El titular del Pentágono, secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, desafió a Donald Trump y expresó durante una conferencia de prensa este miércoles que no apoya el uso de la Ley de Insurrección que permitiría al presidente utilizar el Ejército de los EE. UU. para restablecer el orden en el contexto de las violentas protestas con incendios y saqueos en todo el país.
“Siempre he creído y sigo creyendo que la Guardia Nacional es la más adecuada para prestar ayuda doméstica a las autoridades civiles en estas situaciones en apoyo de la policía”, sotuvo Esper.
“Digo esto no solo como secretario de Defensa, sino también como un ex soldado y un ex miembro de la Guardia Nacional, la opción de usar las fuerzas armadas de servicio activo en una función de aplicación de la ley solo debe usarse como un último recurso y solo en la más urgente y grave de las situaciones”, y agregó.”No estamos en una de esas situaciones ahora. No apoyo invocar la Ley de Insurrección”.
La Ley de la Insurrección (Insurrection Act) de 1807 es una ley federal de los Estados Unidos que rige la capacidad del Presidente para desplegar tropas militares dentro del país en casos de anarquía, insurrección y rebelión.
La decisión del secretario de Defensa de desobedecer al presidente vuelve a dar fuerzas al estado de insurrección, redireccionando un reclamo legítimo contra el racismo hacia una situación de golpe blando en un esquema de “revoluciones de colores” ya aplicado por las agencias de inteligencia norteamericanas en distintos países (Yugoslavia en el año 2000, Georgia 2003, Ucrania 2004, Líbano 2005 y la llamada “primavera árabe” entre 2010 y 2012, etc.).
El Deep State o “Estado Profundo”, que constituye el histórico entramado de agencias de inteligencia, burocracia estatal y poder financiero transnacional, demuestra así una vez más que tiene su agenda propia.