No importó que Evo Morales convocara a nuevas elecciones como impuso la OEA. El objetivo del poder nunca fue democrático, esa era solo la excusa. Las FFAA pidieron directamente la renuncia del presidente, por lo que el país ya era de hecho ingobernable, con bandas armadas incendiando las casas de los dirigentes del gobierno, secuestrando y linchando a sus familiares, mientras la Policía Nacional se mantenía amotinada liberando el territorio. Ante el escenario de total ingobernabilidad, Evo Morales se vio obligado a firmar su renuncia.
“Lamento este golpe cívico y de las fuerzas armadas. Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales. Queremos preservar la vida de los bolivianos”, expresó el presidente depuesto Morales.
La casa de la hermana de Morales ya había sido incendiada. Dos ministros, dos gobernadores, la vicecanciller y el presidente de la Cámara de Diputados, habían ya renunciado ante graves incidentes contra sus propias vidas y familias.
Aclaró a sus seguidores: “no es ninguna traición” y prometió continuar luchando políticamente: “La lucha sigue. Somos pueblo”. “Pido a la comunidad internacional que diga la verdad de este golpe de Estado”, manifestó. Los medios internacionales, alineados con Washington, evitaron hablar de “golpe” y prefirieron usar los términos “crisis” y “renuncia”.
“El golpe de Estado se ha consumado”, expresó el vicepresidente García Linera, quien también renunció, pero sostuvo: “Volveremos y seremos millones”.
“Luego de analizar la situación conflictiva interna, pedimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia”, había dicho momentos antes el golpista comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Williams Kaliman.
“Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano de sugerir al señor presidente Evo Morales que presente su renuncia para pacificar al pueblo de Bolivia”, había declarado por su parte el comandante general de la Policía, general Vladimir Yuri Calderón.
El dirigente opositor Carlos Mesa pidió la renuncia de la senadora Salvatierra, en línea de sucesión, porque “es del MÁS y debe ser alguien de la oposición quien lidere la transición” (!). Salvatierra renunció a los pocos minutos.
El líder golpista, Luis Fernando Camacho, ingresó por la fuerza al palacio de gobierno y se fotografió en su interior con una bandera boliviana y una biblia en la mano, haciendo un flaco favor a la religión cristiana y al símbolo patrio.
El golpe en Bolivia deja lecciones varias para cualquier proceso político que se pretenda soberano y especialmente si no va a estar alineado con EEUU: no puede dejar a sus FFAA libradas a un mero “rol profesional” o “institucional”, porque frente a situaciones críticas se ha demostrado que terminan de facto subordinadas al poder militar norteamericano. Toda la historia latinoamericana del siglo XX prueba que este ha sido el rol.
Un proyecto de poder popular debe incluir la consustanciación de las FFAA con un objetivo de liberación nacional. No hay forma de sostener el orden social y político de un país solo con movimientos sociales o sindicatos de trabajadores. Ante los intentos golpistas de desestabilización, coordinados por servicios de inteligencia internacionales, solo se puede mantener en pie un gobierno popular con militares entrenados, armados con un presupuesto digno que permita una defensa integral de la Patria y formados políticamente, con una orientación popular, nacionalista y anti imperialista, dispuestos a dar su vida por el proceso de transformación. Los únicos gobiernos enfrentados con EEUU que han resistido intentos de golpes así lo han demostrado.
Otra cuestión imprescindible es la necesidad de una construcción política sudamericana que reemplace el rol de la OEA, históricamente subordinada a Washington. Unasur pudo ser un embrión de esta organización y por eso fue inmediatamente desactivada por Mauricio Macri, Lenin Moreno, Sebastián Piñera y Michel Temer.
Si no se aprenden las lecciones de la historia, estaremos condenados a repetirla.
Pronunciamientos en América Latina:
-Cristina Kirchner:
“En Bolivia, manifestaciones violentas sin ningún tipo de limitación por parte de las fuerzas policiales, incendian viviendas y secuestran personas mientras las Fuerzas Armadas le “sugieren” al presidente indígena y popular Evo Morales que renuncie. En Chile, masivas movilizaciones durante semanas piden la renuncia del presidente neoliberal Sebastián Piñeira y las Fuerzas Armadas y policiales reprimen brutalmente. Lo de Bolivia se llama golpe de Estado… Si queremos vivir en paz, es hora de que haya pronunciamientos y, sobre todo, acciones claras en defensa de la democracia, independientemente de cuál sea la orientación política de los gobiernos que surgen de la voluntad popular”.
-Alberto Fernández:
“En Bolivia se ha consumado un golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del ejército. Es un golpe perpetrado contra el presidente Evo Morales, que había convocado a un nuevo proceso electoral. Nosotros, defensores de la institucionalidad democrática, repudiamos la violencia desatada que impidió a Evo Morales concluir su mandato presidencial y alteró el curso del proceso electoral. El quiebre institucional en Bolivia es inaceptable. El pueblo boliviano debe escoger cuanto antes, en elecciones libres e informadas, a su próximo gobierno. Defenderemos firmemente la democracia en toda América Latina. Después de este quiebre institucional, Bolivia debe volver cuanto antes al sendero de la democracia a través del voto popular y sin proscripciones. El compromiso de la Argentina con la institucionalidad y contra cualquier forma de golpe de Estado en el continente debe ser total. Espero que las actuales autoridades actúen bajo ese mismo principio preservando la integridad física de quienes puedan resultar perseguidos por el golpismo y colaboren hasta el 10 de diciembre con la recuperación de la democracia en Bolivia”.
-Cancillería Argentina, gobierno de Mauricio Macri:
-Jair Bolsonaro:
“Las denuncias de fraude electoral resultaron en la renuncia del presidente Evo Morales. ¡Gran día!”
-Marcelo Ebrard, canciller de México:
“En Bolivia hay una operación militar en curso, la rechazamos,es similar a aquellos trágicos hechos que ensagrentaron nuestra América Latina el siglo pasado. México mantendrá su posición de respeto a la democracia y las instituciones. Golpe no. México, de conformidad a su tradición de asilo y no intervención, ha recibido a 20 personalidades del ejecutivo y legislativo de Bolivia en la residencia oficial en La Paz, de así decidirlo ofrceríamos asilo también a Evo Morales”.
-Lula da Silva:
“Acabo de escuchar que hubo un golpe de estado en Bolivia y el compañero Evo Morales se vio obligado a renunciar. Es lamentable que América Latina tenga una élite económica que no sepa cómo vivir con la democracia y la inclusión social de los más pobres”.