El papa Francisco realizó un llamado a los gobernantes para que asuman “la obligación de hacer todo para que cada hombre y mujer puedan trabajar”. Ante unos 12 mil fieles, Bergoglio afirmó: “Quien por maniobras económicas, por hacer negociados no del todo claros, cierra fábricas, empresas, o saca trabajos a los hombres, esta persona comete un pecado gravísimo”.
“El trabajo nos da dignidad. Los responsables de los pueblos, dirigentes, tienen la obligación de hacer todo para que cada hombre y mujer puedan trabajar y así tener la frente alta, mirar a la cara a los demás con dignidad”, dijo Francisco en la Audiencia General en Plaza San Pedro.
La frase cobró en la Argentina una especial significación dado el clima enrarecido de falta de trabajo que se está viviendo.