Alberto Sileoni fue Ministro de Educación de la Argentina entre 2009 y 2015. Bajo su gestión, el analfabetismo descendió al récord histórico del 1,9%, se crearon 9 nuevas universidades, la población universitaria llegó al 33% (junto con Cuba, Argentina está entre los países con mayor porcentaje) y se implementó el Plan Conectar Igualdad, con el que se entregó alrededor de 3 millones de netbooks a alumnos del colegio secundario. Pudimos conversar con él sobre los cambios que el proyecto neoliberal, encabezado por Mauricio Macri, está introduciendo en el campo educativo.
Kontrainfo: Queríamos consultarlo, aprovechando su experiencia de haber sido ministro de Educación durante seis años, en el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y al mismo tiempo su propia formación como Licenciado en Historia. Si uno tuviera que analizar en las últimas décadas cómo se han venido instrumentando planes educativos en nuestro país y en América Latina, que se conoce que en gran parte han sido tomados de propuestas que surgen desde el Banco Mundial, por ejemplo; uno analiza lo que ha ido ocurriendo en los años ‘90 donde se provincializó la educación, se le quitó recursos, si uno tuviera que anticiparse a cuáles son los planes que se van a querer instrumentar, especialmente en este caso donde estamos bajo un gobierno de una tendencia neoliberal, ¿qué nos podría decir para anticiparnos un poco a lo que probablemente tengamos que estar sufriendo de acá a los próximos años?
Alberto Sileoni: Evidentemente hay un patrón que es fácilmente advertible, y no estoy comparando porque no es comparable esto con la Dictadura, pero en materia educativa hay un formato federal que fue claramente instrumentado en la Dictadura, y después también en los ‘90, con reformas que tenían un sello de organismos multilaterales de crédito que mostraban un Estado distante, que desplazaba sus responsabilidades a los individuos y a las provincias. Esto está volviendo a ocurrir, ya está claramente expuesto, y es uno de los elementos que en estos 16-17 meses de gobierno podemos ver. Hay un plan que tiene estatus de ley, y no sé si lo va a lograr, que es el Plan Maestro que está embrionariamente dando vueltas. Son 108 objetivos vacíos que no constituyen una política educativa pero allí claramente se vuelven a reposicionar algunas palabras y conceptos que son de épocas pretéritas. Por ejemplo, el concepto de “competitividad económica”, de ver en un estudiante la posibilidad de la mano de obra en vez de ver a un ser integral. El concepto de “equidad”, muy potente, porque atrás del derecho hay un Estado que lo garantiza y el derecho se ejerce contra todo, como dice la literatura jurídica va desapareciendo. De paso digo que hemos tenido una reunión muy rica con compañeros y han surgido algunas de estas cuestiones como la desaparición del sujeto común y la destrucción de los lazos de solidaridad, y esto es fácilmente verificable en algunos conceptos que van ganando espacio. Soy más claro: “emprendedorismo”, el concepto de “emprendé, intentá, arreglate”. El de “meritocracia”, un concepto que se estructura sobre una idea que intenta ser muy sugerente pero que es falsa, que es la de igualdad de oportunidades. Por supuesto, inmediatamente hay que decir: “¿cómo no vamos a estar de acuerdo con el esfuerzo?”. Un buen educador en algún sentido incentiva el esfuerzo de sus estudiantes y alienta a los que se esfuerzan más pero…
Kontrainfo: Pero no en un sentido solo individual.
Alberto Sileoni: Pero no en un sentido solo individual ni meritocrático del que uno supone que el que se esfuerza, llega. Falso. Porque si no no se podría explicar por qué siempre fracasan los que menos tienen, como si pusieran menos esfuerzo, y hasta yo podría decir que los estudiantes y los niños y los jóvenes de los sectores más carecientes, quizá ponen más esfuerzo que los de los sectores no pobres. Y no llegan. No llegan porque parten de otros lugares. Otro concepto que está teniendo una amenazante presencia: el de la Neurociencia. El de la Neurociencia mal aplicada. No tengo entidad para hablar de las Neurociencias pero sí de su mala aplicación en la Educación que te permite hacer pensar que las diferencias entre los seres humanos están en el cerebro y no en la vida.
Kontrainfo: Ahí estaríamos volviendo a paradigmas biologicistas que parecían perimidos.
