Por Oscar Balestieri*
Las veinte verdades peronistas es un texto donde Perón propuso a su pueblo un conjunto de ideas y objetivos, fue el 17 de octubre de 1950, a cinco años del momento fundacional. La quinta de las “verdades peronistas” dice: «En la Nueva Argentina de Perón, el trabajo es un derecho que crea la dignidad del Hombre y es un deber porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume». Ha pasado el tiempo desde esa enunciación, hemos vivido con índices de desocupación de más de un dígito y ahora la pandemia, nos hunde en un pozo de crisis y desocupación.
¿Cuál es el camino que debemos elegir para salir de esta crisis? ¿Cuál es la propuesta desde el peronismo?
Algunos compañeros adhieren a la idea de un salario universal, para cubrir las necesidades básicas de cada argentino. Si pensamos en la quinta verdad que propone Perón, la respuesta debe ser más amplia: el Estado debe garantizar a todos un trabajo y en consecuencia un salario generado por éste.
El Estado debe actuar como empleador de ultima instancia, (una especie de Banco Central del trabajo) porque además de garantizar un ingreso, es razonable que garanticemos “un trabajo que crea la dignidad del hombre”. Un país que tiene grandes necesidades, no puede dejar de lado la productividad de los hoy desocupados, necesitamos también como dice la quinta verdad que cada uno produzca por lo menos lo que consume.
La idea del salario universal, tiene fuerte apoyo en pensadores europeos influenciados por “el fin del trabajo” donde el trabajo humano es reemplazado por máquinas. Quizás en sociedades muy desarrolladas, con casi todo construido (donde abunda el crédito y no es usado, donde los recursos naturales han sido explotados o donde sus sociedades no permiten mayor explotación de los recursos naturales y la importación de bienes de países de bajo costo de producción) no sea posible brindarle un trabajo digno a sus habitantes y la idea del salario universal sin contraprestación tenga sustento.
Pero en nuestra América, nada de eso se verifica: hay enormes recursos naturales inexplotados, todo está por construirse, caminos, viviendas, equipamientos, energía, servicios, etc. Tenemos un horizonte de trabajo humano enorme, que a la vista de nuestra realidad, permite ocupación plena, incorporación de migrantes y de tecnología para aumentar la producción y dignificar el trabajo. Un territorio extenso y disponible.
En los gobiernos liberales (y a veces también en los populares) esta función del Estado de crear y garantizar trabajo para todos, ha sido abandonada, denostada, planteando que es función del mercado hacerlo. El resultado está a la vista: el mercado necesita de legiones de desocupados para bajar los salarios deprimir la protesta, domesticar a los pueblos.
Esta crisis es una oportunidad de poner en marcha junto a otras esta quinta verdad del peronismo.
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*Ex subsecretario de Vivienda de la Prov. de Buenos Aires.