo, en un jenízaro, sistémico… Entonces sí, me consta, me consta que a los chavales hoy en día, en los institutos y colegios, les hacen leer bazofias diversas. Creo que cualquier padre responsable tiene que impedir que sus hijos lean este tipo de basuras. Desde aquí, hago un llamamiento a los padres para que no pisen la sección de literatura infantil en las librerías”, exhorta el afamado escritor.

“La literatura infantil está escrita por este tipo de personas que crean libros como si fueran lecturas para retrasados mentales. Pueden pensar que los niños son retrasados mentales y como son así, además no se nota toda la ideología que les metes, ¿no? Creo que hoy en día la literatura infantil fundamentalmente es un vehículo de adoctrinamiento ideológico”, advierte.

Prada, recomienda tres libros para implementar en los planes de estudio: ‘El Quijote’, una lectura que es “fundamental” y que es “relativamente sencilla”; luego “nombres propios como Benito Pérez Galdós, Baroja, Unamuno… Tres buenas maneras de adentrarse en la literatura”.

“El problema que existe para transmitir el amor por los libros es que, el profesor, tiene que amarlos. La realidad desgraciadamente es que, hoy en día, los profesores son seres rutinarios que entienden su trabajo como un medio de vida y no como un modo de vida. Lo que enaltecen los oficios y las profesiones es que, para ti, sean el alma que te habita. Creo que esta es la clave”, afirma Prada.

El escritor alerta de que el nivel de cultura entre la juventud es bajísimo. Confiesa que este año ha vuelto a la universidad, para doctorarse en Filología Española, lo que ha le ha hecho más consciente del problema. “Lo profesores malos tienen un nivel de octavo de EGB—estamos hablando de cuando yo tenía catorce años—. Los mejores profesores dan unas clases con un nivel de segundo de bachillerato, un nivel ínfimo”, dice.

“El ansia de conocimiento, de adentrarte en las asperezas del saber, no ha cambiado. Lo que ocurre es que hay unos planes educativos que lo que tratan es de moldear la mente de las personas para destruirlas, para convertirlas en lacayos. Este es el gran drama”, manifiesta Prada.

La distracción que suponen las pantallas, omnipresentes en nuestros días, es otro punto “que cualquier persona que quiera formarse intelectualmente tiene que hacer un sacrificio”. “Las pantallas dispersan nuestra atención, introducen un componente de nerviosismo en nuestra vida y claro… No te puedes poner a leer Las confesiones de San Agustín y contestar un WhatsApp”, argumenta.

“Uno tiene que fortalecer su carácter y para lograr esto hay que imponer renuncias en su forma de vida. Esto es así y tenemos que asumirlo ¿no? Pero no solamente en el ámbito del saber, es mucho más fácil tener veintisiete novias en Tinder que tener una mujer a la que le dedicas tu vida y viceversa”, añade.

“En estos momentos estamos asistiendo a una uniformización de los seres humanos como en ninguna otra época”, comenta Prada, que cree “que cuando rompes los lazos con la tradición te conviertes en una masa amorfa y los tiranos te pueden modelar a su gusto. En cambio, las sociedades que creen y tienen una tradición están nutridas, luego es donde surgen las personalidades diversas. Las sociedades tradicionales digamos que amparan mucho mejor al “genio”—no me refiero únicamente al genio “genial”—sino el genio de cada uno. Potencian que surjan vocaciones y personas diversas. Las sociedades que cortan lazos con la tradición son modeladas por el clima cultural de la época”.

El escritor asegura que el mundo literario y el cultural, “son dos universos profundamente sistémicos” actualmente; los escritores españoles “son esclavos de los paradigmas culturales impuestos”. “La mayor parte de las novelas que ahora se publican son “novelitas sistémicas” y la poesía es una “poesía banal” que ha perdido la necesidad del misterio, de alumbrar el misterio del alma humana. Todo esto se ha perdido y, cada vez más, asistimos a una llamada “cultura del ocio”. Las profesiones y oficios que tienen que ver con las artes y con la transmisión cultural, se han dejado en manos de personas que lo que quieren es destruir la herencia cultural, destruir nuestra tradición. Lo que en otra época eran expresiones del genio humano por la búsqueda de la belleza y sentido del mundo, ahora esto se ha convertido en “productos de entretenimiento””, sostiene el escritor.

“Tuve la inmensa suerte de triunfar muy joven”, recuerda Prada, que ganó el Premio Planeta a esa temprana edad, con lo cual no le “tenían fichado”. “Si yo en vez de haber triunfado con veintiséis años hubiese sucedido con cuarenta, pues no hubiera triunfado”, asegura.

“Hoy en día un escritor que no se ponga de rodillas ante los paradigmas culturales del progresismo lo tiene muy muy difícil, y esto es terrible”, alerta. “Cuando hablo de progresismo me refiero lo mismo a derechas e izquierdas, esta división es ya carente de sentido, puesto que ambos bandos ideológicos comparten premisas liberales. A mí me parece que no hay más distinción que entre liberalismo y tradición. El hacer cultural que va a permitir que el mundo cambie lo vamos a custodiar muy pocos, ¿no? Por eso pienso que es esencial el cobrar conciencia del valor de las vocaciones artísticas y culturales”, afirma el escritor.

“Para nuestros hijos, creo que son claves las labores que mismamente estáis desarrollando vosotros, un proyecto con esta sensibilidad literaria, artística y con esta necesidad de recuperar el pensamiento tradicional. Es muy importante el recuperar lugares de vanguardia en el mundo que se avecina”, dice Prada.

Confiesa que le hace mucha gracia la llamada “batalla cultural”. “Para que exista una batalla cultural, primero tienes que adherir a una forma de pensamiento. Este concepto no consiste en responder a las burradas que dicen los políticos, no cosiste en crear antagonismos. La batalla cultural consiste en brindar a la sociedad una alternativa y esa alternativa, solo se puede brindar si detrás hay algo consistente”, asegura el escritor

Comenta el último de sus libros, ‘Una biblioteca en el oasis’, una colección de grandes obras de la literatura donde se toca la cuestión religiosa. “Una de las características de la cultura de nuestro tiempo, me atrevería a decir que la cuestión religiosa prácticamente ha desaparecido de la cultura occidental”.

“Es realmente sobrecogedor porque todas las civilizaciones se han caracterizado por hacerse las grandes preguntas que tienen que ver con el destino humano, con la existencia y relación con Dios”, comenta, sin embargo, “hoy en nuestra literatura es muy difícil encontrar autores que todavía tengan estas preocupaciones”.

Sobre sus futuros proyectos, desvela que quiere escribir una novela sobre la Guerra Civil en Madrid, “que en España no la escribe nadie”. “Lo que pasa que, hoy en día, esa novela me puede llevar a la cárcel con esta nueva ley de memoria democrática que nos van a colar”, añade.

Preguntado por sus escritores favoritos, el escritor aclara que ha leído “a muchos novelistas” pero “sin duda” menciona a Cervantes, Dostoievski y Proust. Además, cuenta que el escritor que más le ha marcado es Leonardo Castellani e invita a los lectores que escojan cualquiera de sus obras. “He sido un poco el introductor de Leonardo Castellani, un gran escritor argentino (…) Lo leí y me cambió radicalmente mi visión de la vida. Sus obras están llenas de pensamientos muy sabrosos, iluminadores y transformadores”, concluye Prada.