Alberto Sileoni: De Ramos Mejía, principios del siglo pasado. Y está bien tu reflexión porque me lleva a otra que es que hay que desmontar algunas cuestiones de la derecha y hay que desmontarlas en algunos lugares donde más les duele: son propuestas viejas, son propuestas anacrónicas. Ni siquiera tienen la originalidad de la novedad. Fracasaron en el pasado como fracasó intentar hacer un Estado que desaparezca y que cada uno “se arregle”. Como fracasó esto que hablamos de la Neurociencia, como está queriendo ganar lugar también la presencia de las ONGs, la presencia de entidades privadas adentro de la Educación. No tenemos nada contra quienes quieren colaborar con la Educación. Sí tenemos contra aquellos que quieren pensarla como un campo de negocios. La Educación en el mundo es un negocio que mueve 5 mil millones de dólares por año. Ahora, ¿qué cosa nos diferencia con el pasado? Nos diferencia una consciencia cada vez más profunda, a mí me parece, de la sociedad argentina. Y éste es un camino en tránsito, por supuesto no es un camino hecho, sobre el cual podamos descansar porque también, digo, en el último tiempo nos hemos sorprendido discutiendo cosas que creíamos que formaban parte del pasado. Hay una memoria de la sociedad argentina que evidentemente no ha pasado en vano, la memoria que dice: “hay un límite al dos por uno”, y rápidamente sale la sociedad. La memoria que está en el ADN de los argentinos de la defensa de la Educación Pública.
Kontrainfo: No es la misma situación que se tuvo que encarar en los ‘90 donde estábamos todos quizá mucho más indefensos, atomizados. Recién hablábamos del siglo XIX, si uno piensa un poco en los orígenes de la Educación en Argentina y toma ese modelo sarmientino donde se buscó homogeneizar, por un lado, a esos inmigrantes que llegaban a nuestro país, también con una orientación de ser la mano de obra que pudiera extraer los recursos naturales de la Argentina dentro de un paradigma de división internacional del trabajo, etc. Vemos los modelos que han aplicado los gobiernos liberales, que son gobiernos de privatización, de elitización, de separar una educación para las clases dirigentes y una educación de baja calidad para las clases trabajadoras. Si tuviéramos que pensar un Modelo Educativo, un modelo de escuela, un modelo de docente para un proyecto Nacional y Popular en la complejidad de este siglo XXI, ¿qué características debería tener ese modelo que aspiramos a poder aplicar en nuestro país?
Alberto Sileoni: Yo creo que en estos doce años hubo algunos indicios de algún camino. Tiene que ser un modelo que inevitablemente, como diría alguien, cierre con todos adentro. Nosotros somos el país de la región que más Educación Obligatoria tiene: catorce años. Y esa Educación Obligatoria hay que cumplirla. Y todavía faltan, a pesar de los grandes avances que hemos tenido, chicos de cuatro adentro de la escuela, y de tres, y cuando satisfagamos ese objetivo tendrán que venir los de dos, etcétera. En el otro extremo del Sistema Educativo, el Nivel Secundario es el que está más en entredicho, todavía no tenemos al 100 por ciento adentro y debemos tenerlo porque es obligatorio. Y cuando tengamos a todos adentro debemos procurar que todos egresen y hoy egresa menos cantidad de la que debiera. No egresa la mitad, como dice alguna derecha, porque si uno viera la población argentina de 20 a 29 años, prácticamente el 65 % tiene el secundario. Quiere decir que muchos egresan en el tiempo técnico, digamos, y hay otros que se toman uno o dos años más para terminar egresando. Ése es un valor que en general se soslaya. Debiera ser un Sistema Educativo que siga siendo igualitario, que piense en una Universidad para todos. Debiera haber libros, tecnología, laboratorios. Construimos 3000 escuelas pero faltan muchas más y hay muchas que están en una situación de indignidad. Hay que seguir capacitando y trabajando con el docente y tratar de que el conflicto docente no impacte en la escuela con menos días de clase. Hay una gran cantidad de cosas que por supuesto, yo creo, que están esbozadas en un paradigma que es nacional, popular, inclusivo que fue ejercido en estos años, que tiene historia en la Pedagogía Americana, porque del mismo modo que hay una Pedagogía de cerrar y de la élite, hay otra más abierta en América desde el siglo XVIII y somos herederos de esa tradición. En todo caso, discutir aquello que faltaba pero dentro de un paradigma de derechos, de inclusión, de pensar que todos pueden llegar a la Escuela Secundaria. El “les hicieron creer que todos podían tener un plasma” [N. del E.: se refiere a la desdichada expresión del economista Javier González Fraga] tiene también un capítulo educativo que es “les hicieron creer que cualquiera podía terminar el secundario y que cualquiera podía ir a la Universidad”. Bueno, nosotros formamos parte de millones de argentinos que creen que todos pueden ir a la Universidad y ese esfuerzo hay que hacerlo. En todo caso, lo que no es, es un Sistema Educativo para pocos, un Sistema Educativo que sólo piensa en el mérito, un Sistema que naturalice que hay algunos que tienen un gran destino universitario y otros tienen un destino subalterno. A eso nos negamos por un principio político y ético de la igualdad.
Kontrainfo: Muchas gracias por habernos concedido esta entrevista.
Alberto Sileoni: Gracias a ustedes.
